El Giro Político en Chile
En medio de las compras navideñas y las fiestas de graduación que estos días se ven cerca de las sedes de las universidades de Santiago, los chilenos se preparan para elegir este domingo al próximo presidente del país, en una elección que, según los pronósticos, podrían marcar **el giro a la derecha más extrema** desde la dictadura de Augusto Pinochet.
Más de 15,7 millones de chilenos están empadronados para elegir al sucesor del socialdemócrata Gabriel Boric entre dos candidatos que están en las antípodas ideológicas: el ultraconservador **José Antonio Kast** y la comunista **Jeannette Jara**, parte de la amplia coalición de gobierno de izquierda y centroizquierda.
Jara ganó la primera vuelta del 16 de noviembre con algo más de 3,4 millones de votos (el 26,8%), **apenas 380.000 votos por encima de Kast** (23,9%). Y todas las encuestas prevén ahora una victoria del ex diputado, que se presenta por tercera vez a la presidencia de Chile.
Kast recibió en la misma noche de la elección de noviembre el apoyo de Evelyn Matthei, candidata de la derecha más moderada y tradicional, y Johannes Kaiser, del ala más radical y libertaria, abierto defensor de Pinochet. Entre los tres sumaron más del 50% que le asegura la victoria.
Pero además, es posible que el candidato opositor coseche al menos parte de los votos que obtuvo Franco Parisi, quien sorprendió en noviembre con un 19,7% (más de 2,5 millones de votos) y quedó en tercer lugar.
El líder del Partido de la Gente, un populista de derecha que aparecía en un lejano quinto lugar en los sondeos, se convirtió en una figura central. Ahora llamó a sus seguidores a anular el voto –que por primera vez es obligatorio para una elección presidencial en Chile desde el fin de la dictadura- pues no se identifica con ninguno de los dos candidatos, a quienes ubica en los dos extremos del arco político.
Interrogantes
Todas las encuestas publicadas antes del inicio de la veda electoral, hace dos semanas, y las que circulan de manera clandestina, pronostican una clara victoria de Kast, aunque **la incógnita está en el margen del triunfo**. Los sondeos vaticinan desde una diferencia de 10 puntos (55% para Kast, 45% para Jara), hasta 18 puntos (58%-41%).
La **impopularidad del gobierno**, que se va con un 30% de apoyo, y la trayectoria política de Jara, en un país con una fuerte tradición anticomunista, le complican el camino para captar nuevos votos, pese a sus intentos por apelar al miedo a la ultraderecha y por defender su liderazgo al frente de leyes emblemáticas como el aumento del salario mínimo, la reforma de pensiones o la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales que ella consiguió como ministra de Trabajo de este gobierno.
“Es posible que en Chile ocurra lo que está ocurriendo en otros países de América Latina, más allá si son gobiernos de izquierda o derecha: la alternancia entre gobierno y oposición”, explicó a **Clarín** Marco Moreno, director del Centro de Democracia y Opinión Pública de la Universidad Central de Chile. “Los votantes castigan la falta de respuestas. Aquí hay un desgaste del gobierno, que no respondió a la demanda de cambios desde el estallido social de 2019, que llevó a Boric a ser presidente”, agregó.
Además, señaló, “ahora hay una demanda de orden, de seguridad y mejoras económicas. Y quien representa esto de mejor manera es la derecha”.
Miedo y Reclamo de Seguridad
En un país que vive con miedo ante una creciente ola de crímenes cada vez más violentos y con el sello de los **grupos extranjeros del narcotráfico** que llegaron en los últimos años, el tema de la seguridad y del control de las fronteras monopolizó la campaña.
Según el informe Preocupaciones del Mundo, difundido en noviembre por IPSOS, que cada mes registra la percepción de unas 25.000 personas en una treintena de países, el 63% de los chilenos dijo que la seguridad es su mayor preocupación. La inmigración, en tanto, inquieta al 40% de los consultados.
Aunque todavía es uno de los países más seguros de América Latina, la tasa de homicidios se duplicó en Chile en la última década, pasando de 2,32 por cada 100.000 habitantes en 2015 a 6,0 en 2024.
En toda la campaña tanto Jara como Kast prometieron medidas para mitigar la inseguridad y endurecer la política migratoria en el país, donde los extranjeros representan casi el 9% de los 18,5 millones de habitantes.
Los dos candidatos proponen blindar la frontera norte y fortalecer la lucha contra el crimen organizado, pero Kast es partidario de medidas más duras como la **expulsión masiva de migrantes**, tipificar la migración como un delito o **construir cárceles de máxima seguridad** con aislamiento total para líderes del narcotráfico, similares a las que se construyeron en El Salvador con el presidente Nayib Bukele, con quien tiene buena sintonía.
Jara, que busca dar continuidad a las políticas implementadas por el gobierno de Boric, propone medidas más moderadas para contener el flujo migratorio que incluyen un registro oficial de los más de 330.000 migrantes sin papeles que residen actualmente en Chile.
También defiende la construcción de más cárceles, la modernización de la policía y la creación de equipos especializados para rastrear y eliminar el dinero de origen ilícito que alimenta a las organizaciones criminales.
De cara a la segunda vuelta, **Jara endureció el tono y defendió la expulsión de los extranjeros que no se registren** o hayan cometidos delitos en Chile. Tampoco descartó un Estado de Emergencia “si es necesario”, en un gesto por captar el centro político que pide medidas más contundentes ante la ola de inseguridad.
En el plano económico, Kast ha prometido impulsar la inversión, reducir trabas burocráticas y mejorar las condiciones para la creación de empleo. Su plan también prevé un recorte millonario del gasto público para aliviar el presupuesto, aunque no ha dado detalles de cómo se implementará.
Jara, por su parte, plantea una economía **que combine crecimiento con protección social**, aumento de la productividad y fortalecimiento del trabajo formal. Y centró sus propuestas en mantener la expansión de algunos beneficios obtenidos durante el gobierno de Boric, como el ingreso mínimo de unos 815 dólares mensuales, la limitación de las alzas sistemáticas en las áreas de salud y educación y una rebaja en las cuentas de luz.
El domingo a la noche los chilenos sabrán qué modelo de país comenzará a delinearse desde marzo de 2026. Con pocas dudas sobre quién ganará, la mirada está puesta en la diferencia de votos, pues de eso dependerá la legitimidad del futuro gobierno y el margen de maniobra para poder emprender los cambios prometidos.
**En medio de una campaña marcada por la seguridad, la migración y las propuestas económicas divergentes, Chile se encamina hacia un cambio político que podría definir su rumbo en los próximos años. La elección entre Kast y Jara representa un giro significativo en la historia reciente del país, con implicaciones que van más allá de las fronteras nacionales.**
