En todo caso, el presidente aseguró que el problema es «estructural»: se refirió a una cadena con múltiples actores, donde los precios «terminan subiendo en el comercio, y no tanto en la producción». También defendió los niveles de producción: “En el gobierno anterior recomendaron que hicieran la ropa en Vietnam, en la campaña pasaron por las provincias y se cerró todo, y ahora la producción textil es impresionante”.
promesa de inversión
Este viernes, la Fundación Pro Tejer inauguró el ciclo “I Hilo Abierto” para dialogar con periodistas y sectores de la cadena industrial sobre la actualidad del sector. La primera reunión, en la que participó Ámbito, se produjo horas después de las declaraciones de Alberto Fernández, por lo que los precios fueron uno de los temas en discusión.
Si bien los empresarios explicaron las razones de las alzas, relacionadas con el aumento de materias primas, los cuellos de botella en la producción y la recuperación de márgenes, también hablaron de posibles soluciones. “Para mejorar los precios, la mejor manera es invertir para aumentar la oferta. Más oferta significa más tecnología, más productividad y más trabajadores con mejores salarios”, dijo Luciano Galfione, el nuevo presidente de Pro Tejer, quien sucedió a Yeal Kim.
El año pasado, el sector textil cerró el año con inversiones de US$ 200 millones en bienes de capital, convirtiendo a 2021 en el mejor año desde 2011. US$ 250 millones y cerrando así “dos años de récord histórico” de inversiones.
El empresario señaló que una de las motivaciones de las inversiones tiene que ver con el interés subsidiado, pero también porque hay demanda. “Nadie invierte si no hay mercado, hoy hay oportunidades de inversión y eso es lo que estamos haciendo. Hace cuatro años estábamos muertos, yo tenía la fábrica al 20% de su capacidad”, resaltado. De todas formas, aseguró que este tipo de medidas lleva tiempo desde el lanzamiento de una inversión hasta la llegada de una nueva máquina y puesta en marcha.
Durante esta “transición”, aseguró que hay que solucionar un problema que es estructural, y eso es lo que trascenderá la política económica más allá del gobierno de turno: “Es importante tener industria, se nos olvida que en la pandemia no hay faltaba el insumo textil, como trabillas para cinturones o chompas. Pero es difícil proyectar si plebiscitamos el sector todo el tiempo y cambiamos el modelo de país que queremos”opinó Galfione. Entre 2015 y 2020, detalló que cerraron mil 200 establecimientos de producción textil y de confecciones. “Tenemos que recomponer el entramado productivo”, dijo.
El titular de Pro Tejer explicó que el 50% de la ropa que se vende en el mercado es importada. Pero subrayó: “Nunca podremos tener los precios de Bangladesh, porque las formas de trabajo son diferentes, este es un país de renta media, defendemos un sector registrado con licencia social”.
Por ello, desde el sector aseguraron que una de las formas de diferenciarse para incrementar las exportaciones será a través de nichos de mercado: “Para exportar necesitamos una industria de varios años, con un mercado interno sólido. Buscaremos productos diferenciados, aprovechando la industria del cáñamo después de la promulgación de la ley del cannabis y mediante el uso de la biotecnología para avanzar en los textiles inteligentes”, explicó Galfione.
Según expertos en desarrollo industrial, otras soluciones para estabilizar los precios tienen que ver con las primeras etapas de la cadena de valor: “Deberíamos empezar a discutir un poco que hay un aumento en los precios de las prendas de vestir debido a un mayor margen de utilidad en el sector primario. Dos tercios de las hectáreas sembradas con algodón en Argentina corresponden a los 10 mayores productores”comentó Gustavo Ludmer, investigador del Conicet. El año pasado, el algodón subió 73% en dólares y, aunque se produce en el país, se mueve a precios internacionales por ser un commodities.
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Fuente: ambito.com