El condimento pone gusto en la vida misma. Los aromas, los colores, la textura y la intensidad que tienen algunos productos son los que hace que un plato simple sea el más envidiado en la mesa. Pero llegar a alcanzar excelencia, tanto en mezclas como nuevas preparaciones, lleva un tiempo de búsqueda y compromiso.
Y esto es algo que Productos Callieri sabe. Con casi 40 años de experiencia en el rubor alimentario, esta empresa limpiamente roquense, no deja de innovar. Ocurre que además de lanzar diferentes marcas de condimentos, el nuevo sector de producción, el 60% de la planta será impulsada por energía solar.
“El nuevo sector está cercano a inaugurar enero/febrero de 2022, estos días sólo. Se trata de la parte de producción, que ya nos había quedado muchacho. La ampliación tiene un nuevo ingreso con vestuario para el personal, un entrepiso con las oficinas de planificación y producción. También habrá una con la frente acristalada donde se podrá ver la elaboración de productos semi artesanales, los que tienen algún proceso manual de envasado o de los que tienen un proceso semi automático como la línea de envasados de salsas y aderezos (salsa picante, esencia de vainilla.)”, comentó Pablo Callieri, director de la empresa .
Todos los procesos los hacemos nosotros, garantizamos así calidad. El etiquetado y enfrascado es artesanal, a mano».
Paz Callieri.
Después de un recorrido puede observar que la nueva nave tiene una zona más amplia de envasado. Habrá una línea de envasado de legumbres que ensamblada con una formadora automática de paquetes, donde el producto sale listo para ir a las góndolas. El sector también es el de mezclas (chacinados, abonos para pizza, provenzal). Tiene 2 salas de moliendas (especies y azúcar/trigo/centeno), que a su vez tiene dos procesos como lo es la molienda propiamente dicha y el proceso de selección. Y otro sector para mezclas de frutos secos y productos de repostería.
El novedoso de esta planta es que está alimentado por energía solar a través de 20 paneles. “La energía renovable a utilizar será el 60% del consumo de la planta. Los sábados y domingos no trabajamos, así que esta energía se inyectará en la red. El tablero llegan a toda la parte de producción, que es la que más consume, porque el resto es solo iluminación», afirma Callieri.
«Queremos convertirnos en una empresa de triple impacto: tenemos energía renovable y queremos colocar termotanques solares. Estamos trabajando con una empresa local que se dedica a la separación de plásticos para reciclar y nos interesaría trabajar con alguna ong para que puedan aprovechar lo reciclado, quizás para otra elaboración o que se pueda vender lo que recuperen y que ese dinero quede para este organismo”, añade.
El material con el que se construyó la planta está pensado para facilitar la limpieza. La empresa también cuenta con un taller de mantenimiento, un depósito de materias primas en el que la primera parte guarda envases como cajas o bobinas. Cada producto tiene su envase que está registrado y certificado por Salut Pública, con tráfico federal. Existe una cámara frigorífica donde se depositan las legumbres durante el verano para evitar que las altas temperaturas las deterioren. Existe un sector de depósito de mercancía en tránsito, la que sale a reparto. En este espacio también se hace la armada de pedidos.
«El lunes salen 4 o 5 camiones en distintos sitios. Llegamos con logística propia, desde Santa Rosa a Caleta Olivia y desde la costa a la cordillera. En total son 110 localidades. Tenemos clientes en Tierra del Fuego con cobertura en toda la isla, con un segmento de productos como son las mezclas por chacinados. Estamos vendiendo a Tucumán y desde allá están distribuyendo Catamarca, Santiago del Estero ya través de una red de franquicias, que ellos tienen, están llegando a Chaco y con intenciones de incluir a Rosario. Con algunos productos especiales que sacamos el año pasado más nicho, estamos en algunos puntos de venta en Buenos Aires, aunque son volúmenes más chicos», comenta el empresario.
La empresa tiene 2 áreas: un segmento de industria, donde se abastece fundamentalmente la industria del xachinado con servicio integral donde vienen desde el aditivo, el condimento, las mezclas, el hilo y las tripas. Y por otra parte lo que se llama consumidores finales, que es la persona que compra el paquete de condimentos o legumbres. Con este segmento llegamos a supermercados y dietéticas.
«Todos los procesos los hacemos nosotros, así garantizamos calidad. El etiquetado y enfrascado es artesanal, a mano. Actualmente contamos con 32 trabajadores, con administración incluida y en forma externa trabajan 8 vendedores», añade.
«Una de las áreas está destinada a un laboratorio. Allí hacemos análisis bacteorológicos de los lotes de producción y algunas investigaciones y desarrollo de productos que queremos innovar o lanzar. Intentamos mejorar la calidad y tenemos de 4 a 5 productos cercanos a lanzar. Hace 2 años atrás, lanzamos un conjunto de especias que reemplazan la sal, una mezcla agradable en la boca. Esto nos ha dado grandes satisfacciones, hemos trascendido las fronteras patagónicas y en enero estaríamos saliendo con la versión capresse y con un chimichurri patagónico, elaborado con hierbas que se dan en la región y que además es ahumado. Estos productos forman parte de la línea foodie, línea gourment», explica Callieri.
Hace 3 años elaboran Merkén, producto que tomó mucho auge. «Tenemos registrada la marca Merkén, no la estamos utilizando como marca, pero está registrada a nombre de la empresa. Hemos registrado también una nueva marca y que tenemos intención de lanzarla, tal vez, el próximo año y que estará más enfocada a las nuevas tendencias como son los veganos, vegetarianos, algo hecho sin aditivos».
«En noviembre certificamos Kosher para la mayoría de los productos y la idea es ir sumando productos con estos valores en sellos y tratando de dar un producto distinto a un consumidor que hoy está expectante de nuevos sabores. Y es que el condimento está teniendo una transformación y los consumidores están más abiertos a vivir experiencias nuevas, más picante, sabores más exóticos, algo que hace 10 años atrás era imposible. Estamos enfocados en esto sin dejar de atender a nuestro canal principal que es importante», dijo.
Una empresa nacida en Roca y que invierte en su ciudad. «Las pymes son generadoras de trabajo directo e indirecto. Trabajamos con proveedores locales, en la medida de lo posible. Estaría bueno que se valorará más las pymes, ya que son las que generan empleo genuino. Que un producto fabricado en Roca, en una empresa que nació en el garaje de una casa de familia, hoy pueda venderse en una góndola de un súper Buenos Aires, significa que hay un camino recorrido que permite soñar y atreverse aquellos que quieren emprender también. Tampoco nada es mágico, todo hace tiempo, pero se puede con trabajo y responsabilidad. Reinventarse siempre es la clave», zanjó Pablo Callieri.
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Fuente: rionegro.com.ar