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Cartas de lectores III: temas azucareros

Siempre será de interés conocer algunos aspectos básicos que hacen a la actividad sucroalcoholera de Tucumán por ser la de mayor aporte al PBI industrial local. En esta ocasión solo tocaré tres puntos clave del sector pero que, llamativamente, no llaman la atención de nadie. Primero, señalar el tremendo atraso tecnológico que hay alrededor de 50 años en cuanto a las fórmulas para evaluar la calidad del jugo de caña y de ahí saber los kg de azúcar obtenidos por el pago de la coparticipación de ese azúcar. Enorme problema económico. El jugo a analizar se sigue obteniendo, como se hizo hace 94 años con el Premio Alvear. Esta forma de trabajo (era para caña limpia, pelada y despuntada a mano) ya no se usa en ningún país del mundo azucarero y se llama “análisis indirecto”. Peor aún es cuando esas viejas fórmulas para calcular el azúcar obtenido tienen parámetros que tienen 120 años y quedaron atrás hace décadas pero siguen vigentes aquí. Increíble aceptar ese retraso. Hoy se utiliza el “análisis directo” con uso de prensas hidráulicas y trituración de la muestra de caña como resultado de la mecanización total de la zafra (Tucumán 90%), valorando jugo y fibra en conjunto y terminando con la discutida “basura”. Para ello, es necesario modernizar todos los laboratorios con equipos informáticos homogéneos para la seguridad en acción, o NIR modernos. Junto con lo dicho, los países productores de azúcar tienen una sola fórmula para calcular el azúcar logrado y no cinco, como hay en Tucumán, y dos en el Norte. “Nuestro mundo” no funciona así. Más doloroso aún cuando se aceptan coeficientes diferentes entre Tucumán y el Norte. El segundo punto a tocar es que no veo una reacción a la disparidad de precios entre el etanol de caña de azúcar y el de maíz sin que existan razones técnicas y económicas. La diferencia es de $19.17/litro (sin IVA). En dólares sería US$0,60/l para caña y US$0,73 para maíz. Así pierde Tucumán. Frente a U$S 0,963/l nafta súper YPF, la caña bio se queda atrás. El tercer punto es que me llamó la atención el consumo de edulcorantes artificiales nocivos con 757.123 t/año y 740.085 t de fructosa de maíz, que suma y resta el equivalente a 1.497.208/tonelada de azúcar. Es decir, superior a la producción tucumana de unas 1.320.000 toneladas (promedio de cinco años). ¿Alguien se ha ocupado de ver estos temas claves en la economía de la Provincia? Además de una producción limitada de bioetanol de una modesta mezcla de 12% (6% de caña) hasta 2030, según la Ley 27.640.

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