El 13 de octubre de 1972 una avioneta con 45 personas a bordo se estrelló en la cordillera. Solo 16 sobrevivieron, después de estar varado durante 72 días en medio de un glaciar. 50 años después «La tragedia de los Andes»el arquitecto Ileana Schinder contó la historia de un accidente aéreo diferente, pero no menos increíble.
“Escuché que la tragedia de los Andes fue un milagro, y es verdad. pero te voy a decir otro milagroporque Hace 45 años otro avión se estrelló en Concordia (Entre Ríos)”, expresó la mujer y abrió un hilo de Twitter que hizo llorar a más de un usuario en las redes sociales.
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Se trata de Fokker F-28 viajando de Buenos Aires a Concordia y nunca llegó al aeropuerto de Pistarini. Técnicamente, los árboles amortiguaron la caída, aunque no hay mayores detalles de lo ocurrido ese día. La hipótesis principal sugiere que el piloto confundió las luces de la pista con las de la presa de Salto Grande (que era nuevo en ese momento), por lo que levantó la nariz del barco y «chupó» la arboleda.
Ileana dice que “el avión se volcó y se estrelló en un campo de eucaliptos en medio de la nada.» «¿Porque lo sé? Porque en ese avión vino mi hermana y mi mamá que estaba embarazada de mí. en ese accidente Nadie muriópero es la anécdota más increíble de mi familia”, asegura.
La madre de Ileana no tenía experiencia en volar por lo que nunca se dio cuenta de que la nave había impactado, pensó que sería normal. Lejos de cualquier normalidad, el Fokker cayó de bruces en la noche y se partió casi por la mitad. Algunos salieron por los agujeros y otros ni siquiera recuerdan cómo lograron mantener los pies en la tierra.
Contra todo pronóstico, no hay miedo a volar: “Mi mamá lo ha hecho cientos de veces. Lo que quedó es la historia de cada uno.: de mi papá manejando como loco entre el aeropuerto y el aeroclub, de la voz de un tipo que bajaba de la torre de control que le decía ‘no sé, Raúl, pasó el avión y se cayó ahí’”, explica Ileana.
“Nadie sabe nada de esto, quizás porque fue en un pueblo perdido en la costa. Pero pienso en los rostros y corazones de todos los que esperaron allí. Mi mamá recuerda el olor a gasolina, mi papá cruzar y preguntar dónde había aterrizado el barco”, dice.
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la voz de la azafata también está presente en la memoria. «Le dijo a mi madre’tome, señora, pa’ la nena’ y ella le dio una fina manta escocesa con la que mi madre envolvió a mi hermana y lograron salir. En mi casa todavía está la cobija”, dice la mujer y agrega para cerrar: “Ese fue el milagro, que todos salieran vivos”.
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Fuente: TN