los mendocinos Pascual Pérez Se consagró como uno de los boxeadores argentinos más importantes de la historia: con grandes actuaciones en peso mosca, logró colgarse la medalla de oro representando a nuestro país en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Además, el Pequeño Gigante logró un hito y, allá por 1954, la leyenda se consagró como la primera albiceleste en ser campeona del mundosentando las bases para el desarrollo de la disciplina en el territorio nacional.
Pérez nació en el seno de una familia llena de trabajadores vinculados al cultivo del vino en el Departamento de Tupungato. Casi sin herramientas, pero con pleno conocimiento de su vocación, El llamado Pequeño Toro de Las Pampas (diminutivo de comparación que se refería a Luis Ángel Firpo) comenzó a boxear a temprana edad en un club de barrio.
Allí, sus entrenadores reconocieron una gran potencia en su golpe y una habilidad de la que pocos podían presumir. Su debut como aficionado se produjo en 1944 y, aún sin el sobrenombre de profesional, decidió viajar a Gran Bretaña para participar en el máximo evento: sorpresivamente, se llevó la medalla.
Pascual Pérez derrotó a Yoshio Shirai en Tokio y se consagró como el primer campeón mundial argentino.
Felipe Segura, su primer asesor, destacó que Pascual Pérez tenía unas características únicas y que no se achicaba ante la presión: “Sabía cómo resolver situaciones sobre la marcha, sin esperar al final de una ronda para que le dijeran en la esquina cómo resolver un problema.. Si la estrategia fallaba, él, entre golpe y golpe, ideaba otra”. Antes de los Juegos Olímpicos, su carrera fue intachable: ganó los campeonatos mendocino, argentino y latinoamericano.
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El inicio de su carrera por los puntos fue de la mano de Lázaro Koci, quien fuera gerente de Mono Gatica. Sus primeros 18 combates terminaron en victoria, con un promedio de tres asaltos cada uno; Pérez tenía proyección internacional.
En 1953, en un Luna Park abarrotado, Tomó el título vacante de peso mosca nacional después de derrotar a Marcelo Quiroga en el cuarto asalto. Por indicación Juan Domingo Perónquien vio las condiciones del boxeador, se organizó una pelea en el Palacio de los Deportes contra el laureado japonés Yoshio Shiraisin que el campeonato esté en juego.
Pascual Pérez: el rey del peso mosca
Por primera vez en la historia, un boxeador argentino no perdía ante un campeón mundial y el empate obligó al japonés a concederle la revancha, con la posibilidad de que el Pequeño Gigante le arrebatara el cinturón. El 26 de noviembre de 1954, el estadio Koruaken de Tokio, ambos contendientes enfrentaron 15 rondas, tal y como indicaba la norma de títulos mundiales de la época. Siempre al borde del nocaut, pero con Shirai resistiendo, Pascual fue muy superior durante toda la pelea.
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El mendocino tumbó hasta en dos ocasiones a su rival, en el segundo y en el 12° asalto, pero el campeón llegó a retirarse a su rincón visiblemente derrotado. El Toro de Las Pampas ganó por unanimidad en un recinto enemigo: el juez Jack Sullivan le dio la victoria por 146-139; Bill Pacheco, por 143-139; y Kuniharu Hayashi, 146-143. Con sangre en el ojo, el asiático propuso un duelo más, pautado para el 30 de mayo de 1955 en Japón, pero El mendocino revalidó su victoria con nocaut en el quinto asalto.
Durante los siguientes seis años, Pérez fue protagonista de hasta 30 peleas: ocho de ellos fueron en defensa del título de peso mosca y otro fue para recuperarlo. Recién en 1960, contra el Thai Pone Kingpetch, se quedaría con las manos vacías. Los reconocimientos posteriores hacia su talento fueron inconmensurables: ha sido incluido en el Salón de la Fama del Boxeo en 1995 y, en 2004, la Confederación Sudamericana de Boxeo lo declaró campeón sudamericano de oficio.
Fuente: TN