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Asistimos a la peligrosa misión de los equipos de búsqueda y rescate en Antioquía

La peligrosa misión de los equipos de búsqueda y rescate entre los escombros de Atioquia parece no tener fin. Un equipo turco nos permitió acompañarlos en una de esas operaciones.

Desde que el terremoto de magnitud 7,8 azotó la región el lunes, todos han estado atentos. Muchos de los que palean y buscan sobrevivientes son voluntarios sin experiencia previa, pero eso no les impide seguir adelante.

Aquí, donde antes había un edificio de cinco pisos, solo quedan escombros y esperanza, contra viento y marea.

Lo que está pasando aquí es extraordinario: hace unas cuatro horas estos equipos de rescate comenzaron a escuchar ruidos. Pidieron silencio a todos los que estaban en la calle. Apaguen los motores de los autos y las excavadoras… se estaban comunicando con alguien… y ahora esa persona está por salir por fin.

Se trajeron más equipos y materiales, e incluso se llamó a miembros de la familia para tratar de guiar a los rescatistas a través del plan de construcción para acelerar el proceso.

Momentos después, en una etapa crucial para este rescate en particular, estalla un grito repentino sobre un colapso y estalla el caos. Los rescatistas corren entre los escombros y cancelan las búsquedas.

Luego viene la noticia de que fue una falsa alerta. Las autoridades turcas acusan a los saqueadores de tratar de difundir información falsa, desperdiciando preciosas horas de trabajo para salvar vidas.

Pero al final, los rescatistas regresaron, y las familias tras ellos. “Estoy esperando a mi hermano, su esposa y sus hijos. Tengo esperanza, porque hay sobrevivientes que salieron vivos de los escombros. No he perdido la fe”, dice Nurdan Yilmaz.

Pero el milagro que muchos esperaban no se ha producido esta noche. Y el dolor que ya es inmenso creció un poco más.

Como si la ola de dolor y destrucción que envuelve a este país no quisiera retroceder.

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