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Cómo afilar tus cuchillos como un verdadero ninja: guía práctica para mantenerlos siempre afilados.

Por qué es importante tener los cuchillos bien afilados en la cocina

Es algo obvio pero mucha gente no le da importancia, tener los cuchillos bien afilados es esencial en cualquier cocina, ya sea profesional u hogareña, por varias razones importantes.

Primero, un cuchillo afilado reduce el esfuerzo necesario para cortar, lo que mejora la precisión y control durante el proceso de preparación de alimentos (mise en place), y permite cortes más limpios y uniformes. Esto no solo mejora la presentación de los platos, sino que también asegura una cocción más uniforme.

Además, el uso de un cuchillo afilado es más seguro; aunque pueda parecer contradictorio, un cuchillo afilado es menos propenso a resbalarse y causar un accidente que uno desafilado, que requiere mayor fuerza y puede desviarse fácilmente de su trayectoria prevista. Por lo tanto, mantener los cuchillos bien afilados es fundamental para la eficiencia, la estética de los alimentos preparados, y sobre todo, para la seguridad en la cocina.

Consejos para afilar cuchillos de cocina

Porque si no cortan bien, tu tarea en la cocina se vuelve más difícil y hasta deja de ser eficiente. Pero para evitar eso, sólo hace falta aprender a afilar los cuchillos. Y, para ello, existen 5 trucos muy sencillos para lograrlo y salir de un apuro:

Consejos para afilar cuchillos de cocina

5 alternativas para afilar un cuchillo

  1. Taza. Con una taza de cerámica que no tenga el borde inferior barnizado ni esmaltado, usá el canto de abajo para frotar el filo del cuchillo inclinado a 45°, como si fuera una piedra. Acordate de hacerlo a ambos lados del filo.
  2. Botella. Una botella de vidrio también te puede resultar útil. Para ello, usá la boca de la botella como piedra de afilar. Como el vidrio está pulido, te va a tomar un poco más de tiempo.
  3. Aluminio. Agarrá uno o dos metros de papel aluminio y apretalo para formar una bola compacta. Después, cortá por la medio la bola de aluminio con el cuchillo, lo que le va a sacar el filo. Cuantas más pasadas hagas, mayor el filo.
  4. Otro cuchillo. También podés hacerlo frotando dos cuchillos entre sí. Usá para ello un cuchillo viejo que no tenga filo y frotá el que querés afilar como si fuera una piedra.
  5. Lima para uñas. En este caso, pasá la lima sobre el filo, y no el filo del cuchillo sobre la lima. Es una opción para salir de un apuro, pero que no se compara con una chaira o una piedra de afilar.
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