La disputa por la tierra para la agricultura de exportación ha vuelto a generar tensiones políticas y regionales y amenaza a los bosques tropicales de Bolivia en medio de una confrontación abierta entre el gobierno y la oposición.
Líderes cívicos de Santa Cruz, el motor agroindustrial del país, convocó a un paro regional los días 9 y 10 de agosto en defensa de las tierras de esa provincia, ante lo que consideran un «reparto» de supuestos acólitos de la gobierno izquierdista de Luis Arcedijo Rómulo Calvo, líder de una organización alineada con la oposición conservadora.
Arce anunció este lunes la entrega de 26.000 títulos de propiedad a campesinos ante una multitud de simpatizantes a quienes dijo que defenderá «firmemente» el poder del gobierno central para repartir tierras públicas ante el reclamo del gobernador Santa Cruz, el opositor Luis Fernando Camacho, para participar en las decisiones.
El mandatario anunció la reversión de miles de hectáreas entregadas en el gobierno interino de Jeanine Áñez (2019-2020) a empresarios y simpatizantes políticos y señaló a los dirigentes de Santa Cruz de «buscar generar divisiones y violencia».
La protesta anunciada es también en «defensa de la democracia» y en rechazo al cierre del caso sobre el presunto fraude electoral de 2019 ordenado por la Fiscalía, que la oposición acusa de estar alienado con el gobierno y el expresidente. Evo Morales. «No vamos a permitir que nos atropellen», dijo Calvo.
La convocatoria es secundada por Camacho, líder de las protestas de 2019 tras las fallidas elecciones en las que Morales buscaba un cuarto mandato consecutivo. Las elecciones fueron anuladas por denuncias de fraude por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA). «Están provocando a la gente de Santa Cruz sabiendo que este reparto de tierras traerá conflictos», dijo Camacho.
Hace dos semanas, colonos chocaron con indígenas y lugareños en la región de Chiquitanía, en Santa Cruz, por la usurpación de tierras en un rico bosque vecino a la Amazonía brasileña y centro de disputas por la expansión de la frontera agrícola promovida por la agro- exportaciones, la tercera categoría de ventas al exterior después de gas y minerales.
En 2019, esa vasta llanura perdió 6,5 millones de hectáreas de bosque en un incendio debido en gran parte a la expansión agrícola y ganadera, según la Fundación Amigos de la Naturaleza.
Esta expansión está desatando la presión por la tierra entre empresarios, pobladores que migran desde el occidente del país y comunidades indígenas locales, según estudios de Fundación Tierra. «La corrupción y el prebendalismo (prebendalismo) han dominado la distribución de la tierra» en Bolivia, afirmó su director, Gonzalo Colque.
La agroindustria vinculada a la exportación de soja y derivados ha convertido a Santa Cruz en la provincia más rica y es el destino de miles de campesinos pobres que migran desde el Altiplano y los valles andinos, donde la agricultura es de propiedad familiar y destinada al mercado interno.
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