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Desafío para Massa: un bono de aumento salarial divide a la CGT

Al presentar las primeras medidas como nuevo ministro de Economía, Sergio Massa anunció la convocatoria para esta semana a cámaras empresariales y gremios. Dijo que quiere discutir «un mecanismo que permita la recuperación de ingresos de los trabajadores del sector privado». Puntualmente mencionó los sueldos de «entre 50 y 150 mil pesos» que, dijo, «están muy afectados». La posibilidad de que Massa impulse un bono para los salarios privados dividió a la CGT. Héctor Daer y Carlos Acuña hicieron explícito su rechazo, mientras que Pablo Moyano, el otro integrante del triunvirato de secretarios generales, apoyó la idea. La reunión sería el jueves.

“No debemos aumentar los salarios en una cantidad fija, debemos respetar la dinámica de las negociaciones conjuntas”, encubrió Daer al final de la semana. “Cada sindicato sabe discutir los salarios, es nuestra responsabilidad”, agregó Acuña. Algunos sectores gremiales creen que un aumento de salarios por decreto, que implicaría el bono, debilita las posiciones del sindicato en la negociación paritaria y “aplana” las categorías salariales. “Las paritarias mantienen la estructura de los convenios colectivos de trabajo; es una dinámica de cómo funcionan los sindicatos y no queremos subvertir roles”, explicó Daer.

Desde la acera de enfrente, Moyano dijo: “La discusión de la paridad es un tema absolutamente aparte; no les afectan las sumas fijas ni las gratificaciones”. Detrás del camionero se alineó la Corriente Federal (vinculada al kirchnerismo) y el Frente Sindical (FRESIMONA). “Ya se firmó un vínculo con la UIA y no pasó nada”, recordaron desde el otro lado de la CGT.

Moyano se dijo más a favor del nuevo ministro: “Debo decir que nos dio una esperanza reconfortante que Massa, en sus anuncios, destacara la universalización de las asignaciones familiares. Hace tres meses lo planteamos con el gobierno”. Massa dijo que impulsará «una reformulación» en el régimen de asignaciones familiares como otra forma de apuntalar los ingresos. La caída del poder adquisitivo sigue siendo motivo de reproches y quejas dentro del oficialismo.

En el Gobierno nacional vuelve la incertidumbre en la encrucijada de siempre: cómo cumplir con lo que el kirchnerismo llama «refuerzo fiscal» (ese sería el bono) con la disciplina fiscal y el torniquete al tema monetario propuesto por la nueva ministra (y por Silvina Batakis). y por Martín Guzmán, también).

La grieta abierta en la cúpula cegetista ante la posibilidad de implementar un bono o suma fija representa un reto en la antesala de la convocatoria de Massa. Ante una consulta de este diario, de la Unión Industrial Argentina, el otro gran actor de esta cita, no hubo pronunciamiento puntual, más allá de la presencia de Daniel Funes de Rioja en el juramento de Massa.

Los sectores de la CEGE coincidieron, sin embargo, en ratificar la movilización al Congreso para el próximo 17 de octubre. Hacen un balance para evitar que el acto sea interpretado como una manifestación contra el gobierno de Alberto Fernández (y Sergio Massa y Cristina Fernández). “Contra los especuladores”, enfocó Pablo Moyano. “El gobierno tiene que controlar la inflación para que no afecte los salarios; Esperamos con ansias el nuevo proceso político”, completó Daer, esta vez en sintonía con el hijo de Hugo.

En la CGT comparten las directrices generales trazadas por Massa, definidas como «motores»: inversión, producción, exportaciones y defensa del mercado interior.

Pero los resentimientos continúan. “Esperamos que para cumplir con la meta del 2.5 del déficit anual acordada con el FMI, no utilizar el saldo de aportes del erario en lo que resta del año, avanzar con la congelación de ingresos para todo el Estado y para las empresas descentralizadas dependiendo de cada jurisdicción, no se convierte en un gran ajuste del sector público en todos los niveles”, advirtió Sergio Sasia, líder ferroviario y titular de la CATT, la poderosa confederación del transporte.

El plan de austeridad fiscal anunciado por Batakis y reafirmado por Sergio Massa, confirmó a la CGT, por ejemplo, que por ahora tendrá que esperar el reclamo en materia de obras sociales, que terminará el año en déficit. Una delegación de la CGT se reunió la semana pasada con el jefe de Gabinete, Juan Manzur. Allí se blanqueó que por ahora no hay fondos para los prestadores de salud gremiales, a pesar de que el presidente Alberto Fernández asumió ese compromiso en varias ocasiones. La ratificación de la marcha de la CGT podría explicarse por eso.

Un día después de la marcha sindical, se reunirá el Consejo de Salarios (32 integrantes, la mitad de la parte trabajadora, la otra parte de la patronal). La última reunión fue en marzo, cuando se aumentó el crédito mínimo en un 45 por ciento, en cuatro cuotas. Pasó de 33 mil pesos a 47,850 pesos para estar terminado en diciembre. Posteriormente, el gobierno decidió adelantar todo el incremento a agosto, como contrapeso a la creciente inflación. Las negociaciones salariales privadas rondan los 70 puntos. Omar Plaini, de la CGT, dijo: “si la canasta básica está en 105 mil pesos, paremos en algún lugar cercano”.

Moroni, el sobreviviente y la recuperación del empleo privado

El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, es uno de los seis ministros en funciones restantes de los 21 designados por Fernández en diciembre de 2019. Los otros son Tristán Bauer, Gabriel Katopodis, Elizabeth Gómez Alcorta, Matías Lammens, Juan Cabandié. El buen diálogo con la CGT explica, en parte, la permanencia de Moroni.

Desde Trabajo, por ahora, prefieren no mostrar la carta sobre la viabilidad del bono o cuantía fija. Optan por resaltar que el empleo asalariado siguió creciendo en mayo y junio, según los registros del Sistema Integrado de Seguridad Social (SIPA) argentino: “durante 17 meses consecutivos se incorporaron 300.000 trabajadores que se encontraban desocupados, informales o inactivos”. dice un informe oficial.

El informe también indica que la variación interanual del salario medio por trabajo registrado en las empresas privadas creció por encima de la inflación: entre mayo de 2021 y mayo de 2022: 66,4% frente a la suba del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 60,7%.

La construcción, el comercio y la industria manufacturera apoyan la recuperación del empleo. “En mayo de 2022, el número de trabajadores con empleo asalariado registrado en el sector privado fue 2,3% superior (136.000 empleos más) al nivel observado en febrero de 2020, previo al estallido de la pandemia de Covid-19 en el país”, El número de personas con trabajo registradas en el sistema de seguridad social (incluyendo empleo asalariado público y privado, trabajo por cuenta propia y monotributo) llegó a 12,6 millones en mayo, 0,5% más que en abril y 4,7% superior a lo verificado en febrero de 2020; y el valor más alto desde el inicio de la serie estadística en 2012.

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