El último informe de la consultora Scentia, especializada en consumo masivo y con mediciones en todo el país, revela un dato clave para entender el escenario actual: mientras el Ventas en autoservicio Y almacenes de barrio del área metropolitana -CABA y conurbano bonaerense- muestran una sensible soltarEn el interior del país ocurre lo contrario. Allí, los números son positivos. Como si dos argentinos vivieran juntos, al menos a la hora de hablar del consumo de alimentos, bebidas y productos de higiene y limpieza.
Este grieta de consumo No tiene un corte geográfico solamente. Ligado a esto, el economista Fausto Spotorno refiere que existen al menos dos divisiones más: entre las familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes, quienes ante el choque inflacionario hacen malabarismos y ajustan sus gastos de manutención.
Y las familias de ingresos medios y medios-altos, que tienen cierta capacidad de ahorro pero la utilizan para cubrir necesidades postergadas por la pandemia: Son las personas que llenan los restaurantes (los que quedaron en pie, explica Spotorno) y agotan las entradas en festivales de música y teatros.
Son personas que también cambiarían el coche por un kilómetro cero, pero que deben aplazar ese gasto por el simple hecho de que no hay oferta disponible en los concesionarios. Algo que tiene que ver con otro de los problemas de la economía argentina: la escasez de dólares para poder importar vehículos y autopartes.
Spotorno aclara que hay una tercer grupoapenas el 1% de la población de mayores ingresos, que forma parte de otro segmento más exclusivo, que intenta volver a Viajar al extranjero y que incluso es capaz de pagar una prima para acceder al kilómetro 0 de ensueño sin más dilación.
Mientras cae el consumo de alimentos en algunos puntos del país, crece la compra de pasajes aéreos
Consumo de alimentos: altibajos
El último informe de Scentia da indicios de lo que está pasando con el consumo: marca una caída de las ventas en supermercados y tiendas de barrio del área metropolitana, del 4,4% en abril respecto al mismo mes del año pasado.
Un notable contraste con lo que sucede con el mismo canal de Ventas de El en el interior del paísdonde uno comprueba aumento del consumo del 14,7%.
Según Scentia, esta diferenciación tiene que ver con la explosión de la turismo internodurante la Semana Santa, y la proliferación de turistas de países vecinos a algunas ciudades fronterizas.
Habría también un creciente contrapunto entre los ingresos de los trabajadores de los distritos del interior, respaldados por el buen desempeño del campo, y la amplia oferta de trabajadores del sector informal del área metropolitana, especialmente del GBA.
En las compras de las cadenas de supermercados no hay mucha diferencia entre el interior y el AMBA. Mientras el crecimiento del consumo en el primer caso llega al 2% interanual, en la Capital y Gran Buenos Aires apenas llega al 1,4%.
La compra de boletos y paquetes turísticos muestra la brecha en el consumo
Restaurantes y estadios llenos
Las dos sociedades que aparecen en la actual Argentina inflacionaria se hacen evidentes cuando se habla de otros consumos. Él salidas a restaurantes o shows en vivo -sobre todo los recitales al aire libre-, actividades que habían sido suspendidas durante la pandemia, ahora vuelven con todo.
Por supuesto, son actividades que pueden realizar quienes tienen disponibilidad de dinero, que ya tienen asegurado lo básico, y destinan parte de sus ingresos a la recreación.
La venta de entradas para espectáculos en vivo se agotó en tiempo récord, y los teatros volvieron a colocar el cartel de «Agotado», reservado para momentos muy especiales. Como la actual, cuando la gente salió masivamente a la calle para «recuperar el tiempo perdido» por el coronavirus.
Algo similar sucede con el turismo. Estuvo expuesta durante el verano y también durante la última Semana Santa. Hay un verdadero boom de viajes.
Según CAME, en el verano había 32 millones de argentinos que hicieron algunos montar Para el país.
Dato oficial: más de 4,5 millones de turistas accedieron a PreViaje, lo que generó ingresos por más de $150.000 millones para el sector turístico.
Construcción, también arriba
Según el índice Construya (elaborado por las principales constructoras del país), en abril se registró una mejora de 4,9% respecto de marzo pasado. Y uno hasta un 8,7% en relación a abril del año pasado, mes todavía afectado por la pandemia.
Hay un boom de la construcción, contrario a la crisis
El índice -en términos desestacionalizados- se encuentra en un punto más alto que en 2017, antes de la crisis cambiaria.
La cantidad de Puestos de trabajo también se hace fuerte: ya hay 409.000 trabajos en blanco, casi el mismo nivel que existía antes de la explosión de la pandemia. Es un secreto a voces que los arquitectos y desarrolladores tienen dificultades para encontrar mano de obra.
Venta de coches 0Km, un caso particular
Es diferente con otros consumos, como el de los automóviles 0 kilómetros. Hoy, Argentina está lejos del récord de ventas de 2013 -se vendieron un millón de autos- o incluso de 2017 (950.000 0 kilómetros). Para este año se venderán unos 400.000, según estimaciones del distribuidor.
En abril, las ventas de automóviles apenas superaron las 30.000 unidades, un 2,6% por debajo de las de abril del año pasado. El problema es que no venden más porque no hay dólares en el Banco Central y hay cupos para traer tanto vehículos terminados como autopartes.
«Se podría vender 50.000 unidades más este año“, dice Ricardo Salomé, presidente de ACARA (concesionarias).
¿Serán capaces de convivir los dos argentinos? ¿Son viables en el tiempo? Esa es la gran pregunta de fondo: si el país podrá extender un desempeño inflacionario que se acercará al 70% este año, por mucho más tiempo.
Es claro que, detrás de una dinámica tan distorsionadora, no se puede mantener si el Banco Central acumula pronto reservas que le den cierta tranquilidad y disminuyan las expectativas negativas sobre el futuro del tipo de cambio.
Este es, hoy, el nudo de Argentina.
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Fuente: iprofesional.com