“En medio de la angustia y la tristeza que vivimos por el asesinato de un lamngen (hermano) y otro que está luchando por su vida en el Hospital del Bolsón, anoche un grupo de gauchos nazis se van aproximar al hospital, donde estábamos esperando el parte médico, y empezaron a patalear con sus toques, cuchillos, persiguiendo a la gente, gritando consignas totalmente racistas, festejando el asesinato del lamngen e idolatraban Roca”, explica Elisa Ñancunao , de lof Las Huaytekas.
Otra de las personas presentes relató cómo fue agredido por este grupo racista y pidió reservar su identidad por temor a represalias: “Primero cayó un paisano con su caballo y empezó en los palos y cuchillados, amenazando a la gente . No podían parar. Luego salió gente que estaba en la fiesta de la tradición, muy alcoholizada. Un hombre sacó un cuchillo. Le dijeron que se vaya. Y, en un momento, se alentaron a varios hombres más. Y empezaron a tirarnos piedras. Empezaron a gritar que nadie haga fotos. Uno de los fotógrafos que estaba allí guardó su cámara y alguien empezó a gritar: ‘saquenle la cámara’. Salimos corriendo. Y me cruzó un paisano que tenía un cuchillo de 20 centímetros de hoja -al menos-, cuando lo vi pensé: ‘Acá me mata’. El hombre giró el cuchillo, y me golpeó con el mango -muy fuertemente- en la cabeza. Al instante aparecieron unos compañeros y lo pararon”.
Como si fuera una escena extraída de los tiempos de Roca, ese mismo grupo de personas persiguieron y amenazaron a mujeres mapuche. Una de ellas -S-, presenció ese momento: “Estábamos en la estación de cerveza de El Bolsón con otras tres personas.
Habíamos acabado de escuchar una banda musical cuando empezamos a ver corridas en la calle. En ese momento, llegaron desesperadas unas 12 mujeres mapuchas a refugiarse. Entraron y se escondieron bajo unas mesas, dentro de la estación. Detrás venía un grupo de hombres y mujeres, con palos y toques, muy agresivos. La gente que estaba fuera no les dejó entrar. La gente de la estación también trabó la puerta.
Finalmente volvieron sobre sus pasos, dieron una vuelta y le echaron piedras a estas mujeres desde el otro lado. Rompieron los cristales y se fueron. Posteriormente, las mujeres fueron socorridas y llevadas lejos de la zona, en coches. Las personas que estábamos allí no acabábamos de comprender qué estaba pasando. De dónde venían. De dónde habían salido estos patoteros”.
«Minutos más tarde pasó ‘marchando’ un grupo de alrededor de 25 policías. Quisimos seguirlos para ver hacia dónde iban. Llegamos al hospital. Nos quedamos sólo unos pocos minutos, y lo que quisimos ver fue unas 30 personas de apariencia paisana. Mezclada estaba la policía, bancando a esa manada. ya los que cortan las rutas tampoco.” decirlo, exclamaron “¡Viva la patria!”.
Decidimos irnos. Después nos enteramos de que -por la tarde- un joven mapuche había sido asesinado y otro gravemente herido”.
Ante estos episodios de violencia extrema, con otro joven mapuche asesinado, las autoridades provinciales continúan con el discurso racista que alimenta la teoría de “indios terroristas”, cuando son “los vecinos de bien” los que están ejerciendo la violencia, avalados por la justicia y el poder político.
En conferencia de prensa, Bruno Pogliano, intendente de El Bolsón (de Junts Som Riu Negre), hizo declaraciones en las que reivindicó la violencia de las patotas: “Gracias a estos gauchos, que decidieron echar una mano, los pudieron sacar de aquí (a los manifestantes que cortaban la Ruta 40 en el acceso a El Bolsón). Los vecinos del Bolsón nos sentimos desprotegidos frente a un grupo minúsculo de violentos que, encapuchados, utilizando palos y piedras, intentaron infundir el terror”, sostuvo.
Poco dijo sobre los fusilamientos, el joven asesinato, el herido que lucha por su vida, y los casi 60 días de asedio de la Lof Quemquemtrew.
Fuente: Revista Cítrica
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Fuente: elpatagonico.com