Cartas de lectores: Homenaje a la memoria

Un emotivo canto de la diáspora y el exilio en judeoespañol, judezmo o ladino, la antigua lengua de los judíos sefardíes que fueron expulsados ​​de España en 1492, volvió a sonar en el siglo XX. Este himno de amor a la tierra perdida fue cantado a menudo, quizás en versiones adaptadas a las circunstancias en un idioma ladino ya muy cercano al español moderno, en los campos de exterminio nazis donde los judíos de Grecia fueron enviados a morir entre 1943 y 1944. La canción titulada “Los árboles lloran por la lluvia” expresa en parte: “Los árboles lloran por la lluvia / y las montañas por el aire. / Así lloran mis ojos / por ti, querida amada. / Vuelvo y me digo: ¿qué será de mí? / En tierras ajenas me voy a morir”. La versión se atribuye a la «Koro Saloniko», un coro de ex reclusas de los campos nazis, pero también formaba parte del repertorio de la «Mädchenorchester von Auschwitz», una famosa orquesta de mujeres dirigida en Auschwitz por Alma Rosé, hija de Arnold. Rosé, primer violín de la Orquesta Sinfónica y de Ópera de Viena y nieto del compositor Gustav Mahler. La versión cantada por los judíos de Tesalónica cambió la expresión “tierras ajenas” por “tierras de Polonia”. Cabe señalar que Tesalónica era una especie de capital de los sefardíes: el grupo era rico; el tolerante gobierno turco; los rabinos, inteligentes y tradicionalistas. Según lo estipulado en el Tratado de Bucarest (1913), Tesalónica pasó a formar parte de Grecia. En 1941 los nazis toman Grecia y comienza la persecución y exterminio de los judíos. En la actualidad, Tesalónica, como núcleo importante de la diáspora, ya no existe; Los judíos de Tesalónica, que hablaban ladino, fueron asesinados por los nazis durante la ocupación de Grecia. De todas las ciudades europeas ocupadas por los nazis, Tesalónica fue la que registró más víctimas judías: de una población de 56.000 personas, 54.050 fueron exterminadas en Auschwitz-Bikernau y Bergen-Belsen. Este 27 de enero se cumple un nuevo aniversario de cuando el ejército soviético abrió las puertas de Auschwitz-Birkenau en 1945; liberando a los únicos prisioneros que pudieron sobrevivir al campo de exterminio más mortífero del Holocausto. La placa de Auschwitz número 21 está escrita en ladino y fue inaugurada el 24 de marzo de 2003 como homenaje a las víctimas del nazismo. La canción «Los árboles lloran por la lluvia» rememora aquellos días nefastos para la humanidad en los que la intolerancia producía el más absoluto horror.