La nueva etapa de la política cambiaria
El dólar oficial opera este viernes 26 de diciembre a $1475, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia a $1450. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1272 (+0,1%), y el MEP se ubica a $1481 (+0,2%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia, a $1505.
La política cambiaria ingresó en una nueva etapa de definición, en la que el foco ya no está puesto únicamente en la cotización diaria del dólar, sino en la capacidad real del Banco Central para acumular reservas sin desordenar el resto de las variables macroeconómicas. El reciente anuncio oficial redefinió el marco de funcionamiento del tipo de cambio, introdujo cambios en la actualización de las bandas y explicitó un programa de compras de divisas que comenzará a regir desde enero. La reacción inicial fue mixta: mejora en los activos financieros, alivio en los bonos y cautela persistente en el dólar.
Bandas atadas a inflación y un giro en la lógica cambiaria
Desde Invecq señalaron que el anuncio oficial implica una recalibración del esquema cambiario, más que un cambio radical. A partir de enero, las bandas de flotación comenzarán a ajustarse mensualmente en función de la inflación observada con un rezago de dos meses. Esto modifica el rol que venía cumpliendo el tipo de cambio como ancla nominal y le imprime una mayor flexibilidad al régimen.
Los expertos de la consultora explicaron que, bajo este nuevo criterio, el techo de la banda se moverá algo más rápido que en el esquema previo, aunque sin un salto discreto. El ajuste proyectado para enero luce acotado, pero introduce una señal relevante: el dólar deja de ser una variable estrictamente predeterminada y pasa a convivir más directamente con la dinámica inflacionaria.
Compras de reservas: el corazón del nuevo programa
Desde Grupo IEB explicaron que el eje central del anuncio es el programa de compras de reservas, que comenzará a operar desde enero de 2026. El objetivo explícito es fortalecer el balance del Banco Central mediante la adquisición de divisas en el mercado, sin esterilización y en un marco consistente con la demanda de dinero.
Los especialistas del bróker detallaron que el esquema contempla compras diarias acotadas, alineadas a una porción del volumen operado en el mercado cambiario, con la posibilidad de realizar operaciones de mayor tamaño cuando las condiciones lo permitan. La lógica es evitar impactos disruptivos sobre el tipo de cambio, priorizando una acumulación gradual y previsible.
Demanda de dinero, inflación y el margen para el dólar
Desde Grupo IEB señalaron que el contexto monetario actual ofrece una ventana de oportunidad para avanzar con la acumulación de reservas sin presionar sobre la inflación. El nivel de monetización de la economía sigue siendo bajo en términos históricos, lo que abre espacio para una expansión controlada de la oferta de dinero.
Los expertos del bróker destacaron que, a medida que la actividad económica retome un sendero de crecimiento, la demanda de dinero debería acompañar ese proceso. En ese escenario, el Banco Central podría expandir su balance sin generar desequilibrios, utilizando la mayor demanda de pesos como ancla para comprar dólares.
El factor que inquieta a la City: ahorro en dólares y financiamiento
Para Invecq, el mayor interrogante no está en el diseño técnico del programa, sino en el comportamiento del sector privado. La consultora puso el foco en el atesoramiento de dólares por parte de individuos, una variable que históricamente condicionó la estabilidad cambiaria.
Sus analistas advirtieron que, si el ahorro en dólares se mantuviera en niveles elevados, las necesidades de financiamiento externo podrían escalar a cifras muy exigentes. En ese escenario, el programa de compras de reservas quedaría rápidamente tensionado, obligando a depender de un flujo constante de capitales financieros.
Enero, reservas y el próximo test del dólar
Desde Grupo IEB señalaron que, al analizar el mercado de dinero y la balanza de pagos, no surgen argumentos concluyentes para anticipar un salto del dólar en el corto plazo. La oferta de pesos luce contenida y la demanda muestra señales de estabilización, lo que reduce el riesgo de un movimiento brusco.
No obstante, reconocieron que enero será un mes clave. El inicio efectivo del programa de compras, la estacionalidad de la demanda de dólares y la reacción del sector privado pondrán a prueba la credibilidad del nuevo esquema. El mercado observará con atención si las reservas comienzan a crecer de manera sostenida.
En resumen, la política cambiaria ha entrado en una nueva etapa de definición, con un enfoque en la acumulación de reservas y un programa de compras para fortalecer el balance del Banco Central. Los cambios en las bandas atadas a la inflación y el énfasis en la demanda de dinero marcan un giro en la lógica cambiaria. Sin embargo, el desafío principal sigue siendo el comportamiento del ahorro en dólares del sector privado, que será crucial para el éxito del nuevo programa y la estabilidad del dólar en el futuro.
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