Durante la visita de la ministra de Salud de la Nación para entregar ambulancias, su homólogo provincial elogió la supuesta eficiencia del sistema de salud tucumano. Desafortunadamente, sus conceptos laudatorios chocan con una dura realidad. Al cursar la tercera semana de paro en los hospitales provinciales, por la medida gremial ante la falta de respuestas a sus reclamos permanentes, la mitad de los tucumanos se encuentran sin atención médica. Seguramente el Gobernador y ningún líder de gobierno, que gracias a los privilegios de la política disfrutan de la mejor cobertura de salud, nunca sabrá lo que es madrugar en cualquier época del año para conseguir una de las pocas citas disponibles para ser atendido. Y muchas veces viajando como es en el (también) pésimo transporte público que tenemos, para llegar desde los puntos más alejados de la provincia. Y que, si con suerte, no nos saluda con: “hoy no viene el médico…”. Después de la consulta, ojalá podamos realizar estudios en el mismo hospital, con otro comienzo temprano en el medio. En caso contrario, tendremos que pagarlos onerosa- mente en un centro privado. Y allí, simplemente, tal vez comencemos a resolver nuestro problema. Preguntamos: ¿Sabe el Gobernador que estamos pasando por la peor crisis económica de la historia con un 50% de pobreza, un 100% de inflación anual y más de la mitad de la población económicamente activa trabajando informalmente y por lo tanto sin seguridad social, y ese es el hospital público? el único lugar donde podemos ir a curarnos? ¿Sabe que una consulta médica privada cuesta más de 2 000 pesos y que la necesidad obliga a elegir entre comer o curarse? Cuando vemos que llueve dinero (literalmente) para los municipios «amigos», ¿por qué no hay recursos para mejorar los magros salarios de salud, que están al nivel de los miles de «ñoquis» que hay en la provincia? ¿No recuerdas que en medio de una pandemia ponen en riesgo su propia vida para cuidar la tuya y la de todos, pagando un precio muy alto? Aprovechando que está en plena campaña para continuar en el lugar que ocupa, queremos saber: ¿Es así como piensa atender la salud de los tucumanos en los próximos cuatro años? Párrafo aparte para nuestro hospital de Monteros, que está sujeto a reparaciones y ampliaciones todo el año, y que, sin embargo, durante todo el mes de enero no contó con médico clínico ni otras especialidades, porque el personal se encuentra disfrutando de sus (merecidas) vacaciones. Una vez más el mundo paralelo en el que viven nuestros gobernantes los desconecta de todas las penurias que son nuestro pan de cada día en esta bendita provincia.
Durante la visita de la ministra de Salud de la Nación para entregar ambulancias, su homólogo provincial elogió la supuesta eficiencia del sistema de salud tucumano. Desafortunadamente, sus conceptos laudatorios chocan con una dura realidad. Al cursar la tercera semana de paro en los hospitales provinciales, por la medida gremial ante la falta de respuestas a sus reclamos permanentes, la mitad de los tucumanos se encuentran sin atención médica. Seguramente el Gobernador y ningún líder de gobierno, que gracias a los privilegios de la política disfrutan de la mejor cobertura de salud, nunca sabrá lo que es madrugar en cualquier época del año para conseguir una de las pocas citas disponibles para ser atendido. Y muchas veces viajando como es en el (también) pésimo transporte público que tenemos, para llegar desde los puntos más alejados de la provincia. Y que, si con suerte, no nos saluda con: “hoy no viene el médico…”. Después de la consulta, ojalá podamos realizar estudios en el mismo hospital, con otro comienzo temprano en el medio. En caso contrario, tendremos que pagarlos onerosa- mente en un centro privado. Y allí, simplemente, tal vez comencemos a resolver nuestro problema. Preguntamos: ¿Sabe el Gobernador que estamos pasando por la peor crisis económica de la historia con un 50% de pobreza, un 100% de inflación anual y más de la mitad de la población económicamente activa trabajando informalmente y por lo tanto sin seguridad social, y ese es el hospital público? el único lugar donde podemos ir a curarnos? ¿Sabe que una consulta médica privada cuesta más de 2 000 pesos y que la necesidad obliga a elegir entre comer o curarse? Cuando vemos que llueve dinero (literalmente) para los municipios «amigos», ¿por qué no hay recursos para mejorar los magros salarios de salud, que están al nivel de los miles de «ñoquis» que hay en la provincia? ¿No recuerdas que en medio de una pandemia ponen en riesgo su propia vida para cuidar la tuya y la de todos, pagando un precio muy alto? Aprovechando que está en plena campaña para continuar en el lugar que ocupa, queremos saber: ¿Es así como piensa atender la salud de los tucumanos en los próximos cuatro años? Párrafo aparte para nuestro hospital de Monteros, que está sujeto a reparaciones y ampliaciones todo el año, y que, sin embargo, durante todo el mes de enero no contó con médico clínico ni otras especialidades, porque el personal se encuentra disfrutando de sus (merecidas) vacaciones. Una vez más el mundo paralelo en el que viven nuestros gobernantes los desconecta de todas las penurias que son nuestro pan de cada día en esta bendita provincia.
Durante la visita de la ministra de Salud de la Nación para entregar ambulancias, su homólogo provincial elogió la supuesta eficiencia del sistema de salud tucumano. Desafortunadamente, sus conceptos laudatorios chocan con una dura realidad. Al cursar la tercera semana de paro en los hospitales provinciales, por la medida gremial ante la falta de respuestas a sus reclamos permanentes, la mitad de los tucumanos se encuentran sin atención médica. Seguramente el Gobernador y ningún líder de gobierno, que gracias a los privilegios de la política disfrutan de la mejor cobertura de salud, nunca sabrá lo que es madrugar en cualquier época del año para conseguir una de las pocas citas disponibles para ser atendido. Y muchas veces viajando como es en el (también) pésimo transporte público que tenemos, para llegar desde los puntos más alejados de la provincia. Y que, si con suerte, no nos saluda con: “hoy no viene el médico…”. Después de la consulta, ojalá podamos realizar estudios en el mismo hospital, con otro comienzo temprano en el medio. En caso contrario, tendremos que pagarlos onerosa- mente en un centro privado. Y allí, simplemente, tal vez comencemos a resolver nuestro problema. Preguntamos: ¿Sabe el Gobernador que estamos pasando por la peor crisis económica de la historia con un 50% de pobreza, un 100% de inflación anual y más de la mitad de la población económicamente activa trabajando informalmente y por lo tanto sin seguridad social, y ese es el hospital público? el único lugar donde podemos ir a curarnos? ¿Sabe que una consulta médica privada cuesta más de 2 000 pesos y que la necesidad obliga a elegir entre comer o curarse? Cuando vemos que llueve dinero (literalmente) para los municipios «amigos», ¿por qué no hay recursos para mejorar los magros salarios de salud, que están al nivel de los miles de «ñoquis» que hay en la provincia? ¿No recuerdas que en medio de una pandemia ponen en riesgo su propia vida para cuidar la tuya y la de todos, pagando un precio muy alto? Aprovechando que está en plena campaña para continuar en el lugar que ocupa, queremos saber: ¿Es así como piensa atender la salud de los tucumanos en los próximos cuatro años? Párrafo aparte para nuestro hospital de Monteros, que está sujeto a reparaciones y ampliaciones todo el año, y que, sin embargo, durante todo el mes de enero no contó con médico clínico ni otras especialidades, porque el personal se encuentra disfrutando de sus (merecidas) vacaciones. Una vez más el mundo paralelo en el que viven nuestros gobernantes los desconecta de todas las penurias que son nuestro pan de cada día en esta bendita provincia.
Durante la visita de la ministra de Salud de la Nación para entregar ambulancias, su homólogo provincial elogió la supuesta eficiencia del sistema de salud tucumano. Desafortunadamente, sus conceptos laudatorios chocan con una dura realidad. Al cursar la tercera semana de paro en los hospitales provinciales, por la medida gremial ante la falta de respuestas a sus reclamos permanentes, la mitad de los tucumanos se encuentran sin atención médica. Seguramente el Gobernador y ningún líder de gobierno, que gracias a los privilegios de la política disfrutan de la mejor cobertura de salud, nunca sabrá lo que es madrugar en cualquier época del año para conseguir una de las pocas citas disponibles para ser atendido. Y muchas veces viajando como es en el (también) pésimo transporte público que tenemos, para llegar desde los puntos más alejados de la provincia. Y que, si con suerte, no nos saluda con: “hoy no viene el médico…”. Después de la consulta, ojalá podamos realizar estudios en el mismo hospital, con otro comienzo temprano en el medio. En caso contrario, tendremos que pagarlos onerosa- mente en un centro privado. Y allí, simplemente, tal vez comencemos a resolver nuestro problema. Preguntamos: ¿Sabe el Gobernador que estamos pasando por la peor crisis económica de la historia con un 50% de pobreza, un 100% de inflación anual y más de la mitad de la población económicamente activa trabajando informalmente y por lo tanto sin seguridad social, y ese es el hospital público? el único lugar donde podemos ir a curarnos? ¿Sabe que una consulta médica privada cuesta más de 2 000 pesos y que la necesidad obliga a elegir entre comer o curarse? Cuando vemos que llueve dinero (literalmente) para los municipios «amigos», ¿por qué no hay recursos para mejorar los magros salarios de salud, que están al nivel de los miles de «ñoquis» que hay en la provincia? ¿No recuerdas que en medio de una pandemia ponen en riesgo su propia vida para cuidar la tuya y la de todos, pagando un precio muy alto? Aprovechando que está en plena campaña para continuar en el lugar que ocupa, queremos saber: ¿Es así como piensa atender la salud de los tucumanos en los próximos cuatro años? Párrafo aparte para nuestro hospital de Monteros, que está sujeto a reparaciones y ampliaciones todo el año, y que, sin embargo, durante todo el mes de enero no contó con médico clínico ni otras especialidades, porque el personal se encuentra disfrutando de sus (merecidas) vacaciones. Una vez más el mundo paralelo en el que viven nuestros gobernantes los desconecta de todas las penurias que son nuestro pan de cada día en esta bendita provincia.
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