En las rutas de Tucumán existe un mal que por su empeño e indiferencia en solucionarlo, tiene características endémicas: Es la presencia de animales sueltos. A la espera de que algún día llegue una solución definitiva, los conductores tienen la opción de reducir su exposición a este riesgo y/o controlarlo. Una de las estrategias que pueden utilizar es lo que se conoce como Conducción Defensiva o el Arte de Conservar la Vida. Conducir a la defensiva significa conducir de forma que se eviten accidentes a pesar de las acciones inseguras de los demás o la presencia de condiciones adversas para el conductor (lluvia, niebla, falta de señalización, animales sueltos, peatones, ciclistas, etc.). Para lograrlo, es necesario conocer y aplicar la fórmula estándar para la prevención de accidentes de tránsito, compuesta por tres partes: 1) Reconocer el peligro: Reflexionar lo antes posible sobre lo que va a pasar o podría pasar ante la situación que se enfrentará al frente. 2) Comprender la defensa: existen formas definidas de afrontar situaciones concretas y debes conocerlas para aplicarlas cuando se presente la ocasión. 3) Actúa a tiempo: Viendo el peligro y conociendo la defensa para evitarlo, debes actuar. Las estrategias recomendadas por los especialistas están ligadas a la velocidad a la que se desplaza el vehículo y los márgenes de visión y reacción que esta velocidad permite al conductor. La presencia de animales sueltos en las vías no es responsabilidad del conductor, pero estando a cargo del vehículo, debe asumir la parte que le corresponde para la preservación de su vida, de quienes lo acompañan y de terceros involucrados. La práctica consciente y eficiente de las normas de conducción defensivas te permitirá conseguirlo. Mientras tanto, como ciudadanos, debemos exigir y luchar para que las vías en Tucumán sean seguras.
En las rutas de Tucumán existe un mal que por su empeño e indiferencia en solucionarlo, tiene características endémicas: Es la presencia de animales sueltos. A la espera de que algún día llegue una solución definitiva, los conductores tienen la opción de reducir su exposición a este riesgo y/o controlarlo. Una de las estrategias que pueden utilizar es lo que se conoce como Conducción Defensiva o el Arte de Conservar la Vida. Conducir a la defensiva significa conducir de forma que se eviten accidentes a pesar de las acciones inseguras de los demás o la presencia de condiciones adversas para el conductor (lluvia, niebla, falta de señalización, animales sueltos, peatones, ciclistas, etc.). Para lograrlo, es necesario conocer y aplicar la fórmula estándar para la prevención de accidentes de tránsito, compuesta por tres partes: 1) Reconocer el peligro: Reflexionar lo antes posible sobre lo que va a pasar o podría pasar ante la situación que se enfrentará al frente. 2) Comprender la defensa: existen formas definidas de afrontar situaciones concretas y debes conocerlas para aplicarlas cuando se presente la ocasión. 3) Actúa a tiempo: Viendo el peligro y conociendo la defensa para evitarlo, debes actuar. Las estrategias recomendadas por los especialistas están ligadas a la velocidad a la que se desplaza el vehículo y los márgenes de visión y reacción que esta velocidad permite al conductor. La presencia de animales sueltos en las vías no es responsabilidad del conductor, pero estando a cargo del vehículo, debe asumir la parte que le corresponde para la preservación de su vida, de quienes lo acompañan y de terceros involucrados. La práctica consciente y eficiente de las normas de conducción defensivas te permitirá conseguirlo. Mientras tanto, como ciudadanos, debemos exigir y luchar para que las vías en Tucumán sean seguras.
En las rutas de Tucumán existe un mal que por su empeño e indiferencia en solucionarlo, tiene características endémicas: Es la presencia de animales sueltos. A la espera de que algún día llegue una solución definitiva, los conductores tienen la opción de reducir su exposición a este riesgo y/o controlarlo. Una de las estrategias que pueden utilizar es lo que se conoce como Conducción Defensiva o el Arte de Conservar la Vida. Conducir a la defensiva significa conducir de forma que se eviten accidentes a pesar de las acciones inseguras de los demás o la presencia de condiciones adversas para el conductor (lluvia, niebla, falta de señalización, animales sueltos, peatones, ciclistas, etc.). Para lograrlo, es necesario conocer y aplicar la fórmula estándar para la prevención de accidentes de tránsito, compuesta por tres partes: 1) Reconocer el peligro: Reflexionar lo antes posible sobre lo que va a pasar o podría pasar ante la situación que se enfrentará al frente. 2) Comprender la defensa: existen formas definidas de afrontar situaciones concretas y debes conocerlas para aplicarlas cuando se presente la ocasión. 3) Actúa a tiempo: Viendo el peligro y conociendo la defensa para evitarlo, debes actuar. Las estrategias recomendadas por los especialistas están ligadas a la velocidad a la que se desplaza el vehículo y los márgenes de visión y reacción que esta velocidad permite al conductor. La presencia de animales sueltos en las vías no es responsabilidad del conductor, pero estando a cargo del vehículo, debe asumir la parte que le corresponde para la preservación de su vida, de quienes lo acompañan y de terceros involucrados. La práctica consciente y eficiente de las normas de conducción defensivas te permitirá conseguirlo. Mientras tanto, como ciudadanos, debemos exigir y luchar para que las vías en Tucumán sean seguras.
En las rutas de Tucumán existe un mal que por su empeño e indiferencia en solucionarlo, tiene características endémicas: Es la presencia de animales sueltos. A la espera de que algún día llegue una solución definitiva, los conductores tienen la opción de reducir su exposición a este riesgo y/o controlarlo. Una de las estrategias que pueden utilizar es lo que se conoce como Conducción Defensiva o el Arte de Conservar la Vida. Conducir a la defensiva significa conducir de forma que se eviten accidentes a pesar de las acciones inseguras de los demás o la presencia de condiciones adversas para el conductor (lluvia, niebla, falta de señalización, animales sueltos, peatones, ciclistas, etc.). Para lograrlo, es necesario conocer y aplicar la fórmula estándar para la prevención de accidentes de tránsito, compuesta por tres partes: 1) Reconocer el peligro: Reflexionar lo antes posible sobre lo que va a pasar o podría pasar ante la situación que se enfrentará al frente. 2) Comprender la defensa: existen formas definidas de afrontar situaciones concretas y debes conocerlas para aplicarlas cuando se presente la ocasión. 3) Actúa a tiempo: Viendo el peligro y conociendo la defensa para evitarlo, debes actuar. Las estrategias recomendadas por los especialistas están ligadas a la velocidad a la que se desplaza el vehículo y los márgenes de visión y reacción que esta velocidad permite al conductor. La presencia de animales sueltos en las vías no es responsabilidad del conductor, pero estando a cargo del vehículo, debe asumir la parte que le corresponde para la preservación de su vida, de quienes lo acompañan y de terceros involucrados. La práctica consciente y eficiente de las normas de conducción defensivas te permitirá conseguirlo. Mientras tanto, como ciudadanos, debemos exigir y luchar para que las vías en Tucumán sean seguras.
En las rutas de Tucumán existe un mal que por su empeño e indiferencia en solucionarlo, tiene características endémicas: Es la presencia de animales sueltos. A la espera de que algún día llegue una solución definitiva, los conductores tienen la opción de reducir su exposición a este riesgo y/o controlarlo. Una de las estrategias que pueden utilizar es lo que se conoce como Conducción Defensiva o el Arte de Conservar la Vida. Conducir a la defensiva significa conducir de forma que se eviten accidentes a pesar de las acciones inseguras de los demás o la presencia de condiciones adversas para el conductor (lluvia, niebla, falta de señalización, animales sueltos, peatones, ciclistas, etc.). Para lograrlo, es necesario conocer y aplicar la fórmula estándar para la prevención de accidentes de tránsito, compuesta por tres partes: 1) Reconocer el peligro: Reflexionar lo antes posible sobre lo que va a pasar o podría pasar ante la situación que se enfrentará al frente. 2) Comprender la defensa: existen formas definidas de afrontar situaciones concretas y debes conocerlas para aplicarlas cuando se presente la ocasión. 3) Actúa a tiempo: Viendo el peligro y conociendo la defensa para evitarlo, debes actuar. Las estrategias recomendadas por los especialistas están ligadas a la velocidad a la que se desplaza el vehículo y los márgenes de visión y reacción que esta velocidad permite al conductor. La presencia de animales sueltos en las vías no es responsabilidad del conductor, pero estando a cargo del vehículo, debe asumir la parte que le corresponde para la preservación de su vida, de quienes lo acompañan y de terceros involucrados. La práctica consciente y eficiente de las normas de conducción defensivas te permitirá conseguirlo. Mientras tanto, como ciudadanos, debemos exigir y luchar para que las vías en Tucumán sean seguras.
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