En un contexto de aumento de precios en el mercado de carne, tanto en supermercados como en carnicerías de barrio, los consumidores se ven enfrentados a decisiones importantes sobre dónde realizar sus compras para obtener el mejor valor por su dinero. Durante la última semana y media, el precio de la carne ha experimentado un incremento del 13%, con el kilo de media res alcanzando los 9.000 pesos en las carnicerías locales.
Andrés Costamagna, director de la Sociedad Rural y productor ganadero, ha advertido que se espera otro aumento antes de las fiestas de fin de año, que podría llegar al 5% adicional en la próxima quincena. Este panorama se enmarca en un contexto de inflación recalentada, donde la carne vacuna lidera las subas de precios, con un aumento interanual del 65%.
En contraste con las carnicerías de barrio, las cadenas de supermercados adoptan estrategias diferentes, ofreciendo ofertas en cortes populares e incluso participando como productores ganaderos o importando carne de países vecinos como Brasil, Uruguay y Paraguay. Este escenario ha llevado a un aumento significativo en el precio de la carne desde las elecciones, con un incremento del kilo vivo en Cañuelas del 33%.
La dinámica inflacionaria se ha acelerado en los últimos meses, con un IPC del 2,3% para octubre según el Indec, y proyecciones de un 2,5% para noviembre. Consultoras como EconViews y Analytica han registrado aumentos semanales de al menos 1% en los precios, mientras que Eco Go estima un incremento del 3,2% en alimentos y bebidas para noviembre y diciembre.
En este escenario de precios en constante alza, con un tipo de cambio estabilizado y un consumo aún por recuperarse, los consumidores se encuentran en una encrucijada a la hora de decidir dónde comprar carne. La elección entre supermercados y carnicerías de barrio dependerá no solo de la conveniencia y los precios ofrecidos, sino también de la calidad y frescura del producto que buscan adquirir.
En resumen, el aumento de precios en la carne ha generado un escenario desafiante para los consumidores, que deben sopesar entre las ofertas de los supermercados y la tradición y calidad de las carnicerías de barrio. Con proyecciones de nuevos incrementos antes de las fiestas de fin de año, la elección del lugar de compra se vuelve crucial para garantizar un equilibrio entre calidad, precio y disponibilidad.
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