El talón de Massa

La discusión y el análisis económico pasan de los «grandes» temas, que nos son más familiares, a otros más de nicho, lo que indica que el campo se está embarrando. El Banco Central (BCRA) salió de este campo de juego más difícil al decidir aumentar la tasa de interés. Como los equipos que empiezan a tirar centros a los nueve desde cualquier lado, esta medida también da cuenta de un partido que se ha ido cuesta arriba en esta ocasión. Especialmente para Sergio Massa.

La entidad que preside Miguel Ángel Pesce aumentó la tasa de referencia del 75 al 78% anual, lo que equivale -si se suma al capital cada mes el interés que percibe quien posee la inversión- a una Tasa Efectiva Anual ( TEA) de 113, 2%. Esta es la cifra que la autoridad monetaria pagará a partir de ahora a los bancos por colocar sus Letras de Liquidez (Leliq) y lo que remunerarán las entidades por retener depósitos a plazo fijo.
El Gobierno confesó estar sorprendido por la dureza de los datos de inflación de febrero, pero los bancos centrales de todo el mundo suelen actuar más mirando hacia delante que mirando al retrovisor. En términos de señal, lo que dice el BCRA es que se prepara para un valor nominal -la tasa a la que evolucionarán los distintos precios de la economía- de más del 100% anual. La inflación XXXL llegó para quedarse.

Causas, «ventajas» y costes
El recrudecimiento de la inflación, que hizo añicos la expectativa del ministro de Economía de bajar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a alrededor del 60%, es la causa de fondo de la decisión del Central. De no haberlo hecho, una tasa negativa para remunerar plazos fijos hubiera amenazado con provocar una salida de depósitos del sistema, algo peligroso para la estabilidad de los bancos y para la evolución del dólar, el refugio que esos ahorradores en el correr habría buscado. .

No fue el IPC de febrero –y los venideros– ni la salud de los bancos lo único que observó Pesce y su directorio. Si se trata del dólar –el talón de Aquiles de la gestión económica–, hay que tener cuidado con sus movimientos y a nadie se le escapa que el paralelo más sensible –el “cash with liquidation” o CCL– se disparó casi un 10% en los dos últimos semanas y que este jueves cruzó la barrera psicológica de los 400 pesos. Más: el Banco Central tuvo que deshacerse de 96 millones más en las últimas 24 horas –732 millones en lo que va del mes 1.800 del año–, sus reservas se encuentran en un nivel cada vez más crítico y las proyecciones a futuro empeoran cada vez que los daños de Se actualiza la sequía en la cosecha de soja y las exportaciones esperadas.

¿Qué es el CCL? Tipo de cambio legal, que surge de la compra de un título público o acción en pesos y su posterior venta en dólares. De esta transacción entre particulares, que no afecta reservas, surge un precio y unos billetes verdes contundentes que acaban depositados en el exterior. Dada la existencia de los stocks y la escasez de dólares oficiales para realizar importaciones, el «efectivo con líquido» es una referencia cada vez más relevante como tipo de cambio libre y tiene una mayor influencia en los cálculos de las empresas para prever sus costos de reposición. En otras palabras: su influencia sobre la inflación es mayor.

Una tasa real positiva –es decir, superior a la inflación– ayuda a establecer los pesos depositados en los bancos y, al Tesoro y al Banco Central, a encontrar demanda para sus colocaciones de deuda en moneda nacional. Sin embargo, aumenta la bola de nieve de intereses que pagan esos compromisos y contribuye a ralentizar aún más la economía -analistas privados ya hablan de una caída del PIB del 3%… en año electoral-, convirtiendo el resurgimiento del crédito en una fantasía que acabará. permanecer por algún momento impreciso en el futuro. Así son las cosas, país.

Una digresión: si no fuera porque Gerardo Morales mueve muy poco la aguja, una de las definiciones que dejó en su lanzamiento presidencial sería un escándalo. «Vamos a tener que remodelar todo para implementar nuestro plan y restaurar el orden», dijo. Si el mercado le creyera al gobernador de Jujuy que va a dejar todo en default, los bancos dejarían de renovar la deuda del Tesoro en moneda nacional y el colapso total de la economía se convertiría en una profecía autocumplida.

Una mirada política
Para el Gobierno, el escenario es dramático. Para Massa, la oportunidad que le dio el Ministerio de Economía de convertirse en candidato presidencial natural por el panperonismo lo llevó a una trampa. Por eso quienes aún defienden la idea de su candidatura presidencial dejaron de lado las promesas de inflación del «tres y pico» por ciento para abril y mayo y ahora –más humildes– se limitan a señalar que el ministro es el garante de que las variables no se salen de control.

¿Será así? Ojalá por el bien de todos, pero coincidamos en que sería curiosa esta narrativa para un candidato presidencial que no encontraría la manera fácil de defender el legado del gobierno del que formó parte y su propia gestión al frente del Palacio. de hacienda.

Quien lea sabrá si Massa tiene mucha, alguna o poca responsabilidad en lo que sucede. Por ahora, parece claro que una administración en permanente guerra consigo misma dificulta gobernar una economía trastornada desde hace mucho tiempo.

una mirada social
Para una lamentablemente gran parte de la sociedad, la inflación es mucho más que un problema; es una tragedia Según el INDEC, la Canasta Básica Total (CBT) aumentó 8,3% el mes pasado y la de alimentos, 11,7%. Ambos datos son, en verdad, mucho peores que el IPC medio.

Así, una familia tipo necesitaba un ingreso de 177.063 pesos para no ser pobre y 80.483 pesos para no caer en la indigencia.

¿Puede haber mayor oprobio para un gobierno peronista?

POR: MARCELO FALAK

FUENTE: LETRAP.COM

Fuente: diariocordoba.com.ar