El movimiento en Once: un termómetro del consumo
En la bulliciosa avenida Corrientes, el ritmo de vida en el barrio de Once es constante. Desde tempranas horas de la mañana, las camionetas descargan mercadería, los changuitos avanzan entre la gente y el trajín comercial se hace sentir. Este diciembre, sin embargo, una frase resuena de local en local: las **ventas vienen flojas** y la esperanza se deposita en el aguinaldo.
En **Motive Boutique**, la producción nacional es la protagonista. La encargada del local explica que se abastecen exclusivamente de la **industria nacional**, a diferencia de otros comercios en la zona. A pesar de mantener un balance similar al año anterior, las ventas en el local son irregulares, con días de alta demanda y otros de escasa actividad. La expectativa se centra en el cobro del aguinaldo, momento en el que se espera un repunte en las ventas.
La tendencia se repite en **Dona Style**, donde si bien no trabajan con importados, siguen de cerca las tendencias de moda en redes. La encargada menciona que el movimiento previo a Navidad es bajo y que la clientela suele esperar hasta el último momento o el cobro del aguinaldo para realizar sus compras.
La comerciante de ropa de mujer, Tatiana, coincide en que en Once predomina la indumentaria de producción local. Se abastece de **talleres de Flores** y otros proveedores nacionales, pero nota un descenso en la actividad comercial en comparación con años anteriores. La calma actual contrasta con la habitual efervescencia previa a las fiestas, lo que indica que muchos consumidores están postergando sus compras.
El impacto de los importados en el comercio local
En **Magazine**, la dueña Gisela destaca la presencia de importados en un rubro específico, como las bikinis, donde la calidad a un precio accesible no se consigue localmente. A pesar de ofrecer precios más competitivos que marcas reconocidas, las ventas para la temporada navideña no muestran signos alentadores. La incertidumbre económica se hace presente, reflejando un panorama generalizado en el barrio de Once.
En **Lola**, el enfoque en productos locales se mantiene, con precios que comienzan en **$10.000 para remeras, $25.000 para blazers y $30.000 para jeans**. La fidelidad a los proveedores nacionales es una constante en muchos locales de la zona, aunque las ventas no logran despegar como en años anteriores.
Maira, dueña de **Kebede**, expresa su preocupación por la disminución en las ventas, atribuyéndola a la falta de recursos económicos de los consumidores. Los precios competitivos no logran impulsar el consumo, ya que la situación financiera de la clientela se ha vuelto más restrictiva.
La competencia con las plataformas digitales
Mientras los compradores recorren las galerías en busca de las mejores ofertas, la comparación con las plataformas digitales es inevitable. La disponibilidad de prendas similares a precios más bajos en **Shein** y otras marcas internacionales plantea un desafío para los comerciantes locales.
Un análisis de precios revela que, si bien en Once se pueden encontrar productos a precios competitivos, las plataformas digitales ofrecen alternativas más económicas en ciertos rubros como la sastrería y el calzado. La posibilidad de ver y probarse la mercadería en vivo sigue siendo un punto a favor para los comercios tradicionales, pero la conveniencia y los precios atractivos de las compras online representan una competencia significativa.
Resistencia y esperanza en el comercio de Once
Entre percheros repletos, probadores ocupados y clientes comparando precios, Once demuestra su capacidad de resistencia ante un panorama comercial desafiante. La industria nacional, los talleres locales y los comerciantes de siempre continúan sosteniendo la actividad, a la espera de que el aguinaldo pueda impulsar un repunte en las ventas.
En resumen, el barrio de Once se enfrenta a un diciembre con ventas más lentas de lo habitual, donde la incertidumbre económica y la competencia con las plataformas digitales plantean desafíos para los comerciantes locales. La llegada del aguinaldo se percibe como una posible oportunidad para reactivar el consumo, pero la situación actual refleja la necesidad de adaptación y estrategias innovadoras para mantenerse competitivos en un mercado en constante cambio.









