El estado de las cuatro bombas para dotar de agua potable en la zona de Quebrada de Lules (calle Nazca) está descuidado y preocupa a los vecinos. Y no es para menos. Debido a que es un sistema antiguo (con cañerías de asbesto de varias décadas atrás) las pérdidas son constantes, por lo que el abastecimiento de agua puede no ser el adecuado según las normas nacionales e internacionales. Además, ¿quién puede asegurar que el agua, cuando llega a los hogares, cumpla con las normas físicas, químicas y bacteriológicas? Solo el estado de las instalaciones es suficiente para que surja la duda. El problema del agua en Lules se agrava. Si bien la Municipalidad colaboró con la construcción de nuevos pozos, el encargado del servicio, que es el SAT, no da ninguna solución, ni en este tema ni en el alcantarillado, que no solo está colapsado, sino que es uno de los Las plantas de tratamiento funcionan la mitad y la otra está abandonada desde hace años. Ambos problemas, agua y alcantarillado, deben ser atendidos de manera prioritaria y urgente dada la situación de pandemia que estamos viviendo. El SAT no puede seguir mirando para un lado en este tema que atañe a la salud de la población.
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