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«El impacto del recorte gubernamental en la Secretaría de Comunicación: Desmintiendo el estigma de ser ‘ñoquis'»

Javier Milei investiga la composición de la secretaría de Comunicación

No somos todos ñoquis: el Gobierno determina que puede funcionar con menos empleados en la secretaría de Comunicación

Tras una auditoría realizada por el Gobierno, se determinó que la secretaría de Comunicación puede funcionar con solo 50 de los 500 empleados que tiene actualmente. Anteriormente eran 600, pero el oficialismo decidió no renovar 100 contratos para el año 2023. Esta medida ha generado incertidumbre entre los empleados, quienes no saben si seguirán teniendo trabajo o no.

Los empleados de la secretaría de Comunicación se distribuyen entre Balcarce 50, el Centro Cultural Kirchner (CCK) y un viejo edificio del Somisa. Algunos realizan trabajo presencial y otros trabajan desde sus hogares. Según información obtenida por TN, los monotributistas cobran alrededor de $300.000, mientras que los empleados de planta permanente tienen un sueldo cercano a los $750.000. Los titulares de las direcciones rondan en $1.200.000.

Sin embargo, esta reducción de empleados ha generado tensión dentro del sector debido a la prórroga de seis meses otorgada por la exvocera presidencial Gabriela Cerruti a funcionarios de su confianza para retenerlos en la estructura. Esta prórroga estará vigente desde diciembre de 2023 hasta junio de 2024.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, en una conferencia de prensa en Casa Rosada (Foto: Presidencia).

Dentro de la secretaría de Comunicación, existen coordinadores y directores de la gestión anterior que se encargan de las gacetillas y de parte de la comunicación digital de Presidencia. Sin embargo, su continuidad aún no está definida. Hasta que el Gobierno nombre a sus dirigentes, seguirán operativos, lo cual ha generado malestar entre algunos empleados, ya que no tienen claridad sobre a quién van a servir.

Hasta el momento, solo se han designado al secretario de Comunicación, Eduardo Serenellini, al vocero presidencial, Manuel Adorni, y al subsecretario de Prensa, Javier Lanari. Sin embargo, aún no se ha oficializado la parte de su equipo que trabaja desde el salón de las Mujeres, encargada de la edición de videos de Vocería y de la estrategia digital del oficialismo.

El nuevo secretario de Comunicación y Medios, Eduardo Serenellini (Foto: Télam).

Ante esta situación, Javier Milei ha enviado a un especialista para investigar la composición de la secretaría de Comunicación. El objetivo es desafectar a aquellos que considera militantes, a quienes sospecha podrían estar realizando espionaje, y reconocer a los empleados eficientes.

El mensaje que se mantiene en Presidencia es que «el que trabaja sigue y el que es militante kirchnerista se va». El Gobierno buscará desarticular la sobrepoblación de empleados. Se han corrido rumores sobre la existencia de trabajadores con más de nueve familiares a su cargo, y algunos funcionarios han expresado que más de uno los ha extorsionado para que no les quiten su puesto.

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