En medio de una profunda crisis económica, agravada por la pandemia de coronavirus, el escasez de ciertos productos, especialmente alimentos y medicamentos, ya es un lugar común en Cuba. La novedad ahora es que hasta que consigas cigarrillos se convirtió en un problema en la isla.
En medio de la crisis que, entre otros factores, desató las inéditas protestas antigubernamentales de principios de julio, ahora los fumadores cubanos han recibido otra mala noticia.
Existe un grave déficit en el mercado de 24 millones de paquetes de cigarrillos nacionales, cifra que no fue suficiente para un «plan de entrega» oficial a la población proyectada en 37 millones. La situación, según criterios oficiales, solo favorece a los especuladores.
El plan solo se cumplió en un 34%, explicó a la prensa la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz.
Debido a la epidemia de Covid-19 y sus repercusiones económicas, las autoridades de la isla decidieron el pasado mes de junio comercio racionado las marcas nacionales de cigarrillos denominadas Criollo, Popular, Aromas y Titanes.
El titular del área justificó que la decisión apuntó a contener a los acaparadores y revendedores, prácticas que son consideradas por la normativa cubana como delitos y que son sancionadas con multas e incluso penas judiciales en casos extremos.
Los cigarrillos nacionales tienen un impacto muy fuerte en el mercado interno.
Una fila para comprar comida en una panadería de La Habana, Cuba, hace días. Foto: BLOOMBERG
Los expertos médicos del país dedican amplias campañas y medidas públicas para combatir el tabaquismo, pero encuestas recientes indican que el tabaquismo sigue siendo fuerte, especialmente entre los jóvenes.
Producto no esencial
El ministro destacó que el cigarro «no es un producto contenido en la canasta familiar regulada y, por lo tanto, no se tiene que distribuir mensualmente a los más de 3.8 millones de núcleos (familias NDR) que existen en el país».
“Este mes, por ejemplo, hubo un incumplimiento significativo en la producción, lo que agravó la decisión inicial de vender los paquetes en la red de almacenes, pequeñas tiendas de barrio de propiedad estatal”, agregó.
La prensa local explicó que los cigarrillos se puede comprar en el mercado sin restricciones de racionamiento.
Esto se debe a que «no toda la población cubana es fumadora».
Un punto de venta de comida en La Habana, hace días. Foto: BLOOMBERG
Cuando se raciona su venta «está limitando al fumador y dando, a los que no fuman, también una cantidad de ese producto».
Otras fuentes dijeron a ANSA que esta es una peculiaridad que promueve el mercado ilegal del producto cuando cae en manos de «no fumadores» que lo venden o simplemente lo cambian por otras mercancías incluyendo alimentos.
Debido a la escasez en algunas provincias decidieron vender de forma controlada dos paquetes por persona, mientras que en otros lugares lo han hecho familias o la venta se ha limitado a mayores de 18 años, destacó otro funcionario de comercio interno.
“Ha sido una disposición de carácter territorial, aunque la recomendación del organismo es que su comercialización se realice de forma regulada-controlada para evitar, en la medida de lo posible, el acaparamiento de productos”, agregó.
En general, la pandemia agravó la escasez de productos de consumo masivo en Cuba, situación que obligó al gobierno a tomar una serie de medidas. Entre ellos, permitir, tras las inéditas protestas del 11 de julio, la libre importación de alimentos y medicinas.
Fuente: ANSA
CB
Fuente: Clarin.com