Policías que trabajan en la investigación del posible femicidio de Eduarda Santos de Almeida hallaron el viernes por la tarde un revólver que coincide con el calibre del proyectil recuperado del cuerpo de la víctima por parte del perito forense que realizó la autopsia.
Fuentes judiciales informaron que el arma secuestrada será sometida a una pericia balística el lunes o el martes para cotejar si se corresponde con el proyectil. La víctima la asesinaron de 6 disparos por la espalda, cuando estaba indefensa.
El ataque tuvo lugar la madrugada del miércoles en el acceso al sendero del Mirador del Lago Escondido, en el Circuito Chico, a unos 30 kilómetros del centro de Bariloche. Un turista encontró por la mañana el cadáver y avisó a la policía. La víctima tenía 26 años y seis hijos. Tres vivían en esa ciudad con ella y los tres restantes están en Brasil.
La investigación a cargo del fiscal Gerardo Miranda y del fiscal jefe Martín Lozada derivó en la detención del joven brasileño Fernando Alves Ferreira, que fue imputado por los fiscales por el femicidio y homicidio doblemente agravado por la alevosía y el uso de arma de fuego de Eduarda.
Durante la audiencia de formulación de cargos, el acusado admitió haber sido el autor de los disparos que mataron a la mujer. “Yo soy el responsable, soy el culpable por la muerte de Eduarda Santos de Almeida”, declaró ante el juez de garantías Sergio Pichetto, los fiscales y ante la mirada desconcertada de su defensor particular Pablo Calello.
El juez admitió los cargos formulados por los fiscales contra el acusado, dispuso un plazo de 4 meses para investigar el caso y le impuso la prisión preventiva durante ese mismo lapso en el penal de esta ciudad.
Las fuentes destacaron que el arma corresponde al arma que faltaba de la vivienda que el acusado alquilaba en la calle Beethoven 290, a la altura del kilómetro 25 de la avenida Bustillo. en la zona del Llao Llao.
Explicaron que cuando se allanó la casa descubrieron que había un revólver calibre 357 que faltaba y que estaba a nombre de la propietaria del inmueble. También advirtieron que de una caja de 50 municiones de ese calibre, faltaban 19.
Los policías y el fiscal a cargo del caso hallaron el revólver tirado en un arbusto ubicado justo frente al lugar donde el imputado estacionó el vehículo Chevrolet Joy a las 2.22 de la madrugada del miércoles. Describieron que el arma estaba impecable. En ese lugar, la fiscalía cree que el acusado limpió el capó del auto que estaba salpicado con manchas de sangre.
Las fuentes comentaron que faltan las pericias de los celulares de la víctima y de Alves Ferreira. En la audiencia que se hizo el viernes, el acusado insistió a los fiscales en que revisaran las grabaciones guardadas en los móviles para comprender lo ocurrido. Y dio a entender que cometió el homicidio agravado para priorizar la vida y la de sus hijos.
El acusado estuvo casada con un hombre de nacionalidad argentina. Pudieron ser padres justamente porque subrogaron el vientre de Eduarda. De esa gestación nacieron dos gemelos que tienen dos años. El imputado relató que su marido había fallecido hace 7 meses.
La víctima viajaba con supuesta frecuencia entre Brasil y Bariloche y había sido madre de un bebé. Eduarda vivía con el bebé en casa del acusado, con los hijos de él. A la audiencia le pidió al juez que la justicia argentina no envíe a sus hijos a Río de Janeiro porque estarían en peligro de muerte.
Las fuentes mencionaron que además faltan las pericias de las manos del imputado para saber si tenía residuos de pólvora, los análisis de la sangre que se había levantado en el auto que se confrontará con las muestras tomadas a la víctima, y todos los estudios que habían surgido a partir de la autopsia de la joven.
La investigación que se desplegó en pocas horas permitió a los fiscales recolectar abundante evidencia que incriminaba al acusado.
Miranda consignó ante el juez que tenían las grabaciones de la cámara de seguridad ubicada en la calle donde alquilaba el acusado. Esta filmación registró la hora en que Alves Ferreira salió de la vivienda y el horario a su regreso. También tienen la grabación de una cámara emplazada en la zona del puente del lago Moreno. Allí, aseguró el fiscal se ve el auto del acusado que se detiene 3 minutos, a las 2.10. “Y cuando hiciera la confrontación de cuánto tiempo tardaría desde allí hasta su casa, da entre 12 y 14 minutos y coincide porque a las 2.22 llegó a su domicilio”, destacaron las fuentes.
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Fuente: rionegro.com.ar