«El peronista de Perón» José Ignacio Rucci pagó con su vida su lealtad al viejo líder en el contexto de una época de violencia política cotidiana, como fue especialmente la década de 1970 en Argentina. sindicalista de la unidad de medida (Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos), Rucci había sido designado en 1970 como secretario general de la CGT Y Hace 49 años fue acribillado por Montoneros en la puerta de su casa, en el barrio porteño de Flores.
Entre los mensajes contenidos en ese asesinato, hay un par que se destacan. Una es que sucedió el 25 de septiembre de 1973, dos días después de que los argentinos hubieran regresado a las urnas para elegir, con más del 61% de los votos, Juan Domingo Perón como Presidente de la Nación.
el otro, que Rucci fue acribillado a balazos aún rodeado por 13 guardias que no podían hacer nada para evitarlo y a las 12 del mediodía, en pleno día, con la vida social en pleno apogeo. No había horarios ni personajes poderosos que pudieran evitar las balas y la sangre en esos días.
A 49 años del asesinato de José Ignacio Rucci: «Traidor, te va a pasar lo mismo que a Vandor».
Un par de meses antes del asesinato de Rucci, el grupo montoneros se había expresado en forma de canción en un acto por el aniversario de la muerte de Evita. «Rucci, traidor, lo que le pasó a Vandor te va a pasar a ti». Quien fue augusto vandor? Líder de la UOM, al igual que Rucci. ¿Y qué pasó? El 30 de junio de 1969 le habían disparado en su oficina.
La diferencia era que Vandor, con Perón en el exilio, había cuestionado al líder. Mientras Rucci había motorizado su regreso y así se había enfrentado a quienes no estaban tan de acuerdo con la “enderezamiento” del peronismocomo Montoneros. La célebre imagen de la fallida remontada de Perón bajo la lluvia en 1972, con Rucci sosteniendo el paraguas para que el General no se mojara mientras saludaba, le tomó el pulso a la «lealtad» del sindicalista.
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Del decir al hacer, en este caso, hubo un trecho muy corto. Apenas dos meses para ejecutar el «Operación Traviata”, que no tenía nada que ver con la famosa ópera de Gieseppe Verdi sino con la publicidad de la conocida galleta de agua, la de la “23 hoyos”. La cantidad de balas que José Ignacio Rucci tenía en su cuerpo.
A 49 años del asesinato de José Ignacio Rucci: un golpe de estado contra Perón
El regreso de Perón a la presidencia era, supuestamente, la garantía de la unidad y la paz nacional. El peronismo podía tener mil vertientes, pero todas desembocaban en el propio General, que estaba a punto de asumir por tercera vez la presidencia de Argentina. Sin embargo, la juventud, los niños de los años 50, habían crecido y también estaban afectados por la revolución castrista y guevarista de los años 60: la única foto de admiración ya no era la del viejo Juan Domingo.
Pero para Rucci, que tenía 49 años, lo fue. Estaba en una columna detrás de Perón de la dirección de la CGT sin perder de vista que era un blanco para los del otro lado. La Argentina de esos años venía derramando sangre, con muertes y sus respectivas venganzas, por lo que el jefe de los trabajadores tenía bajo custodia a 13 personas, nada menos. Todos los «chicos pesados» del sindicato, porque Rucci desconfiaba de la policía. Y esperó a que cambiara la toma de posesión de Perón.
Desde su entorno le habían advertido como un error porque en más de una ocasión ya habían sido «baleados» y era imperativo cuidarse cada vez mejor. Y ese mediodía del 25 de septiembre de 1973, la avenida Avellaneda, entre Nazca y Argerich, actualmente el polo textil más fuerte de la Ciudad de Buenos Aires, fue testigo del asesinato de Rucci.
Todos estaban en sus puestos esperando la salida de Rucci de su casa. Todos, incluido el tirador (o tiradores) de Montoneros, en una casa vecina. Rucci no pudo abrir la puerta del auto esperándolo a unos metros del frente de su casa. En la acera, un segundo después de que una bala destrozara el parabrisas del auto, creando caos y confusión, fue acribillado a tiros de ametralladora.
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Al día siguiente, en el velatorio realizado en la sede de la CGT, Perón y su esposa -y vicepresidenta electa- María Estela Martínez de Peróngritó a Rucci diciéndole “mataron a mi hijo”, luego de hacer una lectura política de lo sucedido: “Esas balas eran para mí, me cortaron las piernas”.
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Fuente: TN