Villa Gesell es conocida como la tierra del verano adolescente. La playa, el sol y los churros forman parte del paisaje cada verano. Pero también se convirtió en la reina de las tortitas, y todo gracias a un portero emprendedor que creó su marca a partir de su propio carisma. Carlitos nació en los años 80 en la costa de Geselina y luego trasladó su éxito a la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, una traición familiar cambiaría el desarrollo del negocio.
Carlos Ciuffardi nació en Saavedra y en el verano de 1963 se traslada a Villa Gesell para «ganarse el mango». Ah trabajé como carpintero, socorrista y luego gerente de ventas en una pequeña tienda de panqueques llamada La Martona. Era conocido como «Napo» y pronto se fue ganando el cariño de los clientes que pasaban por el lugar para tomar un vaso de leche y una tortita.
«Mi primer gran éxito fue inventar la hamburguesa número 8 con cebolla, tocino, huevo, tomate, queso y lechuga. Luego vino una interminable variedad de panqueques y así fue que salí perdedor, porque estaba en la pampa y elsin un peso, cuando vine por primera vez”, recordó en diálogo con Página 12. Y aseguró: “Yo era un vagabundo, un vagabundo. Viví en la pobreza y Gesell me salvó«.
Nace Lo de Carlitos
La Martona cerró en 1980, por lo que Ciuffardi decidió abrir su propia tienda. Lo de Carlitos destacó por su gran variedad de tortitas, tanto saladas como dulces. Napo tenía una gran inventiva y todo el tiempo creaba un nuevo relleno al que bautizaba con el nombre de algún conocido, amigo o famoso. Las cifras varían pero se cree que, a lo largo de su historia, llegaron a tener mas de 1000 variedades en su carta.
El boca a boca su negocio creció. Más allá de las tortitas, también destacó por sus hamburguesas. Carlitos, con su clásico gorro de pelo rojo, se convirtió en su propia marca. Entonces entendí que era hora de expandirse. Así fue que en 1983 abrió una tienda en Vicente López en la Avenida del Libertador. Pero con el éxito llegaron los conflictos familiares.
La traición
Tus hermanos Orestes y Juan Luis Ciuffardi abandonaron el emprendimiento Y se registraron dos marcas no relacionadas con la original: Carlitos, el rey de la tortita y la hamburguesa y Carlitos, la nueva generación. Por eso, «Napo» patentó El amanecer de Carlitos y sus hijos para diferenciarse. En algún rincón de Villa Gesell se encontraban enfrentados los locales de Carlos y Orestes.
Para el año 2000, los hijos de Carlitos ya habían tomado el mando de la empresa. Mientras tanto, su fundador continuaba participando en el día a día de las sucursales. La marca se expandió por la Ciudad de Buenos Aires y actualmente, según su sitio web, tiene 20 puntos en el pase bajo el nombre de Lo de Carlitos, el sabor original.
Ciuffardi murió en 2010 a la edad de 76 años y en 2015 la Municipalidad de Villa Gesell lo reconoció como ciudadano ilustre en el 50 aniversario de su llegada al mundo de las tortitas. Uno de sus hijos, Carlos Alberto Ciuffardi, describió, en diálogo con Da 32: “Uno de los cimientos es el cariño que mi padre ponía en todo lo que hacía. Pasar por Carlitos fue eso: tomar la sencillez de una persona que te atendió con el corazón y te entregó un producto de primera. Siempre digo que mi viejo no vende panqueques, se vende a sí mismo».
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Fuente: cronista.com