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A pesar de la derrota, el Monumental vivió una noche de emociones con la despedida de Ponzio y el clamor por Gallardo / Fútbol

En el Monumental se vivió una noche de fuertes emociones. río celebró el título del campeonato local, rindió homenaje a Leonardo Ponzio, que jugó su último partido en el Monumental antes de retirarse, y la afición clamó por la continuidad de Marcelo Gallardo. En medio de toda esa montaña rusa de sensaciones, hubo un partido en el que, aunque River perdió 3-2 ante Defensa y Justicia, el equipo de Doll lo jugó con la seriedad y dinámica de siempre.

Como en sus mejores noches, el Monumental se vistió de fiesta. Estadio lleno, bengalas de colores, mucha efervescencia y los clásicos tirantes que adornaban las gradas, esta vez con un detalle especial: “9dic-∞” (la fecha de la final que River ganó la Copa Libertadores ante Boca y el cartel del infinito) .

«Dale campeón, dale campeón», fue la canción que sonó por los cuatro costados, ya que se abrieron las puertas del estadio para recordar que el campeonato local, pospuesto durante la era Gallardo, regresó a Núñez, luego de la consagración que se produjo. el jueves 25 de noviembre tras la victoria ante Racing.

Nada más marcharse el equipo, se rindió homenaje a Ponzio, el líder espiritual del ciclo Gallardo. El único que estuvo allí durante siete años y medio. El que se ganó merecidamente al hincha de River, hasta que puso su rostro en la bandera de los ídolos, ese trapo que se relanzó y desplegó desde lo alto de San Martín Alta, con las caras de “Beto” Alonso, Ramón Díaz. , Enzo Francescoli, Angel Labruna, Amadeo Carrizo, Ariel Ortega, Gallardo y Ponzio.

Aunque Ponzio no nació (como Francescoli) en la cantera “Millonaria”, logró ganarse un lugar entre tantos monstruos en la historia de River. Lo hizo a base de sacrificio, voluntad, esfuerzo y una marcada presencia en partidos decisivos. También incorporó las virtudes del gen riverplatense en su juego. Y con 16 títulos llegó a Labruna como el jugador con más títulos. Y lo podrá superar si River gana la final del Trofeo de Campeones de Colón, el día 18 de este mes.

Ponzio fue mucho más que un futbolista en el ciclo Gallardo. Era la línea directa entre el técnico y la plantilla para descargar un mensaje con un comportamiento y una línea de trabajo a seguir. Hubo química entre el Muñeco y el Santa Fe desde el primer momento, cuando el técnico lo rescató ya que el volante central fue olvidado tras ser relegado por Ramón Díaz. Y la afición acabó rendida a sus pies.

En el minuto 23 (por el dorsal que lleva Leo en la espalda), la cancha se vino abajo. “Olé, olé, olé, Ponzio, Ponzio”. Y se lanzaron globos largos con su nombre y un corazón, preparados por el Subcomité de Aficionados. Ponzio, sentado en el banco de suplentes, levantó el brazo derecho para devolver la ovación. En un sector de Belgrano, la familia de los santafesinos derramaba lágrimas de emoción. Y Leo hizo fuerzas para contenerlos. «La de la mano, de Leo Ponzio, toda la vuelta la vamos a dar», se entonó con fuerza en todo Udaondo y Figueroa Alcorta. Como había sucedido cuando el equipo salió a hacer los movimientos precompetitivos y cuando la voz del estadio anunció a Leonardo Ponzio por los altavoces. Y siguió otra canción emotiva: «Nunca olvidaremos a Leo Ponzio».

Y desde la celebración por el campeonato y el homenaje a Ponzio, la gente de River se centró en el técnico que le dio 13 títulos en siete años y medio. «Oh le, le, oh la, la, Gallardo es de River, de River no se va», fue el grito que ahora se convirtió en súplica. Y no faltó el clásico «Muñeeeeeco, Muñeeeeeco». Pese a estar concentrado en el juego, el técnico alzó la mirada a la grada y saludó emocionado. La escena se repitió en el entretiempo y al final del partido.

Y en la segunda parte, cuando Gallardo bajó un balón que cayó en su sector con el empeine derecho, el estadio se derrumbó. Lo aplaudieron como en los tiempos en que el Muñeco hacía esos manjares en la cancha.

A los 23 del complemento, la afición de River volvió a cantar por Ponzio, mientras Leo corría con el resto de suplentes a un lado, haciendo movimientos precompetitivos. Y seis minutos después, luego de la euforia por el gol de Braian Romero, Gallardo llamó al Santa Fe y lo envió al campo para jugar sus últimos partidos en el Monumental. Entró por Bruno Zuculini y se puso el cinturón de capitán que Armani le dio en el brazo izquierdo. Nuevamente fue aplaudido. «Olé, olé, olé, olé Ponzio, Ponzio». El volante central entró con ganas, recuperó varios balones y dio direcciones.

A mediados de 2019, en rueda de prensa que dieron juntos, luego de ganar la Recopa Sudamericana, hubo un juego de palabras entre Gallardo y Ponzio en el que habían insinuado que el día que se fueran lo harían juntos. Con 39 años, 16 títulos, la posibilidad de ganar otro y mil batallas a la espalda, Ponzio ya ha anunciado que se retirará. Y anoche salió del Monumental emocionado, aplaudido y aplaudido, escoltado por sus compañeros y por Gallardo. Ahora, se espera la decisión del Muñeco …

Fuente: Clarin.com

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