Un policía de Corrientes retirado habría obtenido un préstamo de casi 100.000 pesos de una empresa financiera para pagar los servicios de los pistoleros que asesinaron a su expareja la noche del 2 de octubre.
El hombre retiró el dinero en los días previos al ataque, lo que refuerza la hipótesis de que la fiscal Sonia Meza está trabajando.
Las sospechas sobre el policía, que había sido recontratado a la fuerza para cubrir puestos de vigilancia permanente en empresas e instituciones públicas, surgieron pocas horas después del ataque a balazos que sufrió. Juana Rosa Rojas (52), que vivía en el barrio Pirayuí, en la capital provincial.
El fiscal solicitó la detención de Ramón Erlindo Maciel (55) y el secuestro de su celular para establecer sus llamadas en los días previos al ataque.
Además, solicitó informes al banco donde el hombre cobra su pensión. Y luego llegó información que llamó la atención de los investigadores: Maciel había tomado un préstamo costoso de una institución financiera y en tres sorteos se llevó todo el dinero pocos días antes de que su expareja fuera baleada por dos hombres desconocidos que viajaban en una motocicleta.
Pero también trabajan en otra pista. El contacto con los pistoleros se habría realizado a través de un tercero aún no identificado. Sin embargo, los investigadores tienen sus expectativas centradas en la lista de llamadas realizadas y recibidas por la policía en los últimos días. Creen que de ahí podría surgir una pista sobre quién disparó los cuatro tiros que mataron a Rojas.
De hecho, la policía también arrestó a un ex convicto. El hombre cumple con las características del conductor de la motocicleta que utiliza el pistolero. El sospechoso fue capturado en la casa de su novia, en el barrio de Ponce, y en la corte negó cualquier conexión con el crimen de Rojas.
El delincuente salió de la cárcel hace unas semanas, donde cumplió condena por robo agravado, y para los investigadores no sería extraño que hubiera accedido a participar en el asesinato a cambio de dinero.
Hasta ahora, los investigadores no tienen pruebas convincentes que relacionen esto con la muerte de la mujer. No han encontrado ningún teléfono celular en su poder, por lo que no tienen un número para verificar posibles llamadas a Maciel antes y después del ataque mortal.
El feminicidio tuvo lugar la noche del 2 de octubre. Dos hombres en motocicleta llegaron alrededor de las 21:30 horas al kiosco que tenía Rojas en su casa en el barrio de Pirayuí y pidieron una botella de cerveza. Tan pronto como la mujer se volvió para traerles la orden, el criminal sacó una pistola y le disparó.
La falta de cámaras de seguridad y la mala iluminación en todo el barrio complicaron la investigación. Los pocos testigos proporcionaron pocos datos fisonómicos sobre los asesinos y que la motocicleta no tenía placa de matrícula.
Esa misma noche se estableció que seis meses antes Maciel tuvo que salir de la casa que compartía con Rojas luego de que la mujer realizara una denuncia de reiterados actos de violencia de género. El abogado de la víctima dijo que la víctima le reveló con temor que el padre de sus hijos le aseguró que tenía los contactos necesarios para matarla.
En su investigación, Maciel se negó a responder a las preguntas del fiscal y pidió su liberación. La propuesta fue rechazada y todo indica que el policía retirado será procesado como autor de la muerte de su expareja.
GL
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Fuente: clarin.com