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El FBI entra y registra la mansión de Donald Trump en Mar-a-Lago

El FBI realizó este lunes un operativo de ingreso y registro en la mansión Mar-a-Lago de Donald Trump, que en su época como presidente era conocida como la Casa Blanca de Invierno. Trump no estaba en esa residencia. A estas alturas del año suele estar en otra de sus mansiones, en Bedminster, New Jersey, aunque todo indica que estuvo en su torre de la Quinta Avenida de Manhattan.

La noticia la reveló el propio Trump en un comunicado, en el que aseguró que un nutrido grupo de agentes había entrado en su casa, sin previo aviso, en lo que calificó como una acción «políticamente motivada», sin precisar nada. Lamentó que incluso “abrieron mi caja fuerte”. El FBI informó al servicio secreto de la operación. Todo indica, desde varios medios, que la operación buscaba recuperar cajas de documentos clasificados que el expresidente sustrajo de la Casa Blanca y se presume que podrían estar en su propiedad de Palm Beach. Estos medios indicaron que los agentes incautaron «material sensible» en la intervención. A pesar de su respuesta, un juez federal tuvo que autorizar la orden, luego de escuchar los argumentos de los fiscales, lo que significa que tenían que presentar evidencia creíble de un posible delito. Esto representa un giro radical y va más allá de especulaciones sobre si habría un caso contra Trump o no.

Por el momento, no se había revelado oficialmente el motivo por el cual se había llevado a cabo esta intervención sin precedentes en la historia del país, con consecuencias inciertas, ni por qué se estaba haciendo en este momento. Lo que parece claro es que la decisión de registrar la residencia de un expresidente tenía que ser del más alto nivel y que Merrick Garland, jefe del Departamento de Justicia, tenía que autorizar a los fiscales a llevar el caso a los tribunales. La operación marca, sin duda, una escalada con respecto a las investigaciones que pesan sobre el expresidente.

Día a día ha ido creciendo el ruido de que el Departamento de Justicia investigaba el papel de Trump en el intento de golpe de Estado del 6 de enero de 2021 tras las pruebas reunidas por el comité del Congreso que investiga esos hechos. Trump y asesores externos a la Casa Blanca trataron de armar un plan para seguir instalado en el poder, basándose en la mentira de que le habían robado las elecciones, tergiversando los resultados de las encuestas con conspiraciones de que todos los jueces, incluidos los de la Tribunal Supremo que nombró, negado como sin sentido.

Uno de los asuntos pendientes es que los Archivos Nacionales pidieron al Departamento de Justicia que examine si Trump había violado las leyes federales al quedarse con quince cajas de documentos vinculados a su presidencia y que debería haber proporcionado. Los ex presidentes se retrasaron en la entrega. Solo accedió a entregarlos cuando amenazaron con tomar medidas, aunque al parecer no apareció una parte, ni el todo, y se echan en falta documentos secretos.

En el sector del trumpismo hubo una airada reacción contra la intervención en Mar-a-Lago. Kevin McCarthy, jefe de la minoría conservadora en la cámara baja, acusó al Departamento de Justicia de «llegar a un estado intolerable de politización armada», según su declaración. Aseguró que cuando vuelvan a controlar la cámara, “revisaremos inmediatamente las actuaciones del departamento, seguiremos los hechos y no dejaremos piedra sin remover”. Y le pidió a Garland que hiciera lo que aparentemente Trump no hizo: «Guardar los documentos y despejar el calendario».

“Después de trabajar y cooperar con las principales agencias gubernamentales, esta acción no fue ni necesaria ni apropiada”, dijo Trump en su comunicado. Según su versión, lo único que se persigue es impedir su intento de volver a ser candidato en las elecciones de 2024, idea con la que juega continuamente, dando a entender que volverá a optar, pero sin confirmarlo.

Haciendo el papel de víctima, como si nunca hubiera alentado la toma del Congreso o esas casillas no hubieran desaparecido, Trump hizo una pregunta: “¿Cuál es la diferencia entre esto y el Watergate, cuando entraron al Comité Nacional Demócrata? Aquí, al revés, los demócratas irrumpen en la casa del 45.° presidente de los Estados Unidos”.

El allanamiento comenzó la mañana del lunes y los agentes permanecieron durante varias horas, siempre en busca de documentos que nunca fueron devueltos, según esas fuentes periodísticas. “Un asalto como este solo ocurre en países del tercer mundo”, insistió en su comunicado. “Estos son tiempos oscuros para nuestra nación y mi hermosa casa en Mar-a-Lago, Palm Beach, está ocupada por un gran grupo de agentes del FBI. Nunca había pasado nada parecido en Estados Unidos”, concluyó. Olvidó que ningún otro presidente estuvo en el cargo que ocupa, luego de cuestionar la estructura del sistema democrático.

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