“Los habitantes no entienden por qué ocurren los accidentes en la Ruta 9” (LA GACETA, 24/02). Es necesario explicar a los habitantes las causas o motivos de los accidentes que se presentan en las rutas, en este caso la ruta nacional 9, concesionada dentro de los corredores viales (Ocovi) que deben controlarlos, de acuerdo a las normas, vigilancia y ejecución de contratos -decreto 87 y decreto ley 505/58 de control, construcción, reparación, conservación, ampliación, remodelación y mantenimiento-. En mi opinión, los censos nacionales de población y el censo de origen y destino de los diferentes vehículos deben tomarse como datos para establecer, en este caso Tapia, el acceso Raco – Ticucho – Choromoro – Los Nogales – Villa Mariano Moreno. Cabe recordar que la carretera El Cadillal – San Miguel de Tucumán fue inaugurada en 1986 con datos del censo de 1980. Antes de la construcción de la carretera, la demora para regresar a San Miguel de Tucumán, luego de un día caluroso, con Cadillal repleto, era de aproximadamente tres horas (fuente: LA GACETA de esa época). Cabe recordar que el diseño de la ruta desde el límite norte de Trancas (La Candelaria) está desactualizado en detalles técnicos, velocidad directriz 80 km/h, cruce de ríos en puentes ubicados perpendicularmente sin modificarlo y sin considerar las distintas velocidades, sin teniendo en cuenta la rugosidad, modificar curvas horizontales y verticales, para mejorar la visibilidad, sin considerar los censos actualizados con un incremento mínimo del 40%. Los nuevos países sin acceso regulado, etc.; demarcaciones de zonas con peligro de aquaplaning, falta de visibilidad, etc. etc. Más vale salvar una vida que el coste del peaje.
