">

Cartas de lectores IV: Constitución Nacional

El 1 de mayo no solo se celebró el Día del Trabajo, sino también el Día de la Constitución Nacional Argentina. Ese día fue elegido en conmemoración del aniversario de su sanción (año 1853), por el Congreso General Constituyente. Urquiza lo promulgó el 25/05 y fue juramentado por todas las provincias el 9 de julio de ese año. El constitucionalismo es una forma de vida política que busca racionalizar el ejercicio del poder, para asegurar a las personas el goce de sus libertades y el respeto a su dignidad. Para lograrlo se vale de: 1) Declaración de una constitución 2) Separación y control de los poderes del Estado 3) Que el origen del poder, las condiciones de su ejercicio y las autoridades provengan del consentimiento popular 4) Distinción entre poder constituyente y poderes constituidos. En nuestro país, la Constitución es la ley fundamental del Estado. Es porque todas las demás leyes deben estar en armonía con sus principios. Es orgánico, porque fija la estructura institucional. Como ciudadanos tenemos que entender que un sistema de gobierno representativo, republicano y federal tiene como objetivo lo expresado en nuestra Carta Magna: “Constituir la unión nacional, fortalecer la justicia, la paz interior y la defensa común, promover el bien- siendo general y asegurando los beneficios de la libertad para todos». Velar por el cumplimiento de las disposiciones de la Constitución es un compromiso de todos y no sólo de la Corte Suprema de Justicia o de los jueces. Todos los funcionarios administrativos y legislativos nacionales, provinciales, municipales y comunales e incluso los ciudadanos (nosotros, el pueblo) tenemos la obligación permanente de velar por la supremacía de sus principios y el cumplimiento de sus disposiciones, ya que sólo así aseguraremos la paz, la libertad, el bien común y la dignidad de las personas. país no proviene de las deficiencias de la Constitución, casi no hay mal político, económico, ambiental y social que no provenga de la violación directa o indirecta de sus principios o de la interpretación astuta e infiel de los mismos. Para concluir transcribo un pensamiento de nuestro comprovinciano JB Alberdi: “No hay libertad para el hombre donde su seguridad, su vida y sus bienes están a merced del capricho de un presidente”.

El 1 de mayo no solo se celebró el Día del Trabajo, sino también el Día de la Constitución Nacional Argentina. Ese día fue elegido en conmemoración del aniversario de su sanción (año 1853), por el Congreso General Constituyente. Urquiza lo promulgó el 25/05 y fue juramentado por todas las provincias el 9 de julio de ese año. El constitucionalismo es una forma de vida política que busca racionalizar el ejercicio del poder, para asegurar a las personas el goce de sus libertades y el respeto a su dignidad. Para lograrlo se vale de: 1) Declaración de una constitución 2) Separación y control de los poderes del Estado 3) Que el origen del poder, las condiciones de su ejercicio y las autoridades provengan del consentimiento popular 4) Distinción entre poder constituyente y poderes constituidos. En nuestro país, la Constitución es la ley fundamental del Estado. Es porque todas las demás leyes deben estar en armonía con sus principios. Es orgánico, porque fija la estructura institucional. Como ciudadanos tenemos que entender que un sistema de gobierno representativo, republicano y federal tiene como objetivo lo expresado en nuestra Carta Magna: “Constituir la unión nacional, fortalecer la justicia, la paz interior y la defensa común, promover el bien- siendo general y asegurando los beneficios de la libertad para todos». Velar por el cumplimiento de las disposiciones de la Constitución es un compromiso de todos y no sólo de la Corte Suprema de Justicia o de los jueces. Todos los funcionarios administrativos y legislativos nacionales, provinciales, municipales y comunales e incluso los ciudadanos (nosotros, el pueblo) tenemos la obligación permanente de velar por la supremacía de sus principios y el cumplimiento de sus disposiciones, ya que sólo así aseguraremos la paz, la libertad, el bien común y la dignidad de las personas. país no proviene de las deficiencias de la Constitución, casi no hay mal político, económico, ambiental y social que no provenga de la violación directa o indirecta de sus principios o de la interpretación astuta e infiel de los mismos. Para concluir transcribo un pensamiento de nuestro comprovinciano JB Alberdi: “No hay libertad para el hombre donde su seguridad, su vida y sus bienes están a merced del capricho de un presidente”.

Salir de la versión móvil