La fecha ya ha sido señalada por los principales dirigentes políticos, empresarios y todos aquellos que orbitan en torno al poder. Algunos lo anotan en cuadernos o libretas porque no ceden a la nostalgia del papel. Y otros simplemente lo hacen en las agendas digitales de sus portátiles o móviles.
Pero todos, clásicos o modernos, tienen perfectamente claro que el 23 de octubre habrá una nueva Argentina. Un mapa aún desconocido con la nueva reconfiguración que iluminará las elecciones presidenciales del domingo 22. Y además, por si fuera poco para completar la incertidumbre, el resultado electoral podría incluir un terremoto económico y financiero según cómo se acaben acomodando los candidatos. presidente.
Hay tres escenarios posibles. Y cada uno de ellos provocará celebraciones, decepciones, rápidos reacomodos y ese gran motor humano de la política que es la traición. Quienes hoy están a orillas de un movimiento político saltarán al otro lado el 23 de octubre sin el menor remordimiento.
Escenario 1: Javier Milei ganando en primera vuelta.
Fue el escenario más inesperado hasta el 13 de agosto, cuando el candidato de La Libertad Avanza terminó al frente de las PASO, convirtiéndose en la sensación de las elecciones primarias.
Ahora, los encuestadores están divididos entre quienes ven un escenario de segunda vuelta, con Milei y Sergio Massa pasando a segunda vuelta. Y los que registran al libertario muy cerca de ganar en primera vuelta. La victoria de Milei en las PASO produjo un cambio de expectativas muy notorio. Lo que era un fenómeno de castigo electoral a las grandes coaliciones del partido gobernante y de la oposición se transformó en una ola nacional de amplio alcance.
Estas son algunas de las conclusiones en las que coinciden varios de los principales encuestadores de Argentina, que prefieren no arriesgar números por miedo a repetir errores en los pronósticos de las PASO y en la evaluación de tendencias conceptuales.
– El impacto ganador asegura que Milei conserve el 100% de quienes votaron por él en agosto para la primera vuelta.
– Quienes pensaban castigar a Patricia Bullrich o Sergio Massa votando por Milei y luego votarlos en octubre, ahora se entusiasman con repetir su voto por el libertario.
– El voto de la vergüenza a Milei ya no es un voto de la vergüenza.
– Al menos un tercio de los que no fueron a votar en las PASO y irían a votar en octubre, lo harían por Milei.
– El revuelo mediático que Milei hizo en los programas de máxima audiencia de TV en los primeros tres días posteriores a las PASO, y el que repitió esta última semana, consolidaron sus posibilidades para el 2 de octubre. Siempre mantuvo buenas mediciones de rating y logró comunicar con fuerza sus ideas. .
– Las contradicciones de Milei, y de algunos de sus colaboradores respecto al proyecto de dolarización, y las durísimas críticas al Papa Francisco, las descalificaciones de economistas de la oposición o su rechazo ideológico al aborto no parecen hacer mella en su intención de voto. .
Si Milei triunfa en primera vuelta, es decir, si logra superar el 45% de los votos (muy improbable) o se queda entre el 40% y el 45% de los votos con un 10% de diferencia sobre la segunda, provocará dos inmediatos impactos. : uno económico y otro político.
Los economistas, tanto en el Gobierno como entre los más cercanos a la oposición, prevén un colapso de la demanda de pesos (y de títulos en pesos) con la consecuencia inevitable de una gran devaluación y un fuerte repunte del impacto inflacionario. En los equipos de Milei, esta posibilidad no genera demasiada preocupación. Consideran que una suba combinada del dólar y la inflación ayudará a licuar el ajuste fiscal que consideran inevitable y debilitará la fuerza de quienes se oponen a la implementación de un plan inmediato de dolarización.
En términos políticos, la victoria de Milei en primera vuelta provocaría la explosión de las dos coaliciones, la del kirchnerismo hoy apenas apoyado por las siglas Unión por la Patria, y la de Juntos por el Cambio, también con profundas fisuras internas que la campaña presidencial no puede superar. esconder.
Si Massa es derrotado en la primera vuelta, su destino en la carrera interna peronista quedará enterrado. El movimiento nunca acepta perdedores, especialmente por un amplio margen. Como referente de poder quedarían los gobernadores y alcaldes del conurbano que mantienen sus territorios. Y Cristina Kirchner y Axel Kicillof se posicionarían a salvo del naufragio, si el gobernador logra mantener la provincia de Buenos Aires por un mandato más. Las cajas bonaerenses le darían supervivencia política al kirchnerismo. El otro superviviente sería el cordobés Martín Llaryora.
Los aliados peronistas de un Milei ganador en primera vuelta empiezan a verse a simple vista. A sus contactos con los sindicalistas Gerardo Martínez, Luis Barrionuevo y Facundo Moyano se suma su buena sintonía con el embajador Daniel Scioli y con los sectores menemistas que lo están ayudando a armar un esquema de control del voto mucho más efectivo y generalizado que el déficit. sistema que hizo agua en las PASO.
También hay vientos de desintegración en Juntos por el Cambio. Una victoria de Milei en la primera vuelta provocaría la ruptura de la coalición. El propio candidato lo hizo público esta semana durante una entrevista en TN con los periodistas Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano. Si logra sumar unos cincuenta diputados nacionales y una decena de senadores, completaría su apoyo parlamentario con legisladores del sector más conservador del peronismo y del espacio del PRO más cercano a Mauricio Macri.
Milei ha acordado con el expresidente no presionarlo en público, pero insiste en que si gana lo llamará a ser parte de su gobierno. Y, en la Cámara de Diputados, imaginan que el diputado bonaerense Cristian Ritondo podría jugar un papel relevante en el liderazgo de un bloque liberal reforzado con peronistas, macristas y el sector libre de oferta y demanda que históricamente han llamado “los sin tierra”. . Una implementación completa de las teorías del mercado al servicio de la política.
Un eventual estallido opositor dejaría a la UCR fuera del esquema de un gobierno de Milei, que este domingo logró hacerse con la gobernación del Chaco (Leandro Zdero superó el 46% de los votos y sacó del poder al kirchnerista Jorge Capitanich) y podría quedarse con cinco gobernaciones. (Corrientes, Jujuy, Santa Fe y Mendoza si triunfa Alfredo Cornejo el próximo domingo). A los radicales les faltaría un candidato presidencial para 2027, pero aún faltan cuatro años y en Argentina cualquier cosa puede pasar.
La última incógnita serían los gobernadores del PRO. Tiene tres asegurados (Claudio Poggi, en San Luis, Luis Orrego, en San Juan, e Ignacio Torres, en Chubut), pero podría sumar a Jorge Macri y Rogelio Frigerio, ambos con buenas posibilidades de ganar en la Ciudad de Buenos Aires y Entre Ríos. Una enorme baza de poder territorial en caso de victoria de Patricia Bullrich, que podría tener hasta nueve gobernadores aliados.
Escenario 2. Milei y Sergio Massa en segunda vuelta
En caso de que, como indican algunas encuestas, Massa logre superar una inflación de tres dígitos anual y dos dígitos mensual, y se inscriba para la segunda vuelta, las hipótesis del desmembramiento del peronismo se retrasarían hasta la segunda vuelta en noviembre.
El Ministro de Economía tiene la imagen más negativa de los tres candidatos y sus posibilidades de ganar en la segunda oportunidad serían muy difíciles, pero si llega a esa instancia por los bajos impuestos y los sorteos de motos y electrodomésticos, habrá que esperar porque Utilizará todo el aparato del Estado para intentar realizar el milagro.
En ese caso, Cristina y el kirchnerismo estarían amenazados por la posibilidad de una victoria milagrosa de Massa, quien inmediatamente se lanzaría a consolidar su liderazgo en el peronismo.
Los gobernadores y intendentes bonaerenses, que ahora se muestran escépticos sobre el futuro electoral del candidato, no dudarían en alinearse para iluminar un replanteamiento total del poder en el peronismo. Con Massa en el centro del escenario y una alianza gobernante de empresarios y sindicalistas que siempre lo han visto como el heredero inevitable de la etapa kirchnerista.
En Juntos por el Cambio, la implosión descrita anteriormente se daría en el caso de la victoria de Milei en primera vuelta. Con una sola diferencia. Si Massa triunfara en la segunda vuelta, algún sector de la UCR y algunos de los dirigentes que trabajaron en el proyecto político de Horacio Rodríguez Larreta podrían terminar agrupándose en una especie de masismo ampliado.
Escenario 3. Milei y Patricia Bullrich en segunda vuelta
Con los triunfos de los radicales Maximiliano Pullaro en Santa Fe, y Leandro Zdero en Chaco, Patricia Bullrich intenta devolverle la intensidad a su campaña tras el shock de las PASO cuando derrotó a Rodríguez Larreta en las primarias de Juntos por el Cambio, pero la coalición cayó detrás de Milei.
El candidato buscará sumar una tercera victoria en Mendoza el próximo domingo, y ha logrado frenar los coqueteos de Macri con el libertario. El viernes inició un allanamiento nacional en la ciudad de El Palomar, simbólico del aeropuerto inaugurado allí durante la gestión macrista en la que fue ministra de Seguridad.
El gran objetivo de Bullrich es entrar a la segunda vuelta. La candidata, y sus estrategas de campaña, creen que si logran llevar a Milei a ese escenario podrán derrotarlo enfrentándolo cuerpo a cuerpo y con más tiempo, a los proyectos económicos y equipos de gobierno. La segunda vuelta ya no se realizaría bajo el impacto de la ola de Milei, sino con el nuevo clima que podría generar una remontada para Patricia, a quien varias encuestas ubican en el tercer lugar.
Una victoria y eventual llegada de Patricia Bullrich a la Casa Rosada provocaría también una reconfiguración del escenario de poder. La candidata triunfante impondría su liderazgo sobre las estructuras del PRO, dejando atrás no sólo a Rodríguez Larreta sino también el ambiguo apoyo de Macri. Y generaría un vínculo renovado con la UCR porque decidió apoyarse en sus dirigentes. Primero en alianza con Cornejo y su compañero de fórmula, Luis Petri. Y luego acercarse a los radicales que habían apoyado a Larreta y la habían enfrentado.
Una victoria de Bullrich eclipsaría al peronismo y lo hundiría en la debacle ya descrita. En este caso, el estallido peronista incluiría una renovación del sindicalismo, aferrándose a sus posiciones en los sindicatos de la CGT durante décadas. Patricia los enfrentó desde el principio y planteó una rivalidad especial con Hugo Moyano, quien había sido aliado del PRO en los primeros años de Macri.
La victoria de la UCR en Chaco es importante para Bullrich. No sólo porque le ayuda a generar un clima positivo entre sus seguidores. Sino porque la elección en esa provincia dominada por el kirchnerista Capitanich fue un laboratorio de pruebas para una campaña de populismo electoral con fondos estatales.
Ni los planos ni los electrodomésticos ni el dinero distribuido abiertamente con los recursos de todos los chaqueños funcionaron para Coqui Capitanich en Chaco. Es el modelo que intenta Massa, con más recursos, pero con una estrategia similar, a nivel nacional.
Quizás el aburrimiento y la carencia hayan llegado a un punto de no retorno. Quizás la seducción de regalar frigoríficos a cambio de un voto cuando no hay nada que meter dentro ya no sea posible.
*Para www.infobae.com
Fuente: diariocordoba.com.ar