Un expolicía fue condenado a cadena perpetua por el feminicidio de su novia, Bárbara Zabala, quien fue asesinada a puñaladas frente a tres amigos cuando regresaba de celebrar su cumpleaños en la ciudad bonaerense de Pehuajó en diciembre de 2019.
Brian David Dirassar, de 24 años, fue declarado responsable del delito de «doble homicidio agravado por relación y por mediación en violencia de género».
El fiscal y el abogado de la familia de la víctima pidieron cadena perpetua, lo que le habría impedido acceder a beneficios mientras cumplía su condena.
Ambos habían considerado que el hecho debió estar encuadrado en ese delito más el agravante de “traición a la patria”, aunque esta última fue rechazada por el Tribunal Oral en lo Penal (TOC) 1 de Trenque Lauquen.
A su vez, la defensora pública había pedido en su demanda la pena mínima para el expolicía, al considerar que actuó en medio de una «emoción violenta» y planteó la inconstitucionalidad de la cadena perpetua.
Mientras tanto, la familia de la víctima no quedó satisfecha con la decisión y convocó una protesta en la Praça Dardo Rocha bajo el lema “sin vida en la cárcel no hay justicia”.
Tras las acusaciones, Dirassar había dicho en sus últimas palabras ante el Juzgado de la Unidad Penal 30 de General Alvear que estaba «disculpado» por lo ocurrido y pedido «perdón a todos los presentes en la sala».
Un feminicidio anunciado
El día que mataron a Bárbara Zabala, ella cumplía 20 años y había salido a celebrar con sus amigas. Fue tres días después que decidió terminar su relación con Dirassar, a quien denunció dos veces por violencia y tenía restricción perimetral.
Pese a todo, el imputado atacó a Bárbara en la esquina de Rivarola e Irigoyen con un arma blanca y con tres amigos de la víctima como testigos. La apuñaló y la joven murió desangrada, luego dispuso la autopsia.
El diario íntimo de un calvario
El acoso fue sistemático y resultó mortal, aunque Bárbara había denunciado dos veces a Dirassar por violencia y le pesaba una restricción perimetral. «Estaba aterrado. Fue arrestada en su propia casa”, dijo en Facebook un amigo cercano de la víctima, Anii Zabala.
Martes 26 de noviembre: Barbi logra separarse de un psicópata enfermo y se viene a vivir a mi casa para alejarse de todo. Ese mismo día le mentimos (a Dirassar) diciendo que Barbi había ido a 9 de Julio (a 100 kilómetros de nuestra ciudad), donde el asesino hizo autostop para buscarla, loco por no haberle avisado. No le había avisado porque en una de sus acciones violentas estrelló su celular contra la pared.
Viernes 29 de noviembre: Se realiza el primer reclamo. Su exnovio no la dejaba sola, al punto de entrar tres veces a mi casa ese mismo día por el techo (ya lo había hecho en otras ocasiones). Reciben la denuncia, pero no quieren llevarlo detenido a la Comisaría de la Mujer (donde se hizo la denuncia). Entonces, custodia casi obligatoria.
Sábado 30 de noviembre: 6 am, con el guardia en la puerta, tu ex se acerca a la ventana donde dormía Barbi, que da a la misma acera. La custodia nunca se entera del episodio, solo Barbi logra que se vaya muerta de miedo.
Lunes 2 de diciembre: levantan la prisión, a pedido del fiscal, otorgándole la medida perimetral (que nunca funciona, ni en éste ni en ningún otro).
Jueves 5 de diciembre: Está en la esquina de mi casa, violando el perímetro que tenía. Se llama 911. Llegaron tarde. Mi hermana se acerca nuevamente a la comisaría de la mujer para hacer una ampliación de denuncia expresando lo sucedido. Nadie hace nada, cuando nuevamente debieron arrestarlo y debieron ir a buscar a Dirassar.
Viernes 6 de diciembre: A la una y media de la mañana me llama un amigo para comunicarme la triste noticia. El día que fue tu cumpleaños.
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Fuente: expresdiario.com.ar