2022 cierra como el año de mayor éxodo masivo de cubanos. Las autoridades estadounidenses han registrado más de 227.000 entradas ilegales al país de ciudadanos de la isla. Son muchos los que optan por un largo viaje que pasa por territorios peligrosos como Nicaragua o México antes de llegar al destino donde intentan llevar una vida mejor.
“La gente ya hace de todo en Cuba con el tema económico para hacer ese viaje (Cuba, Nicaragua, México, EE.UU.) venden sus casas, en el caso de nosotros vendimos nuestra casa, vendimos nuestros bienes, vendimos todo lo que teníamos, nos quedábamos sin nada con el riesgo de que si nos deportaban porque llegamos a Cuba sin nada, lo habíamos perdido todo”, dice un inmigrante que prefiere permanecer en el anonimato.
Otros optan por la vía marítima, muchas veces sin éxito. Desde el 1 de octubre, la Guardia Costera de Estados Unidos ha detenido a 3.700 inmigrantes y muchos han sido devueltos a Cuba. Se desconoce el número de fallecidos.
En el país anfitrión la situación no es fácil, como explica Jorge Duany, Director del Instituto de Investigaciones de Cuba de la Universidad Internacional de Florida: “Lo que en este momento parece ser con un número de personas que están llegando de repente, con una economía que en realidad acaba de salir del covid o está saliendo del covid, es difícil integrar a tantos inmigrantes recién llegados”.
La aspiración de un gran número de cubanos es que el Gobierno de Estados Unidos les conceda un asilo político que dure un año.