Hace casi 30 años, Damien, el hijo de la científica australiana Carmel Harrington, murió repentinamente cuando era un bebé, pero ella no tenía mucha explicación sobre la causa de la muerte.
«Mi hijo Damien murió repentina e inesperadamente una noche. Pasaron unos dos años antes de que realmente pudiera respirar de nuevo», dijo Harrington al medio de comunicación australiano ABC (Australian Broadcasting Corporation).
Sin explicaciones de los médicos, quienes solo dijeron “que fue una tragedia”, el investigador decidió investigar qué había sucedido. Episodios como este se conocen como síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), en el que un bebé muere sin razón aparente.
Otras investigaciones ya han indicado que el SIDS es el resultado de varios factores que ocurren coincidentemente. Uno de ellos sería la disfunción autonómica, un trastorno en el sistema nervioso que puede causar problemas en acciones involuntarias del cuerpo humano, como los latidos del corazón.
Sin embargo, la investigación aún no ha descrito claramente las razones del SIDS. Ahora, el nuevo estudio de Harrington, del que es investigadora principal y que se publicó a principios de mayo en la revista eBioMedicine, puede haber dado un paso importante en la búsqueda de la respuesta.
El grupo de científicos investigó una enzima llamada butirilcolinesterasa (Buche) porque actúa sobre el sistema colinérgico, una de las principales ramas del sistema autónomo. La idea era ver si un disturbio en Buche podría estar relacionado con estas misteriosas muertes.
La investigación consistió en observar la actividad de la enzima mediante la recolección de gotas de sangre unos días después del nacimiento de los bebés. Los científicos monitorearon a los bebés participantes y observaron que los que morían repentinamente tenían menor actividad de Buche en comparación con los que no morían o que morían por otras causas.
Con el estudio, los investigadores creen que pueden haber descubierto esta enzima como marcador de riesgo de SIDS. Esto es útil porque puede identificar a los más propensos a sufrir una muerte súbita en los primeros días de vida.
«Este hallazgo representa la posibilidad de identificar a los bebés en riesgo de SIDS antes de morir y abre nuevas vías para futuras investigaciones», afirman los autores en el artículo.
Pero para Harrington el descubrimiento es mucho más significativo. En la entrevista concedida a ABC a principios de mayo, dice que «este es un regalo que siento que me llegó el día de la madre, porque el momento es muy peculiar para mí».
La investigadora agregó que aún queda mucho por hacer, faltando «únicamente financiamiento» para realizar investigaciones que eviten otros traumas como el que ella atravesó.
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Fuente: uol.com.br