Un día doloroso e interminable para Carina Andrea Cheuquepan, la madre de Matías Rosales, el argentino de 35 años que viajaba por América Latina y fue asesinado la noche del martes de una puñalada en Oruro, Bolivia. «Estoy en la Morgue para ir a ver a mi hijo, no veo la hora de besarlo, tomarle la mano», le dice. Clarín visiblemente agitada por los 3700 metros de altitud donde se ubica esta ciudad.
Carina, quien viajó desde Neuquén, de donde es originaria, llegó ayer a Bolivia luego de un viaje en bus de más de ocho horas desde Villazón. «Llegué a saber la verdad y no me iré hasta descubrirla. “Lo voy a hacer por la memoria de Mati, mi hijo que fue atacado por un hombre aparentemente colombiano que se dio a la fuga”.
En diálogo con este medio la noche del viernes, Cheuquepan, quien es policía, dijo que estuvo en el Hospital San Juan de Dios (mejor conocido como Hospital de Corea) durante la tarde reuniéndose con sus autoridades. «¿Qué me van a denunciar por lo que dije? Si es verdad, no lo abordaron». a mi hijo por ser argentino… Mi hijo tenía signos vitales, Me aseguró Florencia, su novia. Sacaron a mi hijo de la ambulancia y lo dejaron en la vereda del hospital y no lo ingresaron para atenderlo. El director del hospital me lo reconoció»,
Ante la insistencia de este medio, Carina confirmó su respuesta. «El director me dijo que primero no lo atendieron porque mi hijo, Al estar en la acera, no estaba en su jurisdicción. Después me dijo que salieron dos médicos, con cara de curiosidad, y no lo atendieron porque Constataron que Matías ya estaba fallecido. Es increíble… Los bomberos llevaron a mi hijo en una ambulancia hasta la puerta del hospital y se fueron. Florencia gritó pidiendo ayuda en el hospital y le pasó lo que pasó».
Nerviosa pero clara al expresarse, la madre de Matías Admite que desde que llegó a Bolivia ha percibido malos tratos. «Hay una discriminación clara, lo confirmé de primera mano. La prepotencia con la que hablan y a la vez el tono despectivo teniendo en cuenta mi situación generaron en mí mucha tristeza e impotencia. Creo que se podría haber hecho algo por mi hijo. En el hospital ninguna autoridad me miró ni se quitó la mascarilla para hablar conmigo. Tuve que mantenerme firme e insistir para poder verles la cara. Absoluta falta de respeto.»
Carina admite que hubo un momento durante la reunión en el hospital en el que perdió la compostura. «Lo escuché hablar con el director, en un tono tan despectivo, y con un grupo de mujeres, que creo que eran doctoras, riéndose en mi cara, y sentí que quería darles un puñetazo. Es imperdonable, abandonaron a mi hijo y me lo dicen en la cara. sin mover un músculo.»
El martes por la noche, con el cuerpo de Matías en la vereda, Florencia, la novia, desesperada, llamó a Carina, quien se encontraba en su casa en Neuquén. «Recibí la llamada, Flor me explicó todo y «Le pedí que se alejara un poco y tomara una foto de mi hijo abandonado en una camilla en la acera».. Se pierde la señal, la conversación se interrumpe y Carina alcanza a decir que va a ver a su hijo. «Disculpe, pero necesito verlo».
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Fuente: Titulares.com