Más problemas para Donald Trump y cada vez más graves. Un jurado en un tribunal de Nueva York encontró a la compañía de bienes raíces que lleva su apellido y el de su familia culpable de fraude fiscal y otros cargos de delitos financieros el martes. Este fallo es una reprimenda notable al ex presidente de los Estados Unidos y lo que los fiscales describieron como una «cultura de fraude y engaño».
Después de dos días de deliberación, el jurado concluyó por unanimidad que dos entidades de la Organización Trump (Trump Corporation y Trump Payroll Corporation) eran culpables de un fraude fiscal de quince años que, según la acusación, fue orquestado por altos ejecutivos, incluido su titular más alto. , que consistía, entre otras formas, en brindar jugosos beneficios a los ejecutivos sin que aparecieran en las cuentas.
El complejo afrontará el pago de un máximo de 1,6 millones de dólares
En total, 19 cargos. Los ejecutivos recibían departamentos de lujo en zonas de moda, autos de alta gama, hasta colegios privados carísimos para sus familiares, y nada de eso contaba a la hora de pagar impuestos.
El complejo inmobiliario, hotelero y de golf, con sede en la Quinta Avenida, afrontará un pago de un máximo de 1,6 millones de dólares. Pero eso es lo de menos respecto al apoyo que supone a las investigaciones del fiscal jefe de Manhattan, Alvin Bragg.
Su oficina ya consiguió que Allen Weisselberg, el director financiero de la organización desde hace mucho tiempo y uno de los servidores más leales de Trump, fuera acusado el año pasado. Weisselberg aceptó una sentencia en agosto como artífice de la operación de fraude. Cinco meses de cárcel, en lugar de quince. Ahora ha sido el principal testigo de este caso, cuya vista oral ha durado cuatro semanas. El otro testigo de cargo fue el auditor Jeffrey McConney, quien se declaró culpable a cambio de inmunidad para testificar ante un gran jurado.
Los dos explicaron cómo se fraguó y funcionó el plan para engañar a los impuestos estatales y federales.
Aunque los acusadores no dieron el paso de acusar al expresidente estadounidense, sí lo citaron durante el juicio. En su conclusión, el fiscal le dijo al jurado que Trunp estaba al tanto, que aprobaba algunos aspectos del plan y que, en ocasiones, él era responsable de pagar esos beneficios.
La condena a la empresa con su nombre, en conjunto con la explosiva afirmación de que “sancionaba explícitamente el fraude fiscal”, tendrá repercusión en la campaña electoral para los comicios de 2024 en la que ya se presentó como contendiente. Este no hace más que ofrecer armas contra sus rivales, dentro y fuera del Partido Republicano.
Según algunos expertos, esta frase representa una losa que podría acabar con la ‘Organización Trump’
Además, este veredicto solo prepara el escenario para que Bragg intensifique la investigación criminal sobre los negocios y las prácticas de Trump, así como la posible criminalidad por el dinero no declarado que le pagó a una estrella de cine para adultos para que silenciara, antes de las elecciones de 2016, sobre la relación sexual que mantuvieron. había tenido.
Según algunos expertos, esta condena por fraude fiscal, su plan para defraudar, conspirar y falsificar las cuentas representa una piedra que podría acabar con la Organización Trump. Este imperio de oropel siempre ha llevado consigo la sospecha de que se trataba de una empresa criminal. Pero hasta ahora no había sido probado.
Para Trump, este caso es solo una prueba más de lo que él llama la caza de brujas lanzada en su contra. Sin embargo, sus abogados no negaron que hubo fraude en la contabilidad, pero argumentaron que fueron los empleados desleales quienes lo perpetraron. El jurado no les ha creído.
El fiscal jefe Bragg dio la bienvenida al veredicto. “Las empresas del expresidente ahora están condenadas por delitos”, dijo en un comunicado tras conocer la resolución. “Esto es consistente, esto significa que en Manhattan tenemos justicia igual para todos”, agregó.
El siguiente punto en el horizonte de sus investigaciones parece ser el propio Trump. Bragg ha contratado esta semana a un fiscal especial, Matthew Colangelo, para ayudar en la investigación. Colangelo conoce bien el asunto supuestamente practicado por Trump para ocultar sus cuentas y pagar menos impuestos y obtener mejores créditos porque participó en el caso abierto por la fiscal general de Nueva York, Letitia James.
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