En medio de la falta de diésel que se registra en la mayor parte del país y que afecta el traslado de granos, las actividades agrícolas y hasta la distribución de botellas, las expectativas para las próximas semanas no son alentadoras. Se siente la diferencia de precios en los surtidores entre la Ciudad de Buenos Aires y las provincias. Con la escasez, además, comienza a rondar el fantasma del diésel azul, el recargo que permite obtener el combustible.
Según los últimos datos difundidos por la Federación Argentina de Entidades Empresariales del Transporte de Carga (Fadeeac), Córdoba se encuentra entre las 14 provincias en las que la oferta en las estaciones de servicio es muy baja o nula. “Estamos en una situación de emergencia”, describió uno de sus asesores.
Según el informe, el 29,6% de los transportistas tuvo que esperar más de 12 horas para cargar combustible; 28,9%, entre 3 y 6 horas; 24,4% entre 6 y 12 horas; y el 17% entre 2 y 3 horas. Para recalcar más este esquema de resignación, en la mayoría de las provincias existe una cuota de menos de 20 litros por unidad, cuando un camión necesita entre 35 y 40 litros para recorrer 100 kilómetros.
“No hay diésel no solo en Córdoba, sino a nivel nacional. Argentina consume todo lo que produce y le falta un 20%, que debe importar. Ese 20% no se está importando en su totalidad. Si nos quedamos sin productos es porque las petroleras no están importando lo que el país necesita, eso produce desabastecimiento ambulante”, dice Gabriel Bornoroni, presidente de la Federación de Combustibles y Afines del Centro de la República Argentina (FECAC) y de la Confederación de Hidrocarburos y Entidades Conexas de Comercio de la República Argentina (CECHA).
Un escenario similar ofrece Carlos Gutiérrez, asesor de Fadeeac. “Hay escasez de diésel por falta de producción e importación. Tenemos que comprar en el mercado exterior y esas compras se retrasaron porque faltaba una lectura en tiempo real de lo que estaba pasando en el mundo pospandemia, donde había una dinámica muy alta de tráfico y transporte que se disparó a nivel mundial. Argentina se quedó con el nivel de compras previo a la pandemia. A eso se suman las cifras récord que viene registrando la cosecha”.
La mayoría de los reclamos del sector productivo datan de finales del año pasado, momento en el que se empezó a vislumbrar que el 2022 llegaría con escasez de diésel. “En diciembre de 2021 dijimos que había falta de diésel y que había que tomar medidas. Nadie lo hizo. Ahora, el jefe de gabinete, Juan Manzur, dice que tomaron nota del desabastecimiento y que se van a tomar las medidas necesarias. Lo sentimos, porque si nos hubieran escuchado antes, no tendríamos este problema”, dice Bornoroni.
El 1 de junio, luego de una reunión de gabinete, el ministro coordinador admitió la escasez de combustible y afirmó que era un problema a resolver «en los próximos días». Lo hizo, sin embargo, con palabras mesuradas, sin arriesgar la precisión: «hay vocación de importar más diésel» para que la Argentina tenga ese recurso, dijo.
“Dijimos que había desabastecimiento y el Gobierno dijo que era algo aislado. A los pocos días salieron a reconocer el problema. Carecían de información sobre un problema que estaba en camino de empeorar. Estamos esperando que las palabras de Manzur se conviertan en hechos”, dicen en Fadeeac.
En este contexto, Gutiérrez pone sobre la mesa dos posibles escenarios. “Si compran uno o dos barcos con diésel de Brasil, Arabia Saudita o Sudáfrica, llegan, entregan y volvemos a la situación anterior. Funciona como paliativo. La otra opción es hacer compras cíclicas y organizadas y, además, fortalecer el tejido productivo para que el país alcance un alto nivel de autoabastecimiento”. En la misma línea, el titular de la Fecac cuestiona la conducción política”. Se dan cuenta seis meses después cuando tenemos problemas serios. De ahora en adelante, las expectativas no son positivas mientras no se importen los barcos que necesita la Argentina”.
Precios y recargos
El último informe de la Fundación Colsecor revela que en mayo el diésel fue 12% más caro en el interior ($127,19) que en la Ciudad de Buenos Aires ($113,40). A esta brecha histórica, que encarece el combustible a medida que el transportador se aleja de la Capital, se suma la aparición del diesel azul, que implica un precio de izquierda para la venta del diesel ante la escasez.
El vocero de Fadeeac asegura que la entidad recibió quejas por sobreprecios de las estaciones de servicio. “Específicamente no pudimos detectarlos, pero hay entre un 5% y un 10% de casos de sobreprecio donde aumentan casi $50 por litro. Pegan papeles en la bomba con los precios modificados y te piden que pagues en efectivo, para no encubrir la maniobra. Si no quieres pagar primas, tienes que esperar», explica.
A finales de mayo, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, ya había alertado sobre el tema cuando exigió «soluciones concretas a los problemas relacionados con la falta de combustible, la distribución equitativa de los subsidios al transporte y las tarifas». En sus redes sociales, el mandatario lanzó: «¿Hay diesel o no hay? Y si pagas más caro, ¿hay?». Él lanzó.
Bornoroni ofrece otra mirada a este fenómeno: “No hay sobreprecios. Hay dos precios, mayorista y minorista. El primero es más caro que el segundo. Si vas a comprar al por mayor, la petrolera te lo vende más caro. No hay recargos, el papelero obtiene un precio y el mayorista obtiene otro más caro que la bomba”.
“El combustible fue víctima del recorte de divisas. Todas las empresas que deben importar necesitan divisas. El Gobierno llevó a cabo la pesca de arrastre, tomando puestos de trabajo de todos los sectores. El Estado debe ser selectivo a la hora de elegir quién corta el ingreso de dólares”, concluye Gutiérrez.
*Para la letra P
Fuente: diariocordoba.com.ar