El cuerpo del miliciano Adriano da Nóbrega fue exhumado este lunes (12) y será sometido a nuevos exámenes periciales para conocer las circunstancias de su muerte, en febrero de 2020.
Designado como jefe de una milicia en Río, Nóbrega tenía vínculos con la familia del presidente de la República y fue mencionado en la investigación que investiga la práctica conocida como «rachadinha» en el despacho de Flávio Bolsonaro.
Según una investigación de la Policía Civil de Bahía concluida en agosto del año pasado, disparó siete veces contra policías militares antes de recibir dos disparos mientras intentaban capturarlo en un sitio de la ciudad de Esplanada (a 170 km de Salvador).
En ese momento, el cuerpo de Nóbrega pasó dos exámenes y la Secretaría de Seguridad Pública de Bahía manifestó que no había indicios de ejecución o tortura.
El ex capitán del BOPE había estado prófugo desde 2019, cuando fue blanco del operativo Os Intocáveis, del Ministerio Público de Río de Janeiro.
La exhumación fue necesaria, según fuentes escuchadas por el Panel, para que los exámenes de imagen puedan servir para detallar el trauma óseo causado por los disparos. La orden fue dada por la Justicia de Bahía.
Este tipo de procedimiento no se habría utilizado en los dos primeros exámenes y puede ser capaz de rastrear las trayectorias de las balas con mayor precisión.
Con esta información se podría entender el recorrido de los disparos que llegaron a Nóbrega y compararlo con los informes de los policías que participaron en la acción.
El nuevo examen también deberá, dependiendo de las condiciones de los restos, analizar las lesiones provocadas por los disparos para poder descubrir la distancia del tirador.
La segunda habilidad realizada después de su muerte decía que el francotirador estaría a una distancia superior a 1,5 metros.
En 2005, Nóbrega recibió la Medalla Tiradentes, principal honor de la Legislatura del Estado, de manos del entonces diputado estatal Flávio Bolsonaro.
Pero su nombre se hizo más conocido tras el descubrimiento de que una ex esposa y su madre, Raimunda Veras, trabajaban en la oficina de Flávio y transfirieron fondos a Fabrício de Queiroz, designado como operador financiero del hijo del presidente Jair Bolsonaro.
Los dos son blanco de la investigación sobre el supuesto plan de crack en la oficina de Flávio.
Según el parlamentario de Río, las cuentas a nombre del exprimer ministro habrían impulsado el plan para malversar dinero de los empleados de Alerj.
En el momento de la muerte, la familia Bolsonaro impugnó las circunstancias de la muerte del miliciano. El senador dio declaraciones diciendo que había sido asesinado en Bahía.
«DENÚNCIA! Acaba de chegar a meu conhecimento que há pessoas acelerando a cremação de Adriano da Nóbrega para sumir com as evidências de que ele foi brutalmente assassinado na Bahia. Rogo às autoridades competentes que impeçam isso e elucidem o que de fato houve», escreveu la epoca.
Frederick Wassef, abogado de la familia del presidente, afirmó en agosto del año pasado que la muerte del ex primer ministro Adriano da Nóbrega fue una «ejecución», con la participación del gobierno de Bahía.
En una entrevista con hoja, defendió que se federalice el caso y que el Ministerio de Justicia, lo active.
El mandatario también comentó e incluso habló con un experto independiente para saber qué le había pasado a Nóbrega.
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