Hoy, 30 de julio, se cumplen 40 años del estreno de Tiempo de venganza, una de las mejores películas del cine argentino de todos los tiempos. Por lo que significó en medio de la dictadura militar, y porque es una película.
La pelicula de Adolfo Aristarain fue más que un soplo de aire fresco para el panorama estancado que mostraban las pantallas nacionales. Reinaba la dictadura, y también el nefasto organismo de calificación del Film Institute, como se llamaba en 1981, que reclamaba el poder de cortar o prohibir películas.
Se sabe: la jugada de los dueños del sello Aries (Héctor Olivera y Fernando Ayala) fue presentarlo para clasificar a última hora, el lunes 27 de julio, para poder revertir, en caso de estar prohibido, con el estreno en cima.
Federico Luppi, el exsindicalista que planea estafar a la multinacional Tulsaco. Foto Archivo Clarín
Nada de esto sucedió con Tiempo de venganza, sino porque Aristarain supo burlar la censura, y porque los censores de turno no se dieron cuenta del trasfondo de la película con Federico Luppi, Ulysses Dumont, Julio de Grazia Y Haydee padilla.
Era una alegoría sobre los presos políticos y los desaparecidos, y hablaba abiertamente de la persecución empresarial y sindical de la época.
Haz que parezca un accidente
Pedro Bengoa (Luppi) es un demolidor, con pasado como dirigente sindical, que consigue trabajo en el Sur, contratado por una multinacional corrupta (Tulsaco, cómo olvidar el nombre; Aristarain volvería a usar la empresa en su otro Película (s) . Junto a otro colega (Bruno Di Toro, el personaje de Ulises Dumont), amigos desde los días de la lucha de los trabajadores, orquestan un plan para defraudar a la empresa.
Bengoa y Di Toro (Ulises Dumont) planean la explosión. Foto Archivo Clarín
Harán una explosión en la mina, que parece accidental, Di Toro dirá que perdió el habla y así negociarán una suculenta compensación.
Pero en la explosión muere Di Toro, y es Bengoa quien se hace el tonto.
La empresa sospecha que hay algo fraudulento y se niegan a pagar una indemnización a Bengoa, pero le ofrecen medio millón de dólares. Bengoa no acepta el arreglo (Larsen, su abogado, interpretado por De Grazia, lo abandona) y, bueno, llegará la famosa escena del final, que los que vieron la película la tendrán en cuenta, y para los que sí. no … final de esta columna.
Larsen (Julio de Grazia) quiere convencer a Bengoa de que acepte la oferta: 500.000 dólares. Foto Archivo Clarín
Aristarain había debutado como director, tras ser asistente de dirección en varios éxitos como La gran aventura, La maria o Los gauchos judíos, con La parte del león. Fue un thriller que, si despertaba elogios de la crítica, no fue visto por la madre de Julio de Grazia, el protagonista. Tuvo un pequeño estreno en cines, es cierto.
Hoy dia, La parte del león, con De Grazia y Luisina Brando, él, como hombre que se encuentra con el botín de un atraco, sigue siendo un hito en el género en Argentina. Debería ser de visualización obligatoria en las escuelas de cine INCAA e incluso en la Universidad de Cine.
Aristarain, testarudo como buen descendiente de vascos, le trajo el guión de Tiempo de venganza a Héctor Olivera y Luis Osvaldo Repetto, después de haber dirigido para su sello Aries La playa del amor (1979) y La discoteca del amor (1980).
El cartel original de la película. «Un hombre honesto es hoy, algo muy peligroso», dijo. Foto Archivo Clarín
El resto no es solo historia, sino que Aristarain se aseguró de que lo fuera. Por el tempo de la historia, por el montaje, por las representaciones.
O por la escena en la que Bengoa corre con su maletín bajo la carretera 25 de mayo, luego de tomar Cochabamba y doblar en Balcarce, en una ciudad algo en ruinas, de donde de un Halcón verde, que gira en sentido contrario, con impunidad, el cadáver de un colega es arrojado a sus pies … Las cuerdas de la música de Emilio Kauderer, que había trabajado con Aristarain en las películas «De amor», y lo seguiría haciendo, y luego lo haría con Juan José Campanella, son imposibles de olvidar.
Luppi, Ingrid Pelicori y Rodolfo Ranni, en una escena de la película. Foto Archivo Clarín
Premiado en el Festival de La Habana y en el Festival de Montreal (que en ese momento luchaba palmo a palmo el prestigio del otro canadiense que acababa de inaugurar, Toronto), el elenco lo completaron Rodolfo Ranni, Aldo Barbero, Enrique Liporace y Arturo Maly, entre otros.
A veces pasa Volver (lo hizo el martes pasado) pero, para los que se lo perdieron, es en YouTube.
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Fuente: Clarin.com