Guayaquil bajo estado de excepción. El Gobierno ecuatoriano ha impuesto esta medida en la segunda ciudad más poblada del país tras la devastadora explosión que este domingo dejó cinco muertos y 17 heridos, dos de ellos en estado crítico, además de destrozar ocho viviendas. Una explosión atribuida al crimen organizado y calificada de narcotráfico.
«Es una declaración de guerra al Estado», ha dicho el ministro del Interior, Patricio Carrillo.
El presidente Guillermo Lasso ha declarado el estado de emergencia por 30 días en esta ciudad de 2,7 millones de habitantes, afirmando que no permitirá que el crimen organizado gobierne el país y que desplegará «toda la fuerza pública» necesaria para evitarlo.
La explosión dejó a los vecinos asustados y muy preocupados por el avance de la violencia.
«Y de repente hubo una explosión increíble, pensé que había sido más lejos y que había sido aquí, en la calle 8, que había tirado una bomba»dice un hombre.
“Esto va de mal en peor, la situación se multiplica. Es la primera explosión, pero aquí ha habido muertos regulares”agrega otro vecino.
Según las autoridades, que ofrecieron 10.000 dólares por información, el ataque estuvo dirigido contra dos individuos relacionados con la banda «Los Tiguerones», vinculada al narcotráfico que hace estragos en el país y a las masacres que se han producido en la últimos dos años en varias prisiones.
Ecuador se ha convertido en un santuario para el crimen organizado. En 2020, fue el tercer país del mundo en el que más cocaína fue interceptada, solo por detrás de Colombia y Estados Unidos, mientras múltiples bandas criminales compiten por el lucrativo negocio, impregnando de violencia a la sociedad.
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