En la actualidad, el celular Nokia 1100 se ha convertido en un objeto de deseo para muchos, a pesar de haber sido lanzado hace más de 20 años. Este icónico dispositivo, que sigue siendo el más vendido de la historia, ha despertado un interés particular debido a su capacidad para facilitar transferencias bancarias online.
En Europa, se han detectado casos en los que bandas de ciberdelincuentes de diversas nacionalidades han utilizado el Nokia 1100 fabricado en la planta de Bochum, Alemania, para llevar a cabo actividades fraudulentas. Estos grupos han llegado a pagar sumas exorbitantes, llegando incluso a los 25.000 euros, por un dispositivo que originalmente costaba menos de 100 euros.
El atractivo de este teléfono radica en su software del año 2002, que permite interceptar contraseñas de un solo uso necesarias para completar transacciones bancarias. Según informes de la UAGI, el Nokia 1100 se puede reprogramar para utilizar el número de teléfono de otra persona y recibir mensajes de texto, lo cual facilita la comisión de fraudes en países como Alemania.
A pesar de estos hallazgos, Nokia ha declarado no tener conocimiento de problemas en el software del Nokia 1100 que permitan la suplantación de identidad. La compañía asegura que la seguridad de la tarjeta SIM, que contiene el número de teléfono, se encuentra separada del dispositivo en sí.
Si bien no se han reportado casos concretos de víctimas, la demanda por el Nokia 1100 en el mercado negro sigue en aumento. Incluso se han visto ofertas de hasta 500 euros por este dispositivo en sitios de venta online.
En conclusión, el Nokia 1100 se ha convertido en un tesoro para los hackers debido a su capacidad única de vulnerar la seguridad en transacciones bancarias online. Este fenómeno pone de manifiesto la importancia de mantenerse actualizado en cuanto a las amenazas cibernéticas y la protección de la información personal.