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Depredador sexual, pedófilo y máquina de matar: Rodney Alcalá, el asesino tres veces condenado a muerte – Titulares

Rodney Alcalá estaba por conseguir una novia. Era 1978. El programa se llamaba “Juego de citas” o The Dating Game, de la cadena ABC. Ella, Cheryl Bradshaw, había elegido al soltero más atractivo, que, como era obvio, estaba en el puesto número uno de una lista de tres. El show consistía en la participación de una chica soltera que interrogaba a tres solteros, que estaban ocultos a su vista; al final de las preguntas, elegía a uno para acompañarla en una cita, con los gastos a cargo del programa.

Cheryl Bradshaw eligió a Rodney Alcalá. Al terminar el programa, los jóvenes conversaron un buen rato. Cheryl no supo por qué presintió algo malo. Se sintió incómoda. ¿Intuición femenina? Le dijo a Rodney que no saldría. “Él actuaba de forma espeluznante, miraba hacia abajo, nunca a los ojos…”

Rodney Alcalá en el programa «Juego de Citas», en 1978.

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El programa no verificaba los antecedentes de sus participantes. Si lo hubiera hecho, habría sabido que Rodney figuraba entre los delincuentes más buscados del FBI. Cheryl había evitado salir con un asesino en serie y depredador sexual cuya lista de víctimas llegaba a más de 120 nenas y adolescentes, un tipo que jugaba con ellas, estrangulándolas hasta que perdían el conocimiento, para después reanimarlas con el propósito de seguir torturándolas hasta la muerte. Una “máquina de matar”, al decir de los policías. Un tipo que por su participación en el programa de citas amorosas, fue conocido luego como “el asesino del juego de citas”, a pesar de que no asesinó a Cheryl Bradshaw, que perdió un novio pero conservó su integridad sexual y su vida.

Quién era Rodney Alcalá

Rodney Alcalá nació en San Antonio Texas en 1947. Su nombre era Rodrigo Jacques Alcalá Buquor. Fue el tercero de cuatro hijos, criados todos por su madre, Ana María Gutiérrez, porque su padre los abandonó. Se habían establecido en México y luego se mudaron a Los Angeles. Rodney entró en el Ejécito pero se la pasó más tiempo sancionado por inconductas o alojado en el hospital psiqiuiátrico que en tareas militares. En 1964, le dieron la baja con legajo médico que hablaba de psicopatía, narcisismo, sadismo y personalidad antisocial. Estos trastornos trascendieron recién cuando sus víctimas se contaban por decenas.

Rodney Alcalá a la época en que participó del programa "Juego de citas".

Rodney Alcalá a la época en que participó del programa «Juego de citas».

En 1968, se inscribió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Los Angeles. Fue ese mismo año que a Morgan Rowan, de 16 años, la sacó con engaños de su grupo de amigos y la llevó hasta su departamento. Después de golpearla, la violó. Un grupo de amigos de la chica, que los habían seguido, rompió la puerta y la sacó de allí mientras Rodney escapaba por una ventana.

Un mes y medio después, secuestró a Tali Shapiro, de 8 años. También le pegó mucho, la violó y la estranguló. Por la denuncia de los padres de Tali, la Policía ubicó el departamento de Rodney en Hollywood, Al entrar, vieron a la nena en el piso de la cocina. Había mucha sangre y creyeron que estaba muerta. Buscaron a Rodney pero uno de los policías, que volvió a pasar por la cocina, advirtió que la nena hacía esfuerzos por respirar. Llamó a sus compañeros y se dedicaron a mantenerla con vida. Esos momentos fueron aprovechados por Alcalá, que estaba escondido, para escapar por la puerta de atrás.

En el departamento hallaron numerosas fotografías de nenas y muchachas desnudas; a muchas las retrató en situaciones sexualmente explícitas, víctimas desconocidas de Rodney de casos que jamás se resolvieron. Lo de las sesiones de fotos era la estrategia preferida de Alcalá. Durante años, convenció a todos que era un fotógrafo de moda profesional o un fotógrafo de eventos.

Alcalá, con el nombre falso de John Berger, escapó a Nueva York. Se inscribió en la Escuela de Cine de la universidad local. De 1968 a 1971, a pesar de que ya figuraba en la lista de los más buscados del FBI por el ataque a Shapiro, vivió sin esconderse, como si nada. Solía concurrir a clubes de solteros y durante los meses de verano trabajaba en un campamento de teatro para nenas en New Hampshire. También consiguió un empleo en la Asociación Blue Cross Blue Shield, una federación de compañías que brindan seguro médico en los Estados Unidos.

Una increíble coincidencia se produjo entonces. Se desempeñó en una oficina junto con Richard Francis Cottingham, casi de su misma edad, un violador y asesino en serie que mató al menos a 18 mujeres y jovencitas en Nueva York y en Nueva Jersey desde 1967. A Cottingham, le decían el “Destripador de Nueva York” o “El Torso Killer” o “El Times Square Killer”. Lo asombroso de este encuentro fue que Alcalá no supo de la vida oculta de Cottimgham y este no supo nada de la de Alcalá. No hay constancia de que se relacionaran más allá del trabajo de oficina.

Rodney Alcalá y sus primeras detenciones

En junio de 1971, Rodney violó y mató a la azafata Cornelia Michel Crilley, de 23 años. La estranguló con sus propias medias de nylon en el departamento de la chica. Poco después, dos nenas que iban al campamento de teatro de New Hampshire lo reconocieron al ver un cartel del FBI con fotos de “Buscados”. Allí estaba su retrato. Alcalá fue detenido y lo llevaron a Los Angeles para responder por el abuso e intento de asesinato de Tali Shapiro. Pero no se pudo avanzar. La familia Shapiro se había radicado en México y no quiso volver para declarar en el juicio. ¡Sin Tali, los fiscales sólo obtuvieron una condena de tres años por abuso simple!

Jill Parenteau fue asaesinada por Alcalá.

Alcalá salió libre en 1974 después de haber permanecido preso durante 17 meses. Apenas libre, abusó de una nena de 13 años y volvió a prisión por dos años más. Cuando salió nuevamente, en 1976, insólitamente el oficial que debía controlar que cumpliera las normas de libertad condicional le permitió viajar de regreso a Nueva York. Una semana después de su llegada violó y mató a Ellen Jane Hover, una aspirante a modelo publicitaria de 23 años, que había conocido en un club nocturno. (La joven era ahijada de Dean Martin y Sammy Davis Jr. ambos integrantes de The Rat Pack, un grupo informal de artistas y amigos que en los años 60 integraban, además, Frank Sinatra y Peter Lawford). El asesino la engaño diciéndole que era fotógrafo profesional y le tomaría algunas fotografías que le servirían para presentarlas en agencias de modelos. El cuerpo de Ellen apareció bajo unas rocas en una ladera cerca del rio Hudson.

Alcalá, con absoluta despreocupación, viajaba de Nueva York a Los Angles y regresaba a la costa este cuando quería. En noviembre de 1977, golpeó y asesinó a Jill Terry Barcomb, de 18 años, que era originaria de Nueva York pero que había viajado tres semanas a California. Su cadáver apareció en un camino de tierra cercano a la famosa calle de Los Angeles llamada Mulholland Drive (mencionada en novelas, películas y canciones). Jill fue estrangulada. El cadáver estaba desnudo de la cintura hacia abajo y con las rodillas pegadas al pecho. Tenía signos de agresión sexual.

Dieciséis días después de matar a Barcomb, Alcalá le tomó fotografías a la enfermera Georgia Marie Wixted, de 27 años. Fue en el departamento de Georgia, violada y estrangulada con sus medias de nylon aunque la muerte se produjo porque Alcalá le rompió el cráneo con un martillo. Luego la mutiló. La prueba de ADN de las muestras genéticas levantadas del cuerpo de la víctima y, además, una huella de la mano del asesino pertenecían a Rodney.

Georgia Wixted era enfermera. Tenía 27 años cuando fue asesinada.

Al año siguiente, Alcalá consiguió un trabajo como tipógrafo. A la vez, seguía con el engaño de presentarse como fotógrafo y, al mismo tiempo, concursó en el programa de TV “The Dating Game”. De hecho, en esa emisión de 1978, lo presentaron como “un fotógrafo exitoso”. Fue el programa donde ganó la competencia por una cita con la concursante Cheryl Bradshaw.

El ADN de Rodney Alcalá

Después del rechazo de Bradshaw, Alcalá violó y asesinó a tres jovencitas, pero los agentes del FBI no tuvieron pruebas suficientes para acusarlo ante un jurado. Diferente fue con el crimen de Jill Parenteau, una experta en computación de 21 años, unos meses después, el 13 de junio de 1979. Como había faltado a su trabajo, sus compañeros denunciaron su ausencia a la Policía. Una patrulla llegó a la casa de la muchacha y los policías notaron que la entrada estaba forzada. Su cadáver apareció en el baño, desnudo. Los mecanismos de agresión fueron los que empleada Alcalá: golpes para vencer su resistencia, violación y estrangulamiento. Pero en este caso había rastros de sangre que no pertencían a la víctima. ¿Jill se defendió? Los exámenes de ADN identificaron a Alcalá. Luego se supo que Rodney había conocido a Jill en un boliche.

Robin Samsoe, de 12 años. Fue golpeada, violada y apuñalada.

El 20 de junio de 1979, en la ciudad costera de Huntington Beach, en el condado de Orange, al sur de California, Alcalá se acercó a dos nenas, Robin Christine Samsoe, de 12 años, y su amiga Bridget Wilvert. Les dijo de sacarse fotos, solo tenían que sonreir y hacer algunas poses. A un vecino, le pareció extraña la escena y preguntó a las chicas si todo estaba bien. Las nenas se fueron. Más tarde, Robin Samsoe fue en su bicicleta a una clase de baile. Alcalá la secuestró y la asesinó. Arrojó su cuerpo en el desfiladero de Santa Anita en las montañas San Gabriel. Sus restos fueron descubiertos el 2 de julio. Después de un difícil trabajo forense se determinò que la nena había sido golpeada, violada y apuñalada.

Fue importante la declaración de aquél vecino que vio cuando un hombre le quería sacar fotos a Robin y a su amiga. Se realizó un identikit que, finalmente, los agentes penitenciarios reconocieron como muy parecido a un viejo conocido de las prisiones, Rodney Alcalá. Allanaron la casa de la madre del sospechoso en la ciudad de Monterey Park, en la región occidental del Valle de San Gabriel. Hallaron un recibo de alquiler de un casillero de depósito. Cuando lo abrieron encontraron los aros de Robin Samsoe, pero también cientos de fotos de mujeres jóvenes y nenas y una bolsa con diversos objetos femeninos, “recuerdos” pertenecientes a las vìctimas de Alcalá.

Detención y condena de Rodney Alcalá

Detenido sin posibilidad de salir excarcelado, Rodney fue juzgado en 1980 y condenado a muerte. Sin embargo, el condenado apeló y la Cámara de Apelaciones de Los Angeles anuló el veredicto porque no se le había informado al jurado todos los antecedentes por delitos sexuales del acusado, como si esa información fuese revelante para determinar su culpabilidad o provocara un perjuicio para su defensa.

Alcalá fue declarado culpable de cinco agresiones sexuales y asesinatos. Fue condenado a la pena de muerte en tres oportunidades.

Recién en 1986, se realizó el segundo juicio que terminó como el primero, con una condena a muerte. Alcalá apeló nuevamente y otra vez un tribunal superior anuló el fallo. Esta vez el argumento fue más discutible. Se dijo que no se había permitido declarar un testigo propuesto por Alcalá que sostenía que el guardabosques que descubrió el cuerpo de Robin Samsoe había sido “hipnotizado por la Policía”.

El tercer juicio tardó años. Mientras, se conoció que el ADN de Alcalá coincidía con las muestras genéticas del violador y asesino de Jill Barcomb, Georgia Wixted; Charlotte Lamb y Jill Parenteau. Era un golpe decisivo para Alcalá aunque a él no le importó. Su única preocupación era desligarse del caso de la nena de 12 años Robin Samsoe. La explicación puede estar en las constantes manifestaciones y actos que realizó la comunidad donde Robin vivía, manteniendo su caso vigente.

A pesar del reclamo de sus padres y de sus allegados, la causa de Robin recién en 2010 llegó a juicio nuevamente. Rodney Alcalá fue juzgado por el caso Robin y por las violaciones y asesinatos de Barcomb, Wixted, Lamb y Parenteau. Hubo una diferencia en este debate con relación a los anterieres y fue que Alcalá se presentó como su propio defensor. La situación llegó a tal extremo que alcanzó el ridículo. Alcalá se sentó en el banquillo de los acusados y se declaró inocente. De inmediato se levantó, se situó enfrente del banquillo y cambiando de voz, más grave, hizo una pregunta comenzando con: “Señor…

Fuente: TN

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