Eran alrededor de las dos de la tarde del miércoles 15 de diciembre cuando María Florencia Cardarelli (38), esposa del periodista Carlos “Bebe” Contepomi (51), llegó a su domicilio en San Isidro en su Toyota Hilux SW4. Justo cuando estaba a punto de entrar al garaje, un Peugeot 308 blanco frenó repentinamente detrás de él. Dos ladrones se bajaron del auto, la amenazaron con armas y se dieron a la fuga con la camioneta, al igual que el cómplice en el auto.
De este ataque, que fue filmado por una cámara de seguridad, nació la investigación que terminó con la detención de los dos cabecillas de la pandilla: César Sebastián «Gordo» Vega (39) y Cristian Eduardo «Viejo» Garnica (50).
“El Gordo” y “El Viejo”, viejos amigos y cómplices, se reencontraron en septiembre del año pasado, cuando Vega obtuvo el beneficio de la libertad asistida 150 días después de cumplir su condena de cuatro años y dos meses de prisión por venta de estupefacientes. luego de ser detenido en la prisión de Campana.
Una huella dactilar de Vega quedó impresa en el cuerpo del 308. Los especialistas lo detectaron y cuando los investigadores lo descargaron en AFIS (Sistema Automático de Identificación de Huellas Dactilares), dio un rotundo positivo. Era la marca de «El Gordo» Vega. Allí apareció todo su historial y su reciente liberación asistida.
Este primer paso dio el nombre y apellido del sospechoso en la investigación que ya se había iniciado en la Fiscalía General de San Isidro, donde su jefe, John Broyad, armó un equipo específico con el fiscal Patricio Ferrari a cargo para ver qué pasa con una serie de agresiones que tenían un denominador común: una banda que robaba sistemáticamente la camioneta del mismo modelo (Toyota Hilux SW4).
Los fiscales buscaron información importante para determinar el tamaño de la organización y el nivel de daño que estaba causando.
Entonces se preguntaron: ¿cuántos de estos camiones fueron robados de junio a diciembre de 2021 en la Provincia y Ciudad de Buenos Aires? El número llamó la atención: 57 y 35, respectivamente, es decir, un total de 92.
César Sebastián «Gordo» Vega (39), detenido por agredir a la esposa del «Bebe» Contepomi.
Identificado Vega y con la certeza de que la banda contaba con una estructura importante, se armó la estrategia para encontrarlo. “Era un tipo muy difícil de detectar, andaba todo el tiempo en movimiento, dejaba su carro en la bodega y se ponía a andar en otros vehículos, cambiaba de celular cada dos días, casi nunca dormía en el mismo lugar e incluso pasó la noche en un hotel de alojamiento», explicó Clarín uno de los investigadores.
Descifraron a Vega, pero faltaba un paso para poder hacerle frente. Y llegó ese paso, o llegó ese paso en falso. Un error, como siempre.. Su esposa está embarazada y vive en Pilar. «El Gordo» también, pero como se dio cuenta de que estaba bajo la lupa por la exposición mediática del caso Contepomi -un periodista de Tennesse, los trece s Mega 98.3 FM– dejó de pasar tiempo en casa.
La señora también sabía trucos para moverse sin ser detectada: tren, bus, remis… Varios pasos para llegar a visitar a su esposo en la antigua casa que habitaba en Villa Lynch, comuna de San Martín.
Elementos secuestrados de la banda que agredió a la esposa del «Bebe» Contepomi.
Ahí estaba “El Gordo”, la antena que detectó su celular lo marcó ahí, pero el radio de cobertura de estas antenas es de 3,4 kilómetros de diámetro. Una aguja en un pajar. Hasta que el conductor de una aplicación de viajes hizo una llamada. Era para pedirle a la mujer la dirección exacta del viaje que había solicitado.
“Los sistemas de seguimiento no detectan estas solicitudes realizadas dentro de la aplicación, sino que se activan mediante una llamada o un mensaje. Cuando el chofer la llamó y ella dio la dirección, nos dio la pista”, dijo el investigador.
La mujer no dio el número exacto de la casa de Vega, trató de confundir. Pero unos días de vigilancia y seguimiento permitieron dar con la dirección exacta. El allanamiento se ordenó en la calle Belgrano 4700 de Villa Lynch. Y cuando llegó la policía, la escena también conmocionó: «El Gordo» y «El Viejo» contaron y dividieron $1.250.000 entre dólares y pesos. Por supuesto, también había armas y drogas. Y allí estaban sus mujeres.
Elementos secuestrados de la banda que agredió a la esposa del «Bebe» Contepomi.
Casi todo se sabía sobre Vega. Pero de Garnica, hasta ese momento, poco. Y no es un personaje secundario con un trasfondo muy pesado. «El Viejo» estuvo varias veces en prisión: robos, extorsiones, venta de drogas. Pero tiene un lado criminal a su favor que lo pone «en otro nivel»: es ladrón internacional.
“Dijo que era criador de perros de pura raza, pero pasó más de 50 días en prisión en Suiza por hacer scruches. En diciembre de 2021, de hecho, un juez federal sufrió el robo de un SW4, en Boedo. Garnica imputará este robo , dice otra fuente con acceso al caso.
Entre julio de 2018 y junio de 2019, ‘El Viejo’ realizó cuatro viajes al exterior: Francia, Chile, Brasil y España. Todo el mundo viajes para robar.
El momento del robo de la esposa del «Bebe» Contepomi.
Los movimientos de Vega y Garnica fueron permanentes: durante todo el mes de enero recorrieron varias provincias: Río Negro, Chubut, Córdoba, Santa Fe y La Pampa, entre otras. Los investigadores están convencidos de que esta movida estuvo relacionada con la venta de vehículos robados, un renglón que actualmente se investiga y que podría terminar con más imputados.
Los sospechosos fueron procesados por el delito de «robo calificado«Y»posesión de armasFerrari espera investigarlos este miércoles, en este caso se investigan al menos 10 de los robos registrados ocurridos en San Isidro y que se atribuyen a la banda.
Los investigadores no están seguros (todavía), pero tampoco tienen ninguna duda de que la gran mayoría de los otros 82 también fueron robados por «El Gordo» y «El Viejo»viejos amigos, socios en el crimen, que cayeron por cometer un error.
GL – EMJ
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Fuente: clarin.com