Uno de los científicos más influyentes de su generación, el meteorólogo brasileño Carlos Nobre utiliza su propia historia personal para hacer realidad un sueño.
Graduado en el Instituto Tecnológico da Aeronáutica (ITA), en São José dos Campos, y con doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en los Estados Unidos, el investigador ahora trabaja para crear un centro de investigación en los mismos moldes. en el corazón de la Amazonía.
El proyecto, conocido como Instituto Tecnológico de la Amazonia (o AmIT, por sus siglas en inglés), pretende involucrar no solo a Brasil, sino a todos los países que tienen porciones de selva, como Perú, Colombia y Bolivia.
“Será una institución panamazónica, capaz de producir ciencia de punta a la altura de los mejores centros del mundo”, anticipa.
Nobre destaca que “no hay ningún país tropical que haya desarrollado una bioeconomía basada en los recursos naturales, la biodiversidad y los bosques” y que esa podría ser una gran oportunidad para Brasil.
El científico proyecta que el instituto contará con recursos públicos y privados y podría convertirse en una realidad en los próximos dos o tres años.
Los ejes fundamentales
El sitio web oficial de la iniciativa proporciona más detalles sobre cómo se estructuró AmIT.
La premisa principal del instituto es que “el conocimiento de la Amazonía debe basarse en la ciencia y la tecnología orientada a la innovación para garantizar la inclusión socioeconómica en el desarrollo de la propia región”.
En otras palabras, la idea es realizar investigación científica para desarrollar tecnologías, descubrir usos potenciales de los recursos naturales del bosque de manera sostenible y generar riqueza para las personas que viven allí.
Tomando como ejemplo el ITA, el investigador recuerda que, gracias a investigaciones realizadas en el lugar, Brasil desarrolló la tercera mayor empresa de aviación del mundo: Embraer.
Además de Nobre, el proyecto AmIT incluye a los científicos Maritta Koch-Weser, presidenta de la ONG Earth3000, y Adalberto Val, del Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía (Inpa).
El meteorólogo señala que AmIT tendrá cinco ejes principales.
«Diseñamos grandes unidades locales de investigación y desarrollo para guiar la lógica de formación de los estudiantes», explica.
“Vamos a trabajar con los bosques, los paisajes alterados o degradados y cómo restaurarlos, las infraestructuras sostenibles de transporte y energía, la biodiversidad y la gestión del agua”, dice.
Según el investigador, el principal objetivo es combinar “la ciencia indígena de miles de años con la ciencia contemporánea, de manera armoniosa y operativa”.
Desafíos para Brasil y el mundo
Nobre, que participa en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que se realiza en Sharm El Sheik, Egipto, también cree que Brasil puede (y debe) asumir un papel de liderazgo mundial en políticas ambientales.
“Nuestro país puede ser la primera gran economía en poner a cero sus emisiones de carbono”, apunta.
El científico destaca que esto representa una enorme ganancia para la economía —el mantenimiento del bosque es fundamental para las lluvias que riegan y sustentan las plantaciones repartidas por el resto del país, por ejemplo—.
También refuerza la necesidad de que el mundo alcance las metas establecidas en 2015 en el Acuerdo de París, preferentemente con un límite de 1,5°C de aumento de la temperatura del planeta respecto a la era preindustrial.
Finalmente, Nobre ve buenas perspectivas para la elección de Luiz Inácio Lula da Silva (PT) y el inicio del nuevo gobierno desde el punto de vista ambiental.
“Hay una experiencia en el pasado en la que vimos una caída en la deforestación y degradación ambiental, una mejora en la calidad de vida de la población brasileña y específicamente en la Amazonía, la creación de varias unidades de conservación y la demarcación de territorios indígenas” , enumera.
“Las elecciones de 2022 fueron la última oportunidad para mantener la Amazonía y combatir el crimen organizado en la región, que siempre ha existido, pero se ha sentido empoderada en los últimos años”, dice.
«Me parece que la política del nuevo gobierno va en la dirección de cero deforestación y, por supuesto, hay presión internacional para lograr el éxito».
“Tenemos cuatro años para acabar con la deforestación, la degradación y la ilegalidad en la Amazonía”, agrega.
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Fuente: uol.com.br