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Divididos en Vélez: la noche mágica en que el rock volvió a la ciudad


Ante 50.000 personas que llenaron el estadio, la banda celebró su 35 aniversario en un espectáculo inolvidable, al que se sumó La Renga.

Divided cumplió este sábado 35 años y ante casi 50.000 personas que literalmente desbordaron las orillas del estadio Amalfitani como pocas veces se ha visto en los últimos años.

Con un espectáculo impresionante que duró poco más de tres horasel trío formado por Ricardo Molló (guitarra y voz) diego arnedo (bajo y voz) y catriel ciavarella (batería) revisó canciones de sus diez álbumes de estudio y se vengó de ese negro Vélez en septiembre de 1994.

En ese momento, emocionados por las enormes ventas de su tercer y posiblemente más exitoso álbum, La Era de Boludez (sí, el de la portada con Arnedo haciendo el gesto de «No toques el botón»), la decisión de construir un primer estadio parecía una consecuencia lógica del crecimiento artístico.

Pero los problemas surgieron desde el principio, cuando la entonces etiqueta Polygram «sugirió enfáticamente» que la banda de apertura sería el colombiano Carlos Vives. Algo que rechazaron.

Sin el apoyo de su propia empresa entonces se hizo difícil llenar un espacio así con suficiente audienciaademás de varios problemas de sonido y un desastre organizativo, que finalmente determinó algo parecido al fracaso. Al menos para el gusto de Mollo y compañía.

Ricardo Mollo, simplemente sinónimo de rock argentino. Foto Emmanuel Fernández

Esto significó una especie de trauma freudiano por el cual el trío nunca volvería a actuar en los estadios.. A menos que fuera un festival, por supuesto.

tiempo de venganza

casi treinta años despuésSin embargo, el Teatro de Liniers (como curiosamente se conoce al Vélez) se llenó el 13 de mayo, y cincuenta minutos después de la hora estipulada de inicio. la gente seguía entrando

Luego de una serie de shows este año y en este mismo escenario donde desfilaron Lali, Ricky Martin, La Konga y Fito Páez, por fin el rock volvió a sonar a lo grande en El Fortín. Y aquí tenemos la primera buena noticia.

En una época (¿la verdadera era de la boludez?) donde además del trap, el reggaeton, el freestyle, la música urbana y Las canciones passatistas son como una pandemia que ha estado asolando los oídos de millones de personas en todo el planeta, en radios y plataformas de pago (perdón, alguien tiene un sincericidio), Divided se ha convertido ya en la ansiada vacuna. O, como diría la banda de punk rock Dos Minutos…!, ¡La alegría ha vuelto, vieja! Por qué Vuelve el auténtico rock and roll del oeste.

Cómo estuvo el concierto

El show comenzó con un video para no dejar dudas: Mollo subiéndose a una excavadora en medio del campo y destrozando todo a su paso. Las luces se apagan y el trío salta al escenario, con una actuación increíble por decir lo menosque tendrá momentos psicodélicos y hasta caleidoscópicos.

Partida en Vélez. Foto: Emmanuel Fernández

compatriota de hurlingham Parte la noche en dos como una navaja recién afilada y las 50.000 almas (120.000 personas lo siguieron en el deck de Flow) se mecen al son del sonido aplastante proveniente de la legendaria Gibson SG de Ricardo (enchufada a seis monstruosos Fender Bassman conectados en línea). , el Jazz Bass de Arnedo y la batería de Catriel, más hiperquinético que nunca.

A partir de entonces, el recital no dará tregua, con tres hombres que tienen su propia búsqueda del Santo Grial: volarlo todo. ¡Y vaya si lo consiguen! Los primeros éxitos en vivo provienen del álbum Caressing the Rough (Día 38, Sábado, El Burrito) que continuará en la segunda parte del espectáculo con «un pogozinho» (en palabras de Mollo) a caballo hermoso cielo pequeño.

Pero aquí también hay sitio para la música sumo y, como era de esperar, los clásicos “prodaneses” suenan como La rubia tonta, luego Crua Chan y ya al final una poderosa versión de el ojo blindadocon zapatos incluidos.

“Hace 30 años viajamos lejos de casa para grabar con alguien que en ese momento era como un ángel que arregló, armonizó y nos hizo hacer un disco hermoso: Gustavo Santaolalla”. Y entonces aparece el primero de los invitados, junto al violinista Javier Casalla.

Catriel, más hiperquinética que nunca. Fotos: Emmanuel Fernández

Acompañado de su inseparable ronroco (un instrumento rural muy parecido al charango, pero de mayor tamaño, el mismo que utilizaba para la música de la serie El último de nosotros), Santaolalla, productor de la era de la estupidez junto a Hannibal Kerpel, se parece a un Buda de barba blanca. Y ahora el quinteto ensaya una hermosa versión de ¿Que ves?

Para quien no conozca al trío rockero, que en Argentina tiene una larga trayectoria a través de nombres como Manal, Vox Dei, Invisible, Color Humano, Polifemo y de ahora en adelante Los azules de PapoEl trabajo musical de esta formación puede parecer sencillo.

Pero aquí está el truco: por qué tocar rock en un trío es una de las tareas más difíciles para cualquier músico, ya sea que toques la guitarra, el bajo o la batería. El trío requiere una precisión extrema, un enorme trabajo en equipo y un enfoque de interpretación abismalmente diferente al del cuarteto.

Arnedo tuvo una noche colosal. Foto: Emmanuel Fernández

y en este sentido Divided puede dar una charla al respecto. El trabajo de bajo de Diego Arnedo es simplemente colosal. Tocando el bajo sin púa, consigue construir una pared de bajos que, al estilo de Jack Bruce (ese mítico bajista de Cream, el trío junto a Eric Clapton y Ginger Baker) parece no necesitar ningún instrumento armónico cerca para un sonido autoritario. sonido.

Ciavarella (hace 20 años con Divididos, cuarto baterista del grupo) es una versión mejorada del ex-Invisible Pomo Lorenzo. Precisión demoníaca y manejo impecable del bombo de doble pedal.

Sería redundante hablar de Mollo en este punto. Pero baste decir su voz se ha convertido en sinónimo del rock argentino y, cuando quiere, se prende fuego con suelos hendrixianos que, sin embargo, nunca dejan de tener ese sabor muy plateado que lo hace tan distintivo.

Una breve prueba de ello es la versión vertiginosa del clásico de Pappo, sucio y desordenado. Una canción con un riff vertiginoso y entremezclado que requiere mucha destreza porque no deja de sonar mientras hay que cantarla. El propio Norberto Napolitano no pudo evitar felicitar a la banda cuando la grabó para el disco tributo papa y amigos (2000).

Con un grupo de edad con un promedio de 45 añosen su mayoría hombres aunque también hay una fuerte presencia femenina, superpoblación perteneciente al Oeste del GBA (Rock West se considera desde Flores, en CABA, hasta Moreno, pasando por El Palomar y en adelante Hurlingham, tierra del Sumo), el público le dio un toque especial a esta verdadera fiesta de cumpleaños.

promedio nocturno las luces se apagaron y Mollo apareció soloen un pequeño escenario instalado frente al corral de luces y sonido, para realizar una emocionante interpretación de roca de espagueti. Y a partir de ahí el humor cambió.

Es bien conocido el gusto de Divididos por la música folclórica argentina. Sin ir más lejos, el padre de Arnedo, Mario Arnedo Gallo, fue un célebre músico y compositor santiaguero, cuyas canciones fueron interpretadas por grandes nombres como Mercedes Sosa, los Chalchaleros y el Huanca Huá. El mismo Diego tiene un excelente dominio del bumbo legüero.

La otra pata, claro, es Ricardo Mollo, quien este sábado junto a sus compañeros se dedicó a desafiar las versiones de el arriero (de Atahualpa Yupanqui, mezclando zamba con blues), Ventoso de Tucumanjunto a la cantante de catamarque Nadia Larcher, y guanuqueandopor el maestro rural Ricardo Vilca.

Un cierre fuera de catálogo

A pesar de, la guinda del pastel aún estaba por llegar. Y llegó de la mano de Chizzo Nápoli. El cantaor y el guitarrista de La Renga se unieron al trío para hacer Pineapple Sober y Who Has Bebeu All the Wine?conformando con Ricardo un par de guitarras infernales.

recordemos esto Mollo fue productor de cuatro discos de este otro trío. Pero no te conformes con eso y mostrando una actitud absolutamente generosa frente a estos tiempos egoístas, Dividido abandonó el escenario para dar paso a las otras dos terceras partes de La Renga.

Este sábado, el Dividido celebró su 35 aniversario frente a cerca de 50.000 personas. Foto: Emmanuel Fernández

Una multitud tan alucinante asistió un nuevo recital donde los de Mataderos (otra vez el Occidente actual) tomaron la noche por asalto. Chizzo, Teté y el Tanque lo desataron, como diría el tribuno de Velezana, en una versión de El final es donde lo dejé.

Sin poder tocar en la ciudad de Buenos Aires desde hace años, la invitación de Divididos a La Renga fue un claro gesto de solidaridad y justicia. Por cierto: un recital conjunto de cojo y split en el futuro no sería mala idea.

«¿Qué más puedes pedir?»pregunta Mollo en un momento. Nada Ricardo, no te preocupes porque lo dieron todo. Artistas y público. El final casi no tiene final, porque Divided quiere jugar mucho esta noche. Es tu fiesta y nada puede empañarla. Han pasado treinta años sin pisar un estadio. Adelante, solo felicidad en el camino (gracias Cipolatti).

Y, una vez más, en una época de tanta aridez musical, de mediocridad abrumadora… ¿Quién dijo que todo está perdido? Divided viene a ofrecer su rock and roll.

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Fuente: expresdiario.com.ar

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