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“El tren debe ser una política de Estado y una estrategia de desarrollo”

El presidente de Trenes Argentinos, Martín Marinucci, evalúa los logros de los últimos dos años, con 44 estaciones recuperadas y 700 kilómetros de líneas operativas para pasajeros. Resalta la importancia de un medio de transporte seguro, que preserva el medio ambiente y que en 1948 fue el orgullo de América Latina, con 47.500 kilómetros de recorrido.
Con la reapertura de 44 estaciones en todo el país, la recuperación de 700 kilómetros de vías férreas operativas para el servicio de viajeros en los últimos dos años y medio, y el aumento del transporte de mercancías (casi 4 millones de toneladas en el primer semestre de este año frente a sólo más de 2 en el mismo período de 2019), el ferrocarril muestra signos sostenidos de recuperación, convirtiéndose nuevamente en un símbolo de esperanza para millones de argentinos.
Se trata del “tren como política de Estado y como parte de una estrategia de desarrollo nacional”, que “son los pilares sobre los que se sustenta la política pública para el ferrocarril”, dice Martín Marinucci, presidente de Trenes Argentinos, quien conversó con Télam sobre la nueva etapa que vive el ferrocarril.
La recuperación del tren apunta a una mayor conectividad en todo el país y recuperar un medio de transporte seguro, confiable y eficiente, algo sobre lo que existe un amplio consenso social y político, aunque algunos pronunciamientos coyunturales puedan indicar lo contrario.
Es que el tren, como el sistema de salud o la reivindicación de soberanía sobre las Islas Malvinas, tiene rango de política de Estado. Además, es considerado una pieza clave del desarrollo nacional por la mayoría de los argentinos y sus expresiones políticas.
Desde diciembre de 2019 se han añadido casi 600 kilómetros a la red ferroviaria total, alcanzando los 4.143 kilómetros operativos frente a los 3.500 kilómetros existentes a esa fecha. “No hay posibilidad de desarrollo sin inversiones como las que estamos haciendo. Más de 1.700 kilómetros de vías renovadas, por donde transitan cargas y pasajeros, sustentarán el crecimiento de Argentina”, asegura Marinucci.
“Antes de cada ampliación de servicio, los alcaldes, incluso los que pertenecen a partidos de oposición, acompañan, valoran y se comprometen a apoyar el tren como política de Estado, ya que el sistema ferroviario no puede ser el plan de un gobierno, sino de todos”, dijo. . Destacar.
La velocidad del tren y los tiempos de viaje han sido cuestionados por líderes de la oposición y algunos medios de comunicación, lo que abrió un debate sobre el alcance de la recuperación en curso.
“La crítica viene de un sector de la oposición que tuvo la responsabilidad de ir en detrimento del sistema ferroviario. Los usuarios no hacen caso a estas críticas, aunque estamos atentos y trabajamos para aumentar la velocidad del tráfico, velando siempre por la seguridad vial”, explica Marinucci.
El funcionario ejemplifica con “el tren a Tucumán, que es el que más tarda”. “A los usuarios se les pregunta y saben que se tarda mucho y que se debe tardar menos, pero esto tiene que ver con los procesos que ha vivido la Argentina en los últimos treinta años”.
“Desde que el Estado -agrega- rehabilitó la vía a Rosario, hemos reducido el tiempo de viaje desde Buenos Aires en casi dos horas. Y estamos haciendo pruebas para llegar de Retiro a Rosario Sur en 5 horas y 15 minutos”.
Mediante Resolución 211/2021, el Ministerio de Transporte decidió no renovar las concesiones de transporte de carga, en manos de Nuevo Central Argentino, Ferroexpreso Pampeano y Ferrosur. La medida tendrá un impacto en el transporte de pasajeros, ya que son las empresas privadas las que mantienen las vías y fijan la velocidad de circulación.
“En los 30 años de la concesión no generaron la inversión necesaria para mantener la velocidad de la vía, entonces los trenes circulan un 60% menos que hace tres décadas”, dice Marinucci a Télam.
Desde Trenes Argentina consideran que la resolución firmada por el ministro Alexis Guerrera es fundamental para recuperar la velocidad de la vía. Esto porque, además de no renovar la concesión y transferir la infraestructura al Estado, la medida abre la puerta a que la inversión pública recupere la velocidad a la que ha caído la gestión privada.

en la clave de recuperación

Cuando en 1948 el gobierno de Juan Domingo Perón nacionalizó y tomó posesión de los ferrocarriles, entonces en manos de capitales ingleses, el sistema ferroviario nacional constaba de 47.500 kilómetros de vías en operación.
En 2022, casi 75 años después, hay 9.100 kilómetros de carreteras dedicadas al transporte de mercancías y algo más de 4.100 kilómetros destinados al transporte de pasajeros, incluidos los 600 kilómetros recorridos en los últimos dos años y medio. Eso es menos de un tercio de lo que solía tener la red a nivel nacional.
“De los más de 47.000 kilómetros que tiene la Argentina de longitud vial, muchos tramos están vandalizados, obstruidos, incluso con asfalto encima”, advierte Marinucci, al describir el estado de abandono en el que quedó buena parte del sistema y los desafíos a los que se enfrenta. restaurarlo.lo.
“Una de las claves para avanzar en la recuperación está en los stocks de las empresas que terminan su concesión bajo la Resolución 211. Una vez que se tiene este stock y se tiene claridad sobre la inversión que se debe hacer, kilómetro a kilómetro, hay que definir inversiones y prioridades”, destaca el responsable.
Agrega: “El aumento de la cantidad transportada por el sistema de carga genera un lógico aumento de ingresos económicos para el Estado, permite el desarrollo de las economías regionales y también ser competitivos en el mundo, al reducir los costos logísticos y poder exportar a un precio más bajo. , favoreciendo también el ingreso de dólares”.

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Fuente: expresdiario.com.ar

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