Fue muy celebrado. Sobre el terreno de juego, la final estaba apretada, un saludo del grupo, pero mucho respeto para los jugadores chilenos, que sufrieron una derrota que los alejaba cada vez más del Mundial. Pero en el camerino del desierto de Calama se desató el carnaval por una victoria especial y diferente. Lo mismo siguió en el bus, durante la cena íntima en el hotel de Chile y en el avión de regreso a Ezeiza. Y ya en las instalaciones, el reencuentro con escaloniquien observó desde la concentración argentina como tu equipo esta invicto se hizo más grande
El maldito COVID-19 Puso las cosas patas arriba a principios de año para la Seleção. Primero golpeó nada menos que a Messi, quien se vio muy afectado por el virus y por eso se preservó (el DT ni siquiera lo mencionó para esta dupla de las Eliminatorias) porque sigue buscando su mejor forma física, luego de más de 15 días sin jugar. entrenando con los compañeros del PSG.
En apenas unas horas surgieron malas noticias: lesiones de Joaquín Correa, Palacios, Nico Domínguez; el positivo antes de viajar a Guido Rodríguez y ya en Ezeiza a Mac Allister (y también cayó Buendía, por estrecho contacto).
Y las bajas se dieron en el cuerpo técnico: Pablo Aimar no pudo ni participar de los entrenamientos porque uno de sus hijos estaba contagiado y, por si fuera poco, Lionel Scaloni no pudo estar en el banquillo de Calama: el DT tuvo la enfermedad por 15 dias, tenia estado epidemiologico alto, pero en Chile no te dejan entrar si el PCR es positivo y por eso no viajo, para no complicar las cosas…
Todos estos contratiempos fueron suficientes para unir más al grupo, pero en Chile quisieron mojarle la oreja a la Seleção sin Messi y en el campo encontraron la respuesta menos deseada.
Ya habían jugado en la previa, llevando el partido a la altura (2.400 metros sobre el nivel del mar), para intentar sacar ventaja, jugando allí por primera vez en la historia de las Eliminatorias. Y así intentaron enlodar el campo: que las casi dos horas de retraso en el aeropuerto, que los perros busquen «sugus» en las maletas (Dibu dixit), que las habitaciones con calefacción al máximo, que haya que abrir las ventanas , que suenen las sirenas, que no haya agua en el hotel cinco horas antes del partido, que no funcione el aire acondicionado en el autobús de camino al estadio…
La ira fue creciendo en la delegación argentina en aquella previa. Y si ya había una bajada de línea del DT cuando llegaron de Europa que comenzaba una nueva historia en el 2022, todo lo sucedido sumaba para prometer dejarlo todo en la cancha de Calama.
Y así fue. La Selección se vengó de esos “pequeños descuidos” sobre el verde césped. Se jugó como si los puntos sirvieran para llegar a Qatar y que Argentina ya estuviera clasificada desde noviembre. Y destacaron los que tuvieron que aprovechar las faltas, como Licha Martínez (jugó en lugar de Cuti Romero, aún en recuperación), Papu Gómez y Nicolás González. Después, la base no falló, los líderes que siempre están detrás de Messi (Di María, De Paul, Otamendi y Paredes) se hicieron presentes en la lucha y en el juego.
Así se construyó una victoria especial, con un sabor extra. Porque es cierto que Chile ganó dos Copas América por penales (en 2015 y 2016), pero luego Argentina se llevó unos cuantos golpes (en las Eliminatorias), para dejar a La Roja sin Mundial en 2018 y para complicarlo, hay mucho vida ante Qatar 2022 tras el 2-1 de la noche del jueves.
De Paul fue quien se sentó en la conferencia y blanqueó su enfado a la altura (no el de Calama). “No digo si está bien o mal. La gente tendrá que analizar, el que quiera dar su opinión. Lo digo como argentino y como jugador y representante de la selección argentina que, por cada equipo que viene a nuestro país , hay que hacerlo lo más cómodo posible y ganar en el campo”, dijo Rodrigo, caminando por la línea, mostrando su descontento por el trato recibido.
Di María, el capitán del cinturón de Chile, también siguió la misma línea: «Hicimos un buen partido, sabíamos que sería difícil para nosotros por la altura, el viaje, estuvimos mucho tiempo en el aeropuerto… Hubo problemas y otras cosas El grupo sigue fuerte, vamos creciendo partido a partido. Hoy faltaba el mejor del mundo, no estaba el entrenador, otros jugadores dieron positivo… La victoria también es para ellos”.
Los festejos se fueron desvaneciendo con el paso de las horas: risas en la cena a la media noche, música en el bus (Otamendi con sus videos clásicos y sus cumbias), el regreso a ese aeropuerto conflictivo y el regreso al lugar, para llegar como a las 5 de la mañana, intenta a dormir… Para bajar la ansiedad de la victoria, empezar a preparar un nuevo partido contra Colombia, con muchas bajas (De Paul, Paredes, Otamendi y Tagliafico están suspendidos), con la ilusión de estirar el invicto en Córdoba. Y con otro partido del que se hablará porque hay un nuevo cruce contra los cafetaleros, con esa pica que quedó después de la Copa América, después del «mira, soy como un hermano» de Dibu y todo lo que resultó.
Un duelo más para Scaloneta (y sin Messi) para seguir dando temas importantes en el año del Mundial, para llegar en el punto a Qatar.
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Fuente: ole.com.ar/