Los terremotos son eventos geológicos con el potencial de destruir ciudades enteras y causar un gran número de muertes. El miércoles (22), un temblor de magnitud 6,1 sacudió Afganistán y mató a más de 1.000 personas, según funcionarios talibanes.
Otras regiones de Asia Central también han acumulado muertes por terremotos en las últimas tres décadas. En 2015, 399 personas murieron en la región montañosa de Hindu Kush y en los vecinos Pakistán e India después de un terremoto de magnitud 7,5. Ya en 1998, un terremoto en el noreste de la provincia afgana de Takhar mató al menos a 2.300 personas, con algunas estimaciones alcanzando las 4.000 víctimas.
Pero, al fin y al cabo, ¿por qué los temblores son tan frecuentes en esta parte del planeta y cómo se producen?
La explicación radica en el movimiento de las placas tectónicas, bloques que flotan sobre el manto, una de las capas que se encuentra en el interior de la Tierra. «El manto es la capa más gruesa. Luego viene la cáscara de huevo, que es la corteza», explica Adriana Alves, profesora del Instituto de Geociencias de la USP. «Las placas continentales son estas pequeñas cáscaras que se mueven a la deriva a merced de las corrientes del manto».
Las placas tectónicas son bloques que flotan sobre el manto, al igual que los barcos flotan sobre el mar, compara el experto. Cuando estos «barcos» se mueven, pueden tocarse entre sí y producir terremotos. Alves dice que pueden ocurrir tres movimientos: divergente (las placas se mueven en direcciones opuestas), convergente (chocan entre sí) y transformante (una placa se mueve lateralmente con respecto a la otra). Los dos últimos movimientos a menudo provocan terremotos.
En el caso del terremoto que azotó Afganistán, el movimiento fue transformador, es decir, un movimiento lateral entre la Placa Euroasiática y la Placa India. “Toda la cordillera del Himalaya se formó a partir del encuentro de estas placas”, explica la geóloga Marília Rocha Zimmermann, que trabaja en la Agencia Nacional del Petróleo. “Como este movimiento continúa ocurriendo, genera terremotos”.
Explica que la situación se agrava porque ambas placas son continentales, lo que significa que tienen densidades similares, amplificando el impacto de los temblores. Chile es otra región propensa a registrar terremotos de gran magnitud. “La Placa de Nazca y la Placa Sudamericana están convergiendo, y una placa está pasando por debajo de la otra. Este movimiento genera sismos muy intensos”, dice Zimmermann.
No es de extrañar que el país tuviera el terremoto más fuerte jamás registrado en el mundo en 1960. El terremoto alcanzó una magnitud de 9,5, mató a 1.424 personas y dejó a 2 millones sin hogar.
Profesor de la Facultad de Geología de la Uerj (Universidad del Estado de Río de Janeiro), Claudio Valeriano explica que Brasil es relativamente seguro contra los terremotos, porque el país está ubicado en el medio de la Placa Sudamericana, es decir, no es en el encuentro entre un bloque y otro. «Brasil está completamente contenido en el núcleo de una placa. Los fuertes terremotos que ocurren en el país están en Acre, que es la región más cercana posible a los Andes», dice, refiriéndose al área donde se encuentran dos placas tectónicas.
El investigador dice, sin embargo, que los efectos de los temblores en Acre son minimizados porque ocurren en áreas escasamente pobladas. «Si una gran ciudad como São Paulo estuviera allí, estaríamos viendo noticias más serias sobre los impactos de los terremotos». A pesar del poder destructivo, es difícil predecir la intensidad de un temblor, explica Adriana Alves, de la USP. «Predecir con precisión cuál será la magnitud es imposible».
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Fuente: uol.com.br