“La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) desea transmitir la siguiente información sobre la asociación de Gholamreza Ghasemi con los grupos terroristas designados, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán-Fuerza Quds (IRGC-QF) y Hezbolá. Gholamreza Ghasemi es CEO y miembro de la Junta Directiva de Fars Air Qeshm. Además de su cargo, Ghasemi también es piloto”, dice un informe enviado desde Estados Unidos a la corte federal en Lomas de Zamora, por Federico Villena.
El expediente del FBI agrega: “Fars Air Qeshm fue atacado por el Tesoro de los Estados Unidos en 2019 debido a su participación directa en actividades terroristas y la asistencia que brinda a la Fuerza Quds y la aerolínea iraní Mahan Air, que han sido atacados. como entidades terroristas.
Con esta información del FBI, el juez federal Villena confirmó que Ghasemi es un terrorista perteneciente a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
El piloto de la empresa venezolana Emtrasur, bajo el control absoluto de Nicolás Maduro, llegó a Buenos Aires en un Boeing modelo 747-300M, con matrícula YV3531. Ese avión salió de Caracas, hizo escala en Querétaro (México), donde recogió la carga de autopartes, y finalmente aterrizó en Ezeiza el lunes 6 de junio.
El FBI también envió a la corte federal de Lomas de Zamora otro informe de tres páginas -expediente: BE -6135976- que describe las diferentes operaciones realizadas por la Fuerza Quds -que forma parte de la Guardia Revolucionaria iraní- y cómo Estados Unidos reaccionado ante esta amenaza terrorista global.
“La Fuerza Quds ha tenido una larga historia de apoyo a las actividades terroristas, paramilitares y de milicias de Hezbolá, proporcionando liderazgo, financiación, armas, inteligencia y apoyo logístico. Las Fuerzas Quds operan un campo de entrenamiento de Hezbolá en el valle de Bekaa en el Líbano y han informado del entrenamiento de más de 3.000 soldados en los cuarteles que la Guardia Revolucionaria tiene en Irán”, dice el informe, ahora en poder de la justicia.
La Guardia Revolucionaria de Irán y la organización terrorista Hezbollah están acusadas de volar la sede de la AMIA el 18 de julio de 1994. Allí murieron 86 personas y más de 300 resultaron heridas.
El expediente del FBI también agrega las contribuciones económicas realizadas por el régimen de Teherán para apoyar las operaciones de Hezbolá contra Israel. “La Fuerza Quds ha entregado entre 100 y 200 millones de dólares al año a Hezbolá y ha asistido a Hezbolá en su rearme en violación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, afirma el informe del FBI añadido al expediente.
El informe del FBI enviado hace dos días al juzgado de Villena reitera que el secretario del Tesoro de Estados Unidos -a través de la OFAC- impuso sanciones a la Guardia Revolucionaria por promover el terrorismo global y apoyar a distintas organizaciones como Hezbolá.
Y completa la información con un párrafo final que termina de desnudar la trama urdida por Irán con la colaboración de la empresa venezolana Conviasa. “En octubre de 2011, la OFAC sanciona a Mahan Air por brindar apoyo financiero, material o tecnológico a la Guardia Revolucionaria y la Fuerza Quds. La aerolínea (Mahan Air) también ha transportado armas y personal para Hezbollah”.
El terrorista Ghasemi llegó a Buenos Aires como piloto de un Boeing 747-300M modelo matrícula YV3531, perteneciente a la empresa Transportes Cargo del Sur (Emtrasur), filial del Consorcio de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos de Venezuela (Conviasa).
Ghasemi también había sido el piloto del vuelo que realizó esa aeronave el 13 de mayo entre Paraguay y Aruba para transportar un cargamento de cigarrillos valorado en apenas USD 755.000.
Según la factura emitida por la empresa Tabacalera del Este SA (TABESA), vinculada al expresidente de Paraguay Horacio Cartes, se trasladaron 6.010 paquetes de “Ibiza extra suave doble filtro corto” y 1.076 paquetes de “Ibiza extra suave King Size” . El cliente declarado en ese mismo documento es la empresa Tabacos USA Inc, pero la firma receptora fue Tabacal Free Zone Nv, con sede en Aruba.
Ese vuelo aterrizó en el aeropuerto de Guaraní, en la ciudad de Minga Guazú, a apenas 13 kilómetros de Ciudad del Este (Paraguay). La tripulación estaba compuesta por 7 iraníes y 11 venezolanos. Todos se hospedaron en el Hotel Dazzler de Ciudad del Este. De los 7 iraníes, solo dos coinciden con los tripulantes del vuelo a Ezeiza: Gholamreza Ghasemi y Abdolbaset Mohammadi.
Ghasemi también fue piloto del vuelo a Buenos Aires. Según datos proporcionados por organismos internacionales, es accionista y miembro del directorio de la aerolínea iraní Qeshm Fars Air, sancionada por Estados Unidos. Anteriormente fue presidente de Iran Naft Airlines, más tarde rebautizada como Karun Airlines.
“Fars Air Qeshm opera vuelos de carga bajo cobertura civil para la Fuerza Quds y el IRGC, y los utiliza para contrabandear armas y equipos sensibles de Irán a Siria, entre otras cosas. Esta actividad es parte de los esfuerzos de Irán para establecer una presencia militar en todo el mundo”, dice el informe del FBI.
A su vez, el dossier describe los vínculos directos de esa aerolínea con Hezbollah: “Fars Air Qeshm opera vuelos entre Irán y Siria de manera regular. Como parte de los esfuerzos de Irán y la Fuerza Quds para equipar a Hezbolá con armas, se están pasando de contrabando componentes militares avanzados y armas desde Irán a Hezbolá en el Líbano utilizando vuelos civiles desde Teherán a Damasco. Se sabe que un avión perteneciente a Fars Air Qeshm transfirió equipos de Irán a Hezbolá en el Líbano utilizando la ruta entre Teherán y Beirut».
Emtrasur adquirió el Boeing 747 de Mahan Airlines. Amir Hossein Zolanvari, vocero de Mahan Airlines, confirmó esa operación. “Ya no es de Mahan Airlines”, dijo a la agencia oficial de noticias iraní IRNA.
“El Emtrasur 747 se puede identificar por el número de serie de su fabricante (MSN) 23413, que es un número de identificación único asociado con la aeronave. Este MSN coincide con el número de un avión que anteriormente era propiedad de Mahan Air, que tenía el número de cola EP-MND», dijo el FBI en su informe.
La cesión de la aeronave, bajo la modalidad de leasing, complicaría las cosas. “Si Mahan Air está arrendando el avión a Emtrasur, el avión aún se consideraría propiedad bloqueada de Mahan Air. Además, las personas que proporcionen bienes o servicios a la aeronave podrían estar expuestas a sanciones sobre la base de que estarían proporcionando bienes o servicios a Mahan Air.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos -a través de la OFAC- acusa a Mahan Air de colaborar con la organización terrorista Hezbolá. Por ello, impuso sanciones a Conviasa, propietaria de Emtrasur.
La información de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) es pública. Y en su página oficial se puede leer que desde 2011 sancionó a Mahan Air. Nicolás Maduro, quien autorizó la compra del Boeing matrícula YV3531, no pudo ignorar la interdicción de la OFAC.
Sin embargo, Maduro ordenó desembarcar en Ezeiza el barco Emtrasur con una tripulación encabezada por el terrorista Ghasemi, otros cuatro iraníes y 14 tripulantes de Venezuela. Con base en la información proporcionada por el FBI, el juez Villena ya no tiene dudas de que enfrenta un caso vinculado con el terrorismo internacional.
El avión aterrizó el lunes pasado en el aeropuerto de Córdoba debido a la niebla que se cernía sobre Buenos Aires, pero dos horas después, a las 14:35 horas, llegó a Ezeiza, donde lo esperaban. La carga fue revisada varias veces porque ya había alertas de organismos internacionales.
El miércoles 8, ante la negativa de Shell de venderles combustible, la tripulación intentó volar a Uruguay, posiblemente con un precontrato con una empresa petrolera de ese país. “El avión tenía menos combustible del esperado debido al aterrizaje que tuvieron que hacer el lunes en Córdoba por la niebla”, dijo una fuente que conoce los detalles de la operación.
Recién en la tarde del miércoles, a su regreso de Uruguay, la tripulación intentó negociar con YPF y AXION, a través de Marcelo Di Sanzio, la persona contratada por Emtrasur para los servicios de handling. En ese momento, las petroleras ya habían intercambiado consultas con la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
El miércoles 8 hubo otra revisión del cargamento. Y dos días después la PSA ordenó una búsqueda «exhaustiva» en el interior del avión, con más de 60 efectivos y perros especializados.
El juez Villena solo intervino el sábado por la mañana a partir de un habeas corpus interpuesto por el abogado Rafael Resnick Brenner, quien luego fue desestimado de la investigación. El lunes, la fiscal Cecilia Incardona abrió una investigación donde se acumularon al menos tres denuncias.
“A veces la novela periodística excede los límites de lo razonable”, dijo esta semana la vocera Gabriela Cerruti al ser consultada sobre el avión venezolano-iraní. El presidente Alberto Fernández agregó ayer que el tema había sido agrandado por la oposición. “Querían mostrar algo que no es, alguna cosa oscura o movimiento del Gobierno, pero actuamos rápido. La oposición trató de aprovecharlo para vincularlo a hechos tan dolorosos como el atentado a la AMIA”, dijo a Radio 10.
En tanto, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, terminó hablando de un «homónimo». “En cuanto a las personas, hay una indicación particular con respecto a Gholamreza Ghasemi, que es uno de los miembros de la tripulación y que tiene un nombre, un homónimo con participación en los Quds, en las fuerzas revolucionarias iraníes, nada más que el estado de homónimo, ningún otro cosa”, aseguró en algunas de sus intervenciones mediáticas.
“Se va a terminar verificando lo que dije y por eso me bardan a diestro y siniestro. La cantidad de tripulantes tenía que ver con que también había un entrenamiento que necesitaba la tripulación venezolana para poder pilotar ese avión”, informó el director de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi.
El presidente, su vocera, el ministro de seguridad y el director de la AFI seguramente comentarán hoy las informaciones que prueban los vínculos terroristas del avión venezolano y su piloto iraní.
El juez se centrará en Ghasemi y sus objetivos terroristas en Argentina, para luego pasar al resto de la tripulación compuesta por otros cuatro iraníes y 14 venezolanos que trabajan para una empresa pública que actúa bajo las órdenes de Maduro.
En el caso del atentado a la AMIA hay un informe judicial que revela que antes del atentado a la mutua judía había aterrizado en Buenos Aires un avión iraní.
Fuente: Infobae
Fuente: diariocordoba.com.ar