Didier Lallement, el polémico prefecto de policía de París, no ha resistido la caótica gestión de la final de la Champions League del pasado 28 de mayo, que provocó un escándalo internacional y dañó la imagen de Francia como país que organiza eventos multitudinarios. La sustitución del policía, con la excusa de su jubilación, se oficializará en el Consejo de Ministros del día 20, en pleno éxodo vacacional. La filtración de la noticia a la prensa ha impedido que sea un proceso discreto.
Designado en 2019, en el apogeo de la revuelta de los chalecos amarillos, para imponer mano dura y sofocar los disturbios que paralizaban las grandes ciudades todos los sábados, Lallement había sido muy cuestionado durante mucho tiempo por sus métodos. Lo ocurrido en los alrededores del Stade de France ante los ojos de las televisiones de todo el mundo fue la gota que colmó el vaso. La policía se vio abrumada y utilizó métodos desproporcionados contra los aficionados pacíficos que simplemente querían entrar al estadio. Además, se expuso la inseguridad endémica de los suburbios parisinos. Muchos fanáticos fueron asaltados y robados.
Lallement ya había sido objeto de muchas críticas por respaldar la brutalidad policial contra los chalecos amarillos. Varias decenas de manifestantes quedaron cegados por balas de goma o gravemente heridos. El prefecto de policía también libró una interminable batalla contra el Ayuntamiento y contra la alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo, en cuanto a la lucha contra el tráfico de crack. No hubo consenso sobre qué hacer con los drogadictos y traficantes. Lallement optó por varios traslados forzosos, simplemente trasladando el problema entre varios puntos de los barrios del norte de París y desesperando a los vecinos.
En la capital ha habido demasiados
casos de brutalidad policial y muertes en retenes de vehículos
Lallement también ha estado en el punto de mira, en los últimos meses, por varios incidentes trágicos en los controles policiales de la capital y sus alrededores. Ha habido cuatro muertes por disparos en los puntos de control donde los conductores de vehículos se negaron a detenerse y los agentes dispararon. El prefecto está acusado de haber impuesto una cultura de extrema severidad en la policía que tiene consecuencias dramáticas.
Como sustituto de Lallement se baraja el nombre de Laurent Núñez -de origen familiar español-, exsecretario de Estado de Interior y actual coordinador nacional de inteligencia y lucha contra el terrorismo, un hombre muy trabajado en temas de seguridad. Núñez fue prefecto de policía del departamento de Bouches-du-Rhône, cuya capital es Marsella.
El nuevo prefecto se enfrenta a la compleja tarea de preparar París para los Juegos Olímpicos de 2024. La seguridad del evento deportivo requiere una preparación exhaustiva, sobre todo porque está prevista una ceremonia de apertura sin precedentes, con un desfile de delegaciones de atletas, en barcos, por el Sena, y un público de cientos de miles de personas que tendrán acceso gratuito a ambas orillas. del río. Este programa, muy atractivo desde los medios, sin embargo, genera una enorme preocupación entre los responsables de seguridad